La presión impositiva ya alcanzó un récord histórico de 33,4% del PBI
Argentina – 07/10/2011 – El Cronista – Pág. 5 – Tiempo de Lectura: 2′ 40»
07-10-11 00:00 Los tributos que más pesan sobre la economía son los que gravan el comercio exterior y el impuesto al cheque, en el orden nacional, e Ingresos Brutos en las provincias
07-10-11 00:00 Los tributos que más pesan sobre la economía son los que gravan el comercio exterior y el impuesto al cheque, en el orden nacional, e Ingresos Brutos en las provincias
Marcando un nuevo récord histórico, la presión impositiva alcanzó este año 33,4% del PBI en el consolidado de Nación, provincias y municipios, mientras que el año pasado fue del 32%, según Nadín Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Por su parte, Juan José Llach sumó 1 punto más del PBI por el «impuesto inflacionario», del que dijo que «los que más pagan son los pobres porque tienen la mayor proporción de su dinero en efectivo».
Los especialistas disertaron en el 13º Congreso Tributario organizado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad de Buenos Aires.
Según Argañaraz, la presión tributaria aumentó 43% desde 2000, o 33%, si se excluye la seguridad social.
Con respecto al PBI, la carga fiscal sobre particulares y empresas trepó 6,3 puntos porcentuales, donde los impuestos que más pesaron fueron los que gravan el comercio exterior y el impuesto al cheque, en el orden nacional, e Ingresos Brutos en las provincias.
Esos tres gravámenes suman 5,7 puntos porcentuales, mientras que IVA y Ganancias sólo representan 1,9 puntos del PBI.
Los impuestos provinciales inmobiliario y a los automotores, disminuyeron 0,4 puntos. Argañaraz sostuvo que las provincias prefieren dejar de cobrarlos porque son los que más afectan a las personas que son su base electoral, y en cambio el Impuesto sobre los Ingresos Brutos y el de Sellos pasaron de representar 87% de la recaudación subnacional desde 72% en 2000.
En el consolidado Nación-provincias, los impuestos considerados «más distorsivos» por Argañaraz, que son las retenciones, el impuesto al cheque, Ingresos Brutos y Sellos pasaron a tener 34% de participación en la recaudación consolidada desde 14% en 2000.
Como contracara, Argañaraz calculó que el gasto público consolidado es del 33,9% del PBI y creció 35% desde 2000.
En puntos porcentuales, el gasto consolidado subió 8,5 puntos porcentuales, de los cuales 2,8 puntos son subsidios al sector privado y sólo 1,6 puntos se destinan a inversión real directa.
Por su parte, Llach comentó que la presión impositiva según el Ministerio de Economía es del 33% del PBI, pero dijo que en esa cifra no se incluyeron 1% de tasas municipales, 2,8% de impuestos al trabajo con destino a los obras sociales sindicales y 1,9% de aportes a la seguridad social provincial.
Llach añadió a esa cuenta un 1% más del PBI que «se paga efectivamente como impuesto inflacionario».
De este modo, dijo Llach, se llega a tributar en el sector formal de la economía el 50% del ingreso, y añadió que «esto es un desincentivo al trabajo y a la producción».
Señaló que al gran peso de impuestos indirectos en el esquema impositivo argentino se debe sumar otra inequidad, que es que la que afecta a los que pagan por los que no pagan. Aceptó que la evasión tributaria disminuyó pero sostuvo que «sigue siendo muy importante».
Por otra parte, indicó que 1% del PBI se destina a subsidiar gastos de los sectores de mayores ingresos.
Llach opinó que para mantener la competitividad sin subir el tipo de cambio se deben bajar impuestos a la producción.
En tal sentido, recordó que las exportaciones industriales pagan 5% de retenciones, a lo que hay que sumar restricciones cuantitativas, por ejemplo, en el sector agroalimentario. Calculó que se pierden $ 25.000 millones de producción y $ 15.000 millones de exportaciones por las prohibiciones vigentes.
Por su parte, Juan José Llach sumó 1 punto más del PBI por el «impuesto inflacionario», del que dijo que «los que más pagan son los pobres porque tienen la mayor proporción de su dinero en efectivo».
Los especialistas disertaron en el 13º Congreso Tributario organizado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad de Buenos Aires.
Según Argañaraz, la presión tributaria aumentó 43% desde 2000, o 33%, si se excluye la seguridad social.
Con respecto al PBI, la carga fiscal sobre particulares y empresas trepó 6,3 puntos porcentuales, donde los impuestos que más pesaron fueron los que gravan el comercio exterior y el impuesto al cheque, en el orden nacional, e Ingresos Brutos en las provincias.
Esos tres gravámenes suman 5,7 puntos porcentuales, mientras que IVA y Ganancias sólo representan 1,9 puntos del PBI.
Los impuestos provinciales inmobiliario y a los automotores, disminuyeron 0,4 puntos. Argañaraz sostuvo que las provincias prefieren dejar de cobrarlos porque son los que más afectan a las personas que son su base electoral, y en cambio el Impuesto sobre los Ingresos Brutos y el de Sellos pasaron de representar 87% de la recaudación subnacional desde 72% en 2000.
En el consolidado Nación-provincias, los impuestos considerados «más distorsivos» por Argañaraz, que son las retenciones, el impuesto al cheque, Ingresos Brutos y Sellos pasaron a tener 34% de participación en la recaudación consolidada desde 14% en 2000.
Como contracara, Argañaraz calculó que el gasto público consolidado es del 33,9% del PBI y creció 35% desde 2000.
En puntos porcentuales, el gasto consolidado subió 8,5 puntos porcentuales, de los cuales 2,8 puntos son subsidios al sector privado y sólo 1,6 puntos se destinan a inversión real directa.
Por su parte, Llach comentó que la presión impositiva según el Ministerio de Economía es del 33% del PBI, pero dijo que en esa cifra no se incluyeron 1% de tasas municipales, 2,8% de impuestos al trabajo con destino a los obras sociales sindicales y 1,9% de aportes a la seguridad social provincial.
Llach añadió a esa cuenta un 1% más del PBI que «se paga efectivamente como impuesto inflacionario».
De este modo, dijo Llach, se llega a tributar en el sector formal de la economía el 50% del ingreso, y añadió que «esto es un desincentivo al trabajo y a la producción».
Señaló que al gran peso de impuestos indirectos en el esquema impositivo argentino se debe sumar otra inequidad, que es que la que afecta a los que pagan por los que no pagan. Aceptó que la evasión tributaria disminuyó pero sostuvo que «sigue siendo muy importante».
Por otra parte, indicó que 1% del PBI se destina a subsidiar gastos de los sectores de mayores ingresos.
Llach opinó que para mantener la competitividad sin subir el tipo de cambio se deben bajar impuestos a la producción.
En tal sentido, recordó que las exportaciones industriales pagan 5% de retenciones, a lo que hay que sumar restricciones cuantitativas, por ejemplo, en el sector agroalimentario. Calculó que se pierden $ 25.000 millones de producción y $ 15.000 millones de exportaciones por las prohibiciones vigentes.
Fuente Iaraf
(Actividad Económica – Panorama Económico)
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