No hay salida a la crisis sin armonía social

Argentina – 25/06/2011 – Perfil – Pág. 21 – Tiempo de Lectura: 3′ 56»
 
EL ECONOMISTA DE LA SEMANA
Miguel Peirano

La dinámica de la crisis genera pobreza y desempleo a nivel mundial. Al mismo tiempo, este estado de situación debería servir para acrecentar el pensamiento económico y las políticas de los países más poderosos. El mundo no sólo enfrenta una crisis económica, sino que la velocidad de las derivaciones políticas y sociales recién comienza.
Las evidencias son concluyentes, los hechos irrefutables y las consecuencias –por ahora– inabarcables, pero advierten ya el fracaso del orden económico vigente, y con ello también el de las instituciones internacionales creadas, en teoría, para favorecer el funcionamiento global de la economía y las finanzas.
La evolución de la crisis pondrá aún más en el escenario las falencias de una parte del pensamiento económico y político dominante en los países desarrollados.
Se torna inviable, en tanto sus derivaciones, la búsqueda de caminos que eviten el sinnúmero de discusiones pendientes.
De todos modos y más allá de los debates conceptuales que se abrirán irrefrenablemente, un tema central de corto plazo es la dinámica del desempleo a nivel mundial y el análisis de cuál es la capacidad de cada economía de generar niveles de empleo básicos para preservar la paz social, los niveles de consumo y la legitimidad del sistema político-social-cultural.

Empleo y salarios. Los desafíos económicos relacionados con el empleo y su nivel remunerativo han sido siempre un tema central de la cuestión en torno a los resultados del capitalismo. A esto también hay que agregarle las innovaciones tecnológicas, las cuales pusieron en el centro de la disputa la posibilidad de compatibilizar la modernización económica con trabajo masivo.
Es claro que la variada experiencia de muchos países de los que integran la Unión Europea fueron claves para demostrar las posibilidades de bienestar que las sociedades podían llegar a tener en el marco del capitalismo, dejando debilitados aquellos cuestionamientos más estructurales al sistema.
Pero el presente es otro: el desempleo se extiende, se recortan los beneficios sociales, la pobreza crece y tiende a desaparecer el Estado de Bienestar.
La realidad europea actual y la propia de los Estados Unidos ponen en el centro del análisis la responsabilidad que tienen las políticas económicas para priorizar empleo y cuáles son las recetas que se deben adoptar.
Los niveles de desempleo presentes pondrán en disputa no sólo ya a sus gobiernos y las decisiones económicas adoptadas sino que de forma creciente obligarán a batallar para saber cómo se logra un desarrollo capitalista consistente con mayor equidad.
Pero también es justo mencionar que diversas miradas y opiniones sintetizan que el fracaso de los organismos internacionales financieros y comerciales, la inconsistencia de las estrategias aplicadas y los grados de inequidad exceden en mucho la propia naturaleza del sistema capitalista.

Reformulaciones. Así se torna necesario revisar la lógica de las políticas predominantes y en particular crear nuevas instituciones supranacionales para promover el crecimiento, la equidad y la estabilidad de los sistemas económicos.
Un gran paso para mejorar la situación actual sería avanzar en una reformulación total del rol del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la Organización Mundial de Comercio (OMC), crear nuevos organismos internacionales para lograr el desarrollo equilibrado y enriquecer la dimensión de las políticas macroeconómicas y sectoriales (dejando de lado concepciones tan limitadas como meros ajustes fiscales).
Es notorio que los mayores daños al tan mentado capitalismo lo hayan realizado quienes con un fervor dogmático han confundido capitalismo solo con neoliberalismo o con políticas comúnmente identificadas como ortodoxas.
El mundo enfrentará desafíos muy complejos y heterogéneos para preservar la armonía social, y será difícil legitimar políticas que son tan inequitativas como endebles.

Globalidades. Los medios de comunicación nos permiten seguir on line distintos hechos que permiten avalar lo anteriormente expresado. Por ejemplo, el nuevo gobierno de Portugal asume con un discurso «duro», sin embargo surge una pregunta: ¿podrá legitimarse en el futuro frente a los terribles años que le augura a su sociedad?
Peor aún es el escenario a corto plazo de Grecia, así como también las dudas se aceleran en Italia, mientras que en España miles de personas expresan su indignación en las calles.
Las imágenes recorren el mundo, y es claro, contundente, que el eje de discusión en la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea y en el Fondo Monetario Internacional de mínima es inconsistente, y de máxima, autodestructivo.
Se requieren líderes a nivel mundial que pongan en el centro del debate la coordinación de una salida de la crisis global, con visiones compartidas y con políticas que garanticen armonía social. Sería un paso central para favorecer el funcionamiento del sistema capitalista.

La elección de atajos, el sondeo de instancias simples, sólo convergerían en grandes errores para resolver la crisis. La historia reciente y el ejemplo de otros casos demuestran que lejos está de solucionarse por el camino del ajuste fiscal y también por un eventual default de las deudas de los países más vulnerables. Ambas decisiones, sin planes integrales, retroalimentarán las dificultades.

(Información General)
 

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