El Gobierno reclama a la banca privada que participe en el (…)
Argentina – 31/08/2011 – Buenos Aires Económico – Pág. 3/Sección: Argentina – Tiempo de Lectura: 2′ 55»
El Gobierno reclama a la banca privada que participe en el financiamiento de largo plazo:
Brasil y la Argentina debatieron el sistema de crédi
El Gobierno reclama a la banca privada que participe en el financiamiento de largo plazo:
Brasil y la Argentina debatieron el sistema de crédi
En el marco del congreso de AEDA, funcionarios argentinos y brasileños analizaron el financiamiento a largo plazo. Los técnicos locales respaldaron el sistema de banca de fomento argentino y relativizaron la creación de un BNDES criollo.
La Argentina y Brasil analizaron el financiamiento de largo plazo y coincidieron en que «no se puede pretender que el sector público desde su estructura financie toda la inversión de largo plazo». Así lo señaló el subsecretario de Financiamiento del Ministerio de Economía, Adrián Cosentino, en su rol de director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
Ante la falta de una banca tradicional de desarrollo como el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) en la Argentina, el funcionario destacó que existe «un sistema de banca de fomento» formado por los aportes de la banca pública, las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, los créditos del Bicentenario y los subsidios de tasa.
«La Argentina no tiene un problema de recursos. El proceso de crecimiento se financió con el ahorro interno», aseguró el funcionario, que además reconoció que «se necesita hacer un trabajo para conectar oferta y demanda, para la difusión de los instrumentos».
La estrategia de financiamiento, «casi cercana al arte», según el funcionario, contempla algunos instrumentos como asistencia crediticia de segundo piso, reaseguro, swaps y líneas de primer piso para grandes proyectos.
Tanto en la Argentina como en Brasil, la banca pública lidera el financiamiento productivo. En el país, a través de la ingeniería sistémica a la que hizo referencia el funcionario. En Brasil, el 70% del crédito a la inversión se canaliza a través del BNDES, que el año pasado contribuyó con u$s 80.000 millones a la formación de capital fijo.
Cosentino compartió el panel de apertura de la segunda jornada del congreso de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA) con el director del BNDES, Joáo Carlos Ferraz, quien consideró que la banca pública «es esencial para la estabilidad sistémica» y destacó el fondeo del Tesoro a la entidad para evitar un estrangulamiento del crédito.
BANCA PRIVADA. «El Estado tiene que promover la generación de más y mejores empleos para fortalecer las capacidades si el mundo va a ser tan cruel como parece que va a ser», indicó. En ese marco, también Brasil considera que hay espacio para desarrollar la participación de la banca privada -volcada al financiamiento de consumo- y para la ampliación de su mercado de capitales. Sobre la Argentina, Cosentino evaluó que la banca comercial mejoró su actuación en los préstamos a la producción, pero «todavía hay un margen fenomenal para que atiendan esa demanda, que es un excelente negocio bancario».
Así, uno de los arquitectos del último canje de deuda consideró también que al mercado de capitales «alguien tiene que acercarle la demanda. La banca -pública y privada-pueden especializarse en generar activos crediticios», indicó. «Crear un mercado de crédito de largo plazo es muy complicado», reconoció Cosentino.
Ante el cuadro de crisis global, los representantes del sector financiero coincidieron en que hay que mantener los estímulos a la industria y al mercado interno, que es una de las fortalezas de la región. «La demanda de commodities juega a favor, aunque eso no es defender una ‘commoditización’ de nuestras economías», señaló Ferraz. Brasil, de cara al Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos, mantendrá la inversión en infraestructura y para las obras de Petrobras.
El aporte estatal en obras, según los datos que presentó Débora Giorgi en el panel de la tarde, llevó 0,7% del PBI al 5% mientras que la inversión en energía pasó de $131 millones en el 2003 a $17.300 millones en el 2010.
La Argentina y Brasil analizaron el financiamiento de largo plazo y coincidieron en que «no se puede pretender que el sector público desde su estructura financie toda la inversión de largo plazo». Así lo señaló el subsecretario de Financiamiento del Ministerio de Economía, Adrián Cosentino, en su rol de director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
Ante la falta de una banca tradicional de desarrollo como el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) en la Argentina, el funcionario destacó que existe «un sistema de banca de fomento» formado por los aportes de la banca pública, las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, los créditos del Bicentenario y los subsidios de tasa.
«La Argentina no tiene un problema de recursos. El proceso de crecimiento se financió con el ahorro interno», aseguró el funcionario, que además reconoció que «se necesita hacer un trabajo para conectar oferta y demanda, para la difusión de los instrumentos».
La estrategia de financiamiento, «casi cercana al arte», según el funcionario, contempla algunos instrumentos como asistencia crediticia de segundo piso, reaseguro, swaps y líneas de primer piso para grandes proyectos.
Tanto en la Argentina como en Brasil, la banca pública lidera el financiamiento productivo. En el país, a través de la ingeniería sistémica a la que hizo referencia el funcionario. En Brasil, el 70% del crédito a la inversión se canaliza a través del BNDES, que el año pasado contribuyó con u$s 80.000 millones a la formación de capital fijo.
Cosentino compartió el panel de apertura de la segunda jornada del congreso de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA) con el director del BNDES, Joáo Carlos Ferraz, quien consideró que la banca pública «es esencial para la estabilidad sistémica» y destacó el fondeo del Tesoro a la entidad para evitar un estrangulamiento del crédito.
BANCA PRIVADA. «El Estado tiene que promover la generación de más y mejores empleos para fortalecer las capacidades si el mundo va a ser tan cruel como parece que va a ser», indicó. En ese marco, también Brasil considera que hay espacio para desarrollar la participación de la banca privada -volcada al financiamiento de consumo- y para la ampliación de su mercado de capitales. Sobre la Argentina, Cosentino evaluó que la banca comercial mejoró su actuación en los préstamos a la producción, pero «todavía hay un margen fenomenal para que atiendan esa demanda, que es un excelente negocio bancario».
Así, uno de los arquitectos del último canje de deuda consideró también que al mercado de capitales «alguien tiene que acercarle la demanda. La banca -pública y privada-pueden especializarse en generar activos crediticios», indicó. «Crear un mercado de crédito de largo plazo es muy complicado», reconoció Cosentino.
Ante el cuadro de crisis global, los representantes del sector financiero coincidieron en que hay que mantener los estímulos a la industria y al mercado interno, que es una de las fortalezas de la región. «La demanda de commodities juega a favor, aunque eso no es defender una ‘commoditización’ de nuestras economías», señaló Ferraz. Brasil, de cara al Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos, mantendrá la inversión en infraestructura y para las obras de Petrobras.
El aporte estatal en obras, según los datos que presentó Débora Giorgi en el panel de la tarde, llevó 0,7% del PBI al 5% mientras que la inversión en energía pasó de $131 millones en el 2003 a $17.300 millones en el 2010.
(Panorama Económico – Petrobrás)
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