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Una ciudad comercial tras los orígenes de la industria

HISTORIA 

Ma. Celeste Armas

Lic. en Historia

Son muchas las inquietudes que surgen cuando nos preguntamospor los orígenes dela industria en nuestra ciudad, sus inicios, sus cuándo, sus dónde y sus porqués. Hoy la historia de la ciudad, cada vez más, pide ser contada y es desde el presente que debemos interrogar al pasado.

Mucho conocemos de la trayectoria comercial de Río Cuarto, pero cabe preguntarnos ¿en qué momento de su historia inicio la industria? ¿Qué tipo de industria? Es importante considerar la industrialización va a la par de un proceso que en nuestro país comienza a vislumbrarse a partir 1880: la modernización. Este proceso,relacionado con la conformación del Estado, la incorporación de la economía agroexportadora al mercado mundial, la inversión de capitales extranjeros y la llegada de europeos a nuestro país, implica -y es causa y consecuencia a la vez-, reformas urbanas necesarias para propiciar avances en el comercio y la industria local, como la ampliación servicios, el adoquinamiento, el agua corriente o alumbrado público. Para aquella época, mientras ciertos centros urbanos –como Buenos Aires y Rosario- daban pasos iniciales a la conformación del sector industrial -que tomará impulso en el siglo XX-, la provincia de Córdoba atravesó a finales de siglo XIX un proceso de “Industrialización fallida” –  en términos de Waldo Ansaldi-. Los intentos de fortalecer su industria mediante inversiones en un mercando diferenciado del sector agropecuario se vieron frustrados por diferentes causas como la crisis financiera de 1890 y elementos propios de una sociedad tradicional que se resistían al advenimiento de un proceso de modernización.

Río Cuarto no escapó a este escenario, la crisis se materializó en el letargo de ciertas obras públicas iniciadas en la ciudad como el matadero municipal, el Hospital Público y el inicio de un nuevo plan urbanístico. Se conoce que muchas de las deudas municipales contraídas en aquella época fueron saldadas por empréstitos privados acordados con personalidades locales como Salvador Jorba, Ambrosio Olmos o Bernardo Lacasse.

Finalizando el siglo XIX, tras un aumento demográfico y un incremento en el consumo interno, crece paulatinamente la inversión en bienes importados. Buenos Aires y Rosarios se convirtieron en principales proveedores de bienes y abastecedores de un mercado interno –ayudados por la llegada del ferrocarril y la vinculación del mismo a los centros agrícolas más importantes del interior-. Pero también, para 1912 el aumento en el consumo de bienes de lujo –como jabones, aceites de oliva, cigarros o carros- dio paso a pequeños talleres locales orientados a la fabricación de los mismos. Aun así, pareciese que en la provincia de Córdoba y particularmente en Río Cuarto, los procesos se daban a contra reloj, pese a estos pequeños inicios, la centralidad de Bs As y sus vínculos con el poder local, generaba un aumento mayor en la producción de bienes de primera necesidad, para satisfacer la economía agro-exportadora.

En Río Cuarto, a diferencia de otros centros con fuerte origen en el sector comercial, reside cierta particularidad: el llamado Comité de Comercio, creado como agrupación política en 1916,  tuvo fuerte presencia en el poder local hasta la década de 1940, presentándose en sucesivas instancias electorales y obteniendo cargos municipales.En su trayectoria le competían no sólo las decisiones económicas, sino también muchas decisiones implicadas en el accionar político local. En 1921 dicho Comité comienza a vislumbrar ciertas rispideces a su interior, quienes buscan velar por los intereses del sector y quienes buscaban mediante alianzas políticas, sobre todo con el radicalismo, apostar a nuevos proyectos.

Al analizar las guías locales a través del tiempo, visibilizamos la distinción de aquellos comerciantes que inicialmente acceden a la t

 

ierra y luego invirtieron en comercios, de aquellos que realizan el movimiento inverso-invierten en comercios o pequeños talleres y luego en tierra-. Es en la trayectoria de estos últimos sujetos que podemos encontrar los primeros talleres manufactureros a partir de 1904, desde todo lo orientado al rubro de alimentos, hasta fábricas de Sombreros, Licores, jabón  y velas, Cigarrerías e Imprentas, fábrica de Soda o carruajes. Bienes de lujo y orientados al consumo que se verán sesgados una década después por grandes empresas en cadenas -de Santa Fe o Buenos Aires- impidiendo el crecimiento local, como el Molino Fenix, Casa Ripamonti o Remedi-Rotondi.

Será a finales de la década de 1940 cuando la ciudad comience a fortalecer su industria, apostando a nuevos capitales y vínculos regionales, luego del modelo se sustitución de importaciones y acompañando a la lógica nacional. Para 1950 el sector agropecuario de la ci

udad motivaba el sostenimiento de un comercio y una industria que hasta el momento no superaba el rubro alimenticio, exceptuando algunas singularidades. Una mirada retrospectiva nos invita a preguntarnos qué ocurrió con aquel inicial crecimiento industrial, por qué no fue incrementando, y replantearnos si los sectores económicos de la ciudad poseen autonomía o sus decisiones van ancladas al escenario Nacional respondiendo a determinados intereses locales. ¿Será posible algún día lograr el anclaje de dos sectores que llevarían a la ciudad a un fuerte crecimiento a partir de cambios profundamente estructurales? Más preguntas y cada vez más cerca de las respuestas…

Son muchas las inquietudes que surgen cuando nos preguntamospor los orígenes dela industria en nuestra ciudad, sus inicios, sus cuándo, sus dónde y sus porqués. Hoy la historia de la ciudad, cada vez más, pide ser contada y es desde el presente que debemos interrogar al pasado.

 

Mucho conocemos de la trayectoria comercial de Río Cuarto, pero cabe preguntarnos ¿en qué momento de su historia inicio la industria? ¿Qué tipo de industria? Es importante considerar la industrialización va a la par de un proceso que en nuestro país comienza a vislumbrarse a partir 1880: la modernización. Este proceso,relacionado con la conformación del Estado, la incorporación de la economía agroexportadora al mercado mundial, la inversión de capitales extranjeros y la llegada de europeos a nuestro país, implica -y es causa y consecuencia a la vez-, reformas urbanas necesarias para propiciar avances en el comercio y la industria local, como la ampliación servicios, el adoquinamiento, el agua corriente o alumbrado público. Para aquella época, mientras ciertos centros urbanos –como Buenos Aires y Rosario- daban pasos iniciales a la conformación del sector industrial -que tomará impulso en el siglo XX-, la provincia de Córdoba atravesó a finales de siglo XIX un proceso de “Industrialización fallida” –  en términos de Waldo Ansaldi-. Los intentos de fortalecer su industria mediante inversiones en un mercando diferenciado del sector agropecuario se vieron frustrados por diferentes causas como la crisis financiera de 1890 y elementos propios de una sociedad tradicional que se resistían al advenimiento de un proceso de modernización.

Río Cuarto no escapó a este escenario, la crisis se materializó en el letargo de ciertas obras públicas iniciadas en la ciudad como el matadero municipal, el Hospital Público y el inicio de un nuevo plan urbanístico. Se conoce que muchas de las deudas municipales contraídas en aquella época fueron saldadas por empréstitos privados acordados con personalidades locales como Salvador Jorba, Ambrosio Olmos o Bernardo Lacasse.

Finalizando el siglo XIX, tras un aumento demográfico y un incremento en el consumo interno, crece paulatinamente la inversión en bienes importados. Buenos Aires y Rosarios se convirtieron en principales proveedores de bienes y abastecedores de un mercado interno –ayudados por la llegada del ferrocarril y la vinculación del mismo a los centros agrícolas más importantes del interior-. Pero también, para 1912 el aumento en el consumo de bienes de lujo –como jabones, aceites de oliva, cigarros o carros- dio paso a pequeños talleres locales orientados a la fabricación de los mismos. Aun así, pareciese que en la provincia de Córdoba y particularmente en Río Cuarto, los procesos se daban a contra reloj, pese a estos pequeños inicios, la centralidad de Bs As y sus vínculos con el poder local, generaba un aumento mayor en la producción de bienes de primera necesidad, para satisfacer la economía agro-exportadora.

En Río Cuarto, a diferencia de otros centros con fuerte origen en el sector comercial, reside cierta particularidad: el llamado Comité de Comercio, creado como agrupación política en 1916,  tuvo fuerte presencia en el poder local hasta la década de 1940, presentándose en sucesivas instancias electorales y obteniendo cargos municipales.En su trayectoria le competían no sólo las decisiones económicas, sino también muchas decisiones implicadas en el accionar político local. En 1921 dicho Comité comienza a vislumbrar ciertas rispideces a su interior, quienes buscan velar por los intereses del sector y quienes buscaban mediante alianzas políticas, sobre todo con el radicalismo, apostar a nuevos proyectos.

Al analizar las guías locales a través del tiempo, visibilizamos la distinción de aquellos comerciantes que inicialmente acceden a la tierra y luego invirtieron en comercios, de aquellos que realizan el movimiento inverso-invierten en comercios o pequeños talleres y luego en tierra-. Es en la trayectoria de estos últimos sujetos que podemos encontrar los primeros talleres manufactureros a partir de 1904, desde todo lo orientado al rubro de alimentos, hasta fábricas de Sombreros, Licores, jabón  y velas, Cigarrerías e Imprentas, fábrica de Soda o carruajes. Bienes de lujo y orientados al consumo que se verán sesgados una década después por grandes empresas en cadenas -de Santa Fe o Buenos Aires- impidiendo el crecimiento local, como el Molino Fenix, Casa Ripamonti o Remedi-Rotondi.

Será a finales de la década de 1940 cuando la ciudad comience a fortalecer su industria, apostando a nuevos capitales y vínculos regionales, luego del modelo se sustitución de importaciones y acompañando a la lógica nacional. Para 1950 el sector agropecuario de la ciudad motivaba el sostenimiento de un comercio y una industria que hasta el momento no superaba el rubro alimenticio, exceptuando algunas singularidades. Una mirada retrospectiva nos invita a preguntarnos qué ocurrió con aquel inicial crecimiento industrial, por qué no fue incrementando, y replantearnos si los sectores económicos de la ciudad poseen autonomía o sus decisiones van ancladas al escenario Nacional respondiendo a determinados intereses locales. ¿Será posible algún día lograr el anclaje de dos sectores que llevarían a la ciudad a un fuerte crecimiento a partir de cambios profundamente estructurales? Más preguntas y cada vez más cerca de las respuestas…

 

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Hecho en Río Cuarto

2 de Septiembre Día de la Industria Nacional 

Visibilizar el potencial productivo que tenemos como región identificando con orgullo las marcas que muestran lo “Hecho en Río Cuarto” nos demuestra la cultura del esfuerzo, la industria y la producción que tenemos como sociedad.

Descubrir el esfuerzo industrial como parte de nuestra identidad conformada por la producción agropecuaria y la universidad púbica nos permite encontrarnos con un Río Cuarto industrial que produce y asoma al mundo con un fuerte enraizamiento local, sin perder las particularidades y la historia. En estos rasgos de identidad es donde debemos comenzar a pensar las herramientas para el crecimiento y el desarrollo del potencial de nuestra ciudad.

”Necesitamos pensar en las particularidades de nuestra región como una oportunidad realizando una alianza estratégica con el sector agropecuario. Ser Capital Agroalimentaria requiere el desarrollo de proveedores y cadenas de valor que genera impacto en toda la industria. Creemos que para que haya un genuino desarrollo regional es preciso un sólido respaldo metalúrgico.” Jorge Picco Pte. Cámara de Industriales Metalúrgicos

La competitividad y el modelo productivo no es el resultado del esfuerzo de una única empresa o una cámara empresaria, no alcanza con una decisión de un buen gobernante. Construir políticas públicas para enfrentar el desempleo, la fragmentación, el impacto ambiental producto de la actividad humana, el costo Córdoba y el costo Río Cuarto surge de espacios de consenso y concertación que permitan enfrentar los desafíos de un mundo global.

Nuestra sociedad está en evolución superando tenciones como campo o industria, tecnología o empleo, competitividad o salarios.  La clave para desarrollo de la Capital Agroalimentaria, la ciudad agroindustrial, es salvar estas tenciones con responsabilidad social avanzando hacia un diseño inteligente y democrático.

 “Venimos trabajando es crear un espacio de resonancia y articulación de la industria, los temas de coyuntura nos desvelan pero necesitamos pensar estrategias para el desarrollo, la educación y la competitividad si queremos avanzar hacia los desafíos del futuro.-” Atilio Lunardi Vicepresidente de Industria CECIS

En la era de la cuarta revolución industrial los puestos de trabajo, las empresas y los propios usuarios no serán los mismos, habrán cambiado y con ellos los entornos productivos y sociales, cambiarán los materiales, las formas de producción y la propia vida en la ciudad. Desarrollar herramientas educativas, legislativas, productivas para tomar los cambios como oportunidades en vez de amenazas rescata la profunda identidad industrial que contiene nuestra ciudad.

Necesitamos desarrollar estrategias para la mejora de la competitividad convertir nuestras ventajas comparativas en ventajas competitivas. Para ello es necesario repensar políticas públicas como el costo cero a la inversión, reducción del costo Córdoba y el Costo Río Cuarto, mejorar infraestructura y servicios, generar un plan estratégico de educación técnica, mejorar la asociatividad empresaria y hacer marca de lo “Hecho en Río Cuarto”, pensar urbanísticamente una ciudad sustentable que contemple el desarrollo productivo y lo acompañe, acompañar al sector industrial en el reclamo de medidas contra cíclicas buscando eficiencia fiscal y disminución de la presión tributaria sobre todo a la inversión, abordar discusiones de fondo como tarifas, transporte, litigiosidad laboral.

 “Pensar en un Centro Tecnológico que permita vincular, no un sector productivo, sino articular toda la industria desde el conocimiento, la innovación tecnológica y el desarrollo de servicios que asistan a las empresas es el sueño y el trabajo que nos desvela desde la creación del Aula Digital en el marco de la estrategia educativa metalúrgica. Pero este esfuerzo no debe ser atomizado y duplicado, sino articulado con objetivos alcanzables y medibles.-“ Juan Giacobone Vicepresidente Cámara de Industriales Metalúrgicos

Es por tanto necesaria una firme voluntad de articulación jurisdiccional entre Municipio, Provincia y Nación para el desarrollo de políticas públicas que puedan ser planificadas estratégicamente, consensuadas, mensurables, evaluable generando un contexto institucional que produzcan un ciclo de mejora continua basándose en indicadores para poder conocer de donde partimos, hacia donde vamos, el costo y el valor agregado que generamos para la comunidad del Gran Río Cuarto y el sur provincial.