Sentamos las bases para el crecimiento a largo plazo

Argentina – 02/09/2011 – Ambito Financiero – Pág. 10 – Tiempo de Lectura: 3′ 16»
 
Cristina de Kirchner encabezó los festejos por el Día de la Industria organizados en la muestra Tecnópolis por la Unión Industrial, con la presencia de casi 2.000 industriales, sindicalistas y dirigentes de entidades empresariales. También estuvieron todos los ministros del gabinete nacional, numerosos gobernadores de provincias e intendentes de la región metropolitana. Estas presencias, más que demostrar el poder de convocatoria de la UIA, hacen pensar que la industria seguirá siendo uno de los sectores más favorecidos. La ministra de Industria explica los avances en esta materia y cómo piensa el Gobierno profundizar su orientación industrialista. Por su parte, José Ignacio de Mendiguren, titular de la central fabril, llamó a «recalentar la inversión en lugar de enfriar la economía», un latiguillo que viene usando hace tiempo, pero que fue recogido hasta por la Presidente.

Tenemos el doble de industria que hace ocho años. Y no es producto de la casualidad ni del viento de cola, ya que ha habido muchos momentos históricos de buenos precios internacionales y también hubo vocación industrializadora, y sin embargo no se pudo construir un crecimiento perdurable. El crecimiento que hoy gozamos es el resultado de una firme decisión de instrumentar políticas activas por parte de un Estado presente. Un Estado que ha sabido construir, ladrillo por ladrillo, un crecimiento sostenido en la inversión en infraestructura productiva, en la capacitación de los recursos humanos y en el desarrollo científico tecnológico. Es decir, que ha sentado las bases para un crecimiento de largo plazo y sustentable. La suba de la demanda del mercado interno y la exigencia del Gobierno de sustituir importaciones en sectores clave de la industria, generaron el arribo sostenido de inversiones de todos los sectores y de firmas globales que empezaron a producir en el país. Este proceso de sustitución de importaciones no es cortoplacista; por el contrario, se producen en la Argentina bienes del mismo nivel tecnológico que los que antes se importaban, y que están en el estándar máximo de calidad a nivel mundial: celulares, textiles, línea blanca, motos, por citar solo algunos. Así, la industria nacional vuelve a tener protagonismo en nuestro mercado interno y se consolida una real industrialización que permite que nuestro país se integre cada vez más al mundo. De pie: Ahora vamos por más, por industrias que agreguen cada vez más valor y tecnología, completando los eslabones faltantes; vamos por las cosechadoras y los tractores, por más autopartes, por más medicamentos y bienes de capital, pero considerando procesos productivos de punta en tecnología y productos que satisfagan esos estándares. Este proceso de crecimiento es acompañado y sostenido también por la inversión privada, porque los empresarios saben que es rentable invertir y producir en la Argentina, no sólo para satisfacer la creciente demanda interna sino también como plataforma exportadora al resto del mundo. El esfuerzo público y privado permitió que la inversión aumentara a un ritmo del 18% anual, lográndose la máxima participación de la inversión en equipo durable en el PBI desde la década del 40: el 10,6% en el primer trimestre de este año. Esto asegura un incremento sustentable de la actividad industrial en la Argentina, genera más capacidad productiva, más trabajo y más ingresos; un círculo virtuoso donde la inversión amplía el mercado interno y a su vez responde al aumento de la demanda. Logramos que la industria argentina se ponga de pie y ahora desarrollamos el Plan Estratégico Industrial Argentina 2020 para seguir creciendo y desarrollar todo nuestro potencial hasta consolidar definitivamente la industria como herramienta para lograr la justicia social. No nos conformamos con cualquier industria: estamos diseñando los lineamientos para alcanzar una producción de competitividad mundial, con cadenas de producción consolidadas y «largas», con incorporación de tecnología, para insertarnos con éxito en las cadenas globales. La industria argentina estará en condiciones, en los próximos 10 años, de generar al menos 1.500.000 puestos de trabajo industriales, duplicar su producto industrial, exportar casi 140.000 millones de dólares y sustituir el 45% de lo que hoy importamos. Esa industria fortalecida y competitiva nos permite pensar -ya no soñar- que la Argentina industrializada e inclusiva está al alcance de esta generación.
Por: Débora Giorgi
Débora Giorgi

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