El 50% de exportación pertenece a soja y compras desde Brasil

Argentina – 26/07/2011 – Ambito Financiero – Pág. 14/Panorama Financiero – Tiempo de Lectura: 2′ 33»
 
Según un estudio de la Fundación Mediterránea hoy existe una notoria dependencia de la oleaginosa
Casi el 50% del total de las exportaciones argentinas se resume en el complejo sojero y las compras de Brasil, según un estudio de Jorge Vasconcelos, investigador en jefe de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea. El economista destacó que «si la diversificación es una de las expresiones de la competitividad de un país, entonces ese parámetro no nos favorece».Otro error -indicó- sería minimizar la importancia de esta cuestión, amparados en una lectura complaciente de la situación de la Argentina hoy, que «no luce tan mal si se la compara con la crisis de la periferia europea».«Los despachos vinculados al complejo sojero, desde los porotos hasta los aceites, pasando por diversos subproductos, representan un cuarto del total de las exportaciones argentinas», dijo. Contrariamente a lo que muchos piensan, este segmento de las ventas al exterior contiene significativo valor agregado y uno o dos procesos de industrialización: «No hay nada objetable en el complejo», explicó.«El tema es que, en el último quinquenio, su participación no ha hecho más que aumentar en el total de las exportaciones argentinas, para dejarnos actualmente en un territorio de notoria soja dependencia», analizó. El complejo sojero trepó del 20,8% al 25,4% entre 2005 y 2010, cuando se mide su participación en el total de ventas al exterior. Al observar lo que ocurre con el complejo cerealero, que incluye trigo, maíz y derivados, «tenemos que en el último quinquenio se mantuvo estancado en torno al 7,5%/8% del total de las exportaciones argentinas. Esto pese a que los precios internacionales de los cereales subieron más que los de la soja. Entre 2005 y 2011, el trigo aumentó un 160% en dólares, el maíz un 224%, y la oleaginosa lo hizo un 125%.Tampoco el fenómeno se explica por haberse derivado más granos a generar proteínas animales de exportación: el complejo bovino, que incluye carnes y lácteos, cayó del 7,3% al 4,8% en su participación en el total de ventas al exterior entre 2005 y el presente. «Obviamente, la soja dependencia no debe combatirse desalentando el cultivo y la industrialización de la oleaginosa, sino promoviendo actividades alternativas», aclaró. La soja sufre una elevada presión impositiva, pero es la menos afectada en materia de regulaciones y restricciones de exportación cuando se la compara con cereales, carnes y lácteos. De hecho, la retención implícita que enfrentan el trigo y el maíz es más elevada que la retención explícita de la soja, aseguró el experto. El caso de Brasil también es clave en la canasta exportadora argentina. «El vecino del Mercosur absorbe el 21,6% del total de ventas al exterior y esa participación puede sumarse a la del complejo sojero, porque este último opera sobre terceros mercados. Tenemos, entonces, el 47% del total de exportaciones del país entre ambos segmentos, cuando en 2005 la participación sumada era del 36,5%», manifestó. Para superar la Brasil-dependencia, «la peor idea sería tratar de restringir el comercio en el Mercosur. Este ámbito es clave para resolver los serios problemas de escala que afectan a un buen número de industrias locales», culminó.
El complejo sojero trepó del 20,8% al 25,4% entre 2005 y 2010, cuando se mide su participación en el total de ventas al exterior.
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