YPF presentó un ambicioso plan, pero faltan definiciones
Argentina – 06/06/2012 – La Nación – Pág. 1/Economía & Negocios – Tiempo de Lectura: 3′ 52»
La nueva etapa / En cinco años prevén aumentar la producción un 36%: El CEO de la empresa espera revertir la situación actual, aunque no dijo de dónde saldrán los fondos: Por José Hidalgo Pallares | LA NACION
La nueva etapa / En cinco años prevén aumentar la producción un 36%: El CEO de la empresa espera revertir la situación actual, aunque no dijo de dónde saldrán los fondos: Por José Hidalgo Pallares | LA NACION
Agresivo pero realista. Así definió Miguel Galuccio, CEO y presidente de la «nueva» YPF, el plan estratégico de la petrolera que se presentó ayer en un acto oficial que contó con la presencia de las principales autoridades del gobierno nacional, incluida la presidenta Cristina Kirchner. En el plan detallado por Galuccio se espera revertir la caída en la producción y en las reservas de gas y petróleo observada en los últimos años y convertir a la Argentina en «un país líder» en materia energética.
En palabras de Galuccio, el objetivo final de la nueva gestión de YPF, empresa que está bajo control estatal desde abril, cuando el Gobierno expropió a la española Repsol el 51% de sus acciones en la petrolera, es aumentar el abastecimiento de gas y petróleo, para lo cual será necesario llevar la inversión a US$ 7000 millones anuales en los próximos cinco años, es decir, el doble de la inversión actual, hasta llegar a un total de US$ 38.500 millones. Con eso se espera llegar, en 2017, a una producción de 216 millones de barriles de petróleo equivalentes, es decir, 36% más que la producción estimada para este año
En su presentación, que se llevó a cabo en el Hotel Sheraton, Galuccio afirmó que parte de esa inversión provendrá del propio flujo operativo de la empresa, pero que también será necesaria la participación de inversores externos. En este punto habló de empresas de servicios petroleros, de compañías que tengan el know how para la explotación de recursos no convencionales y de otras capaces de aportar la tecnología necesaria, pero no dio opciones puntuales.
También habló de «socios financieros» que invertirían en la empresa a través del mercado de capitales, aunque no detalló el mecanismo financiero que se piensa adoptar. Hay que recordar que la Argentina no acude al mercado internacional de capitales desde que declaró el default de su deuda y que las empresas nacionales que buscan financiamiento en el exterior deben pagar una elevada tasa de interés, como consecuencia de la baja calificación de la deuda soberana del país. En este contexto adquiere más trascendencia la intención del Gobierno de impulsar que sean los bancos locales los que le presten dinero a YPF.
En sintonía con el discurso oficial, Galuccio dijo que el déficit energético que actualmente sufre la Argentina (y que rondó los US$ 4000 millones el año pasado) se explica, en parte, por el alto crecimiento económico que el país alcanzó desde 2003 (cuando Néstor Kirchner llegó al poder) y que incrementó la demanda de energía. No mencionó las políticas oficiales que desalentaron la inversión en el sector petrolero.
Al contrario, el nuevo CEO de YPF cargó las tintas contra la anterior administración de la petrolera, al mencionar que la caída en la producción de esta empresa (a un ritmo de 6% anual) explica el 80% de la caída de la producción total del país en los últimos años.
Para revertir esta situación, Galuccio mencionó dos «pilares de crecimiento»: el rejuvenecimiento de yacimientos maduros y el desarrollo intensivo de recursos no convencionales. Este tipo de recursos es, según Galuccio, donde la Argentina presenta el mayor potencial, pues hasta ahora sólo se ha explorado una parte de este tipo de cuencas.
Las palabras de la Presidenta
Después de Galuccio intervino la Presidenta. Durante su discurso ella insistió, repetidas veces, en que el Gobierno pudo haber expropiado la totalidad de YPF, pero que no se tomó esa decisión porque el Gobierno no actúa «dogmáticamente», sino, según ella, de la manera que más le conviene al país, lo que en el caso de YPF era una asociación mixta.
En una intervención que trató temas tan diversos como la crisis internacional, la soberanía de las Malvinas y anécdotas personales, la Presidenta pronunció una frase que contradice el modo en que el Gobierno manejó la caída en la producción de hidrocarburos: «Yo siempre digo que los que producen las crisis difícilmente puedan resolverlas». Muy cerca de ella estaba sentado el ministro de Planificación, Julio De Vido, bajo cuya gestión la Argentina pasó de ser un país superavitario a deficitario en materia energética, pese a lo cual fue nombrado interventor en YPF tras la expropiación.
En el estrado también estaba el secretario de Política Económica, Axel Kicillof, y varios de los directores de YPF nombrados anteayer. Entre el público, además de varios miembros del gabinete, estaban algunos empresarios, como Eduardo Elsztain (grupo IRSA), José Ignacio de Mendiguren (presidente de la Unión Industrial Argentina), Cristóbal López (grupo Indalo), Juan Carlos Lascurain (presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos), Carlos Heller (Banco Credicoop) y Horacio Cester (Sinopec), entre otros.
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En palabras de Galuccio, el objetivo final de la nueva gestión de YPF, empresa que está bajo control estatal desde abril, cuando el Gobierno expropió a la española Repsol el 51% de sus acciones en la petrolera, es aumentar el abastecimiento de gas y petróleo, para lo cual será necesario llevar la inversión a US$ 7000 millones anuales en los próximos cinco años, es decir, el doble de la inversión actual, hasta llegar a un total de US$ 38.500 millones. Con eso se espera llegar, en 2017, a una producción de 216 millones de barriles de petróleo equivalentes, es decir, 36% más que la producción estimada para este año
En su presentación, que se llevó a cabo en el Hotel Sheraton, Galuccio afirmó que parte de esa inversión provendrá del propio flujo operativo de la empresa, pero que también será necesaria la participación de inversores externos. En este punto habló de empresas de servicios petroleros, de compañías que tengan el know how para la explotación de recursos no convencionales y de otras capaces de aportar la tecnología necesaria, pero no dio opciones puntuales.
También habló de «socios financieros» que invertirían en la empresa a través del mercado de capitales, aunque no detalló el mecanismo financiero que se piensa adoptar. Hay que recordar que la Argentina no acude al mercado internacional de capitales desde que declaró el default de su deuda y que las empresas nacionales que buscan financiamiento en el exterior deben pagar una elevada tasa de interés, como consecuencia de la baja calificación de la deuda soberana del país. En este contexto adquiere más trascendencia la intención del Gobierno de impulsar que sean los bancos locales los que le presten dinero a YPF.
En sintonía con el discurso oficial, Galuccio dijo que el déficit energético que actualmente sufre la Argentina (y que rondó los US$ 4000 millones el año pasado) se explica, en parte, por el alto crecimiento económico que el país alcanzó desde 2003 (cuando Néstor Kirchner llegó al poder) y que incrementó la demanda de energía. No mencionó las políticas oficiales que desalentaron la inversión en el sector petrolero.
Al contrario, el nuevo CEO de YPF cargó las tintas contra la anterior administración de la petrolera, al mencionar que la caída en la producción de esta empresa (a un ritmo de 6% anual) explica el 80% de la caída de la producción total del país en los últimos años.
Para revertir esta situación, Galuccio mencionó dos «pilares de crecimiento»: el rejuvenecimiento de yacimientos maduros y el desarrollo intensivo de recursos no convencionales. Este tipo de recursos es, según Galuccio, donde la Argentina presenta el mayor potencial, pues hasta ahora sólo se ha explorado una parte de este tipo de cuencas.
Las palabras de la Presidenta
Después de Galuccio intervino la Presidenta. Durante su discurso ella insistió, repetidas veces, en que el Gobierno pudo haber expropiado la totalidad de YPF, pero que no se tomó esa decisión porque el Gobierno no actúa «dogmáticamente», sino, según ella, de la manera que más le conviene al país, lo que en el caso de YPF era una asociación mixta.
En una intervención que trató temas tan diversos como la crisis internacional, la soberanía de las Malvinas y anécdotas personales, la Presidenta pronunció una frase que contradice el modo en que el Gobierno manejó la caída en la producción de hidrocarburos: «Yo siempre digo que los que producen las crisis difícilmente puedan resolverlas». Muy cerca de ella estaba sentado el ministro de Planificación, Julio De Vido, bajo cuya gestión la Argentina pasó de ser un país superavitario a deficitario en materia energética, pese a lo cual fue nombrado interventor en YPF tras la expropiación.
En el estrado también estaba el secretario de Política Económica, Axel Kicillof, y varios de los directores de YPF nombrados anteayer. Entre el público, además de varios miembros del gabinete, estaban algunos empresarios, como Eduardo Elsztain (grupo IRSA), José Ignacio de Mendiguren (presidente de la Unión Industrial Argentina), Cristóbal López (grupo Indalo), Juan Carlos Lascurain (presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos), Carlos Heller (Banco Credicoop) y Horacio Cester (Sinopec), entre otros.
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Axel Kicillof, Julio De Vido, Cristina Kirchner y Miguel Galuccio, ayer durante la presentación del plan estratégico de YPF. Foto: LA NACION / Rodrigo Nespolo
(Sector Energía – Ministerio de Planif. Federal, Inversión Púb. y Servicios – Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – Panorama Económico)
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