Brasil: Dilma baja impuestos para estimular la economía

Argentina – 04/04/2012 – Clarín – Pág. 26-27/Sección: El Mundo – Tiempo de Lectura: 4′ 06»
 
Por Eleonora Gosman
Apunta a revertir el deterioro de la producción industrial. Habrá una baja en los aportes patronales cercana al 20% y una reducción impositiva para 15 sectores manufactureros. Y se aumentará el gravamen sobre las bebidas alcohólicas.
La presidenta Dilma Rousseff anunció ayer un paquete de medidas que apuntan a un objetivo prioritario: revertir el deterioro de la producción industrial.
Ya había anticipado, una semana atrás, que estaba en preparación una nueva fase de su gestión con el «Plan Brasil Mayor». Su lanzamiento fue en simultáneo con las nuevas mediciones de la actividad fabril, y ayudó a disimular las cifras de la caída registrada en febrero, que fue de 3,9% en relación al mismo mes de 2011.
A un costo de 33.500 millones de dólares, la esencia de la estrategia oficial consiste en una fuerte baja de las cargas laborales y reducción impositiva (del Impuesto a la Producción Industrial) para 15 sectores manufactureros que según el gobierno de Dilma estarían en una situación vulnerable. Forma parte del plan la ampliación de los aportes del Tesoro Nacional a los bancos oficiales, especialmente el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). La disminución de las cargas patronales es significativa: según el Ministerio de Hacienda representa una quita de 20% en la contribución empresarial al sistema de seguridad social.
Esta medida no se generaliza sino que rige exclusivamente para aquellos rubros que fueron identificados como problemáticos, especialmente por causa del real sobrevaluado frente al dólar. El programa prevé incentivos especiales para el sector de información y comunicaciones.
Otro de los pilares del plan es el «engorde» del BNDES. El banco de fomento dispondrá de 25.000 millones de dólares adicionales que les serán transferidos desde el Tesoro. Esto permitirá a la entidad oficial otorgar préstamos dentro del Programa de Sostén de la Inversión (PSI) que entrará en vigencia inmediata. Ese capítulo incluye, además, 2.100 millones de dólares que el gobierno de Dilma usará para compras de productos nacionales que tendrán una preferencia de hasta 25% sobre los importados, en las licitaciones públicas.
De acuerdo con el ministro Guido Mántega las medidas se completarán con una política de cambios que mantenga un equilibrio entre el real y el dólar. El titular de la cartera de Hacienda sostuvo que entre las disposiciones figura aumentar las reservas en divisas internacionales (lo que implica una política activa de compra de la moneda norteamericana) y mantener el impuesto a las operaciones financieras (IOF) que ha ejercido un efecto moderador sobre el ingreso de capitales especulativos.
El ministro aseguró que «el conjunto de medidas irá a fortalecer la economía brasileña y garantizará la continuidad de un crecimiento sostenible». Consideró, también, que esas decisiones responden «a los problemas que son creados por la crisis económica mundial».
Para compensar la renuncia fiscal de 33 mil millones de dólares, al menos parcialmente, el gobierno pasa a aumentar el gravamen que pesa sobre las bebidas alcohólicas. No es un detalle menor en un país que se caracteriza por el fuerte consumo de cerveza.
En cambio no piensa incrementar el peso tributario sobre el tabaco. En los cálculos oficiales, se dejará de recaudar este año por la reducción de los costos laborales aproximadamente 2.700 millones de dólares, mientras que el costo específico de las exenciones impositivas sobre la producción industrial (IPI) ascenderá en 2012 a 1.700 millones de dólares.
Para la presidenta Dilma Rousseff, que anunció el plan ayer al mediodía en un discurso pronunciado en el Palacio del Planalto, Brasil «redoblará los esfuerzos» para garantizar sus exportaciones. Indicó que «los negociadores» irán a todas las instancias posibles para asegurarse la competitividad de los productos nacionales.
Dilma condenó la práctica de países industrializados que han adoptado medidas proteccionistas y que han devaluado sus monedas en beneficio de la producción local. Sostuvo que su gobierno «adoptará todas las salvaguardas posibles» que sean necesarias en la defensa de la producción industrial brasileña, tanto en el mercado interno como en el exterior.
Mantega anunció que el gobierno reducirá los impuestos que inciden sobre inversiones en la construcción de puertos y ferrocarriles y en la ampliación de la red de banda ancha para Internet y ampliará la oferta de crédito a tasas de interés más bajas para el sector productivo y para los exportadores.
«Con estas medidas, creemos que Brasil tendrá el estímulo necesario para seguir en la trayectoria de crecimiento. Es posible para Brasil crecer 4,5 por ciento este año «pues el país» tiene entre otras cosas un mercado interno dinámico», aseguró el ministro.
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La Argentina del año 2001
En marzo de 2001 cuando ocupó la cartera de Economía, Domingo Cavallo impulsó los llamados planes de Competitividad que consistían en una reducción de impuestos y de las contribuciones patronales a la seguridad social para reducir los costos de producción. La apuesta era que el costo fiscal de las medidas se neutralizara por las mayores ventas y el aumento del empleo originados. Sin embargo, esas políticas generaron una reducción de los ingresos del Tesoro y, además, la actividad económica no se recuperó.
Ante este panorama, unido a la reducción de salarios, al fuerte endeudamiento y a la caída de las reservas, en diciembre de 2001 estalló la crisis.
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(Comercio Exterior)

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