«La inflación se combate con más inversiones» Para el ex (…)

Argentina – 23/07/2011 – El Litoral – Tiempo de Lectura: 5′ 22»
 
Entrevista a Miguel Peirano
«La inflación se combate con más inversiones» Para el ex ministro de Economía es el gran desafío de los próximos años. Y que para ello, son necesarias medidas que las incentiven. El entrevistado habló de desafíos a encarar que permitan continuar con crecimiento y ganar mayores márgenes de estabilidad e inversión. Foto: Mauricio Garín:

— ¿Cuál es su visión de la economía argentina?

— Que está desenvolviéndose mejor que el promedio mundial en un escenario muy complejo, en particular de los países desarrollados. Creo que los factores más positivos que presenta son los niveles de crecimiento significativos, que hay que valorarlos en el contexto internacional.

Muestra un comportamiento de las variables macroeconómicas adecuado con niveles de empleo -en comparación con otras etapas históricas- también satisfactorios.

Es decir, está funcionando con equilibrio de sus variables y con un nivel de comportamiento de la actividad más que satisfactoria. Al mismo tiempo hay tareas o desafíos pendientes para preservar la competitividad de la actividad productiva.

— Respecto del tema inversiones, que es lo que de alguna manera genera un círculo virtuoso, ¿en qué situación está el país?

— Argentina tiene niveles de inversión importantes y cuando se los compara con el PBI son cifras más que considerables. De todos modos, para reducir la inflación, que es el gran desafío, hay que generar un incremento fuerte de la inversión que acompañe los niveles de demanda.

Creo que existe una concepción de la economía positiva en términos de resguardar el mercado interno, generar políticas de desarrollo, proteger la producción interna con medidas comerciales e incentivar el consumo pero, al mismo tiempo, son necesarias políticas de financiamiento al estilo de Brasil, reglas de juego más estables en el tiempo, favorecer la reinversión de utilidades con tratamiento diferencial en el impuesto a las Ganancias, es decir incentivos y condiciones que favorezcan el crecimiento de la inversión porque en una economía que funciona con demanda sostenida la manera para que no se generen tensiones inflacionarias es el incremento fuerte de la inversión y ése es el desafío de la economía argentina para los próximos años.

— Con respecto a los cuellos de botellas de la economía, hablaba de la inflación, otro puede ser el de la energía. ¿Le ve una solución en el corto plazo?

— El tema energético es un capítulo central no sólo en término del impacto en los precios sino en el análisis de la dinámica de la inversión. Hay sectores que podrían tener niveles de inversiones adicionales con mayor certidumbre.

El Ministerio de Planificación ha desarrollado planes muy importantes y creo que todo esto requiere ser encuadrado dentro de un plan más integral, más sistemático, porque al mismo tiempo hay sectores que generan inflación y no son responsabilidad de la política económica, como el precio de los commodities. Ahora, hay un conjunto de desafíos de la economía local en materia energética que permitirían reducir esa tensión de manera relativamente inmediata. No se trata tampoco de desafíos muy difíciles y complejos de encarar.

— Hay dos o tres temas que son motivo de críticas hacia el gobierno como la política de subsidios y el tipo de cambio.

— Respecto de los subsidios, no se trata de plantear que la economía no puede funcionar con subsidios ni de dejar de analizar su dimensión cuantitativa. Creo que es determinante que se destinen a preservar a los sectores con menores recursos o a incentivar el desarrollo, con una visión activa del Estado. Por eso, los subsidios requieren de un monitoreo del Estado muy cuidadoso con respecto de su utilización. La nueva etapa del gobierno puede permitir un análisis de cuáles son las prioridades y los niveles.

Con relación al tipo de cambio, desde 2003 hasta el presente, la economía tuvo una serie de factores que le ha permitido recuperarse, no sólo ha sido el contexto externo. Además de una política de cambio competitivo, una política comercial adecuada, la reivindicación y medidas especificas que favorecieron el mercado interno, una estrategia frente a las negociaciones internacionales, es decir un clima global favorable al desarrollo en particular de los sectores productivos y de la demanda interna. La competitividad es un conjunto de variables económicas y hay que resguardarla.

Hoy, el mundo compite por el mercado, el empleo, por agregar valor. Los países protegen sus mercados, resguardan sus empleos, tienen Estados activos para tratar de resolver sus crisis, imponen barreras comerciales y esa dinámica va a ser cada vez más agresiva porque el mundo va a discutir cómo resuelve los grandes problemas de desempleo. Por lo tanto, generar empleo va a ser política de Estado no solamente por razones económicas sino también por motivos sociales y políticos.

En este contexto, Argentina debería tener una visión muy activa para defender su mercado y generar un sistema competitivo que induzca a que las empresas puedan tener presencia en el mercado local y al mismo tiempo ganar mercados internacionales.

La relación con Brasil y el Mercosur
Respecto de la relación con Brasil, Peirano defendió lo actuado por el gobierno en los últimos años.

«En primer lugar, hay que entender que cuando Argentina adopta medidas de resguardo comercial en determinados sectores lo que está haciendo es compensar asimetrías originadas en el incumplimiento del funcionamiento del Mercosur, por ejemplo por políticas de subsidios nacionales o estaduales por parte de Brasil. Son medidas que se adoptan para resguardar sectores con alto impacto en las economías regionales en materia de empleo y son políticas que Argentina debe preservar».

Afirmó asimismo que «en las mesas de discusión y en los foros institucionales se pueden analizar los capítulos específicos de cada uno de los sectores, pero lo que no se puede es volver al Mercosur de los ‘90, donde el bloque funcionaba de manera que las inversiones se radicaban en Brasil y, en definitiva, lo único que implicaba era la eliminación de los aranceles, con Brasil generando desequilibrios.

«Hay que tener un Mercosur muy fuerte, y esto implica defender el interés nacional, generar las políticas y tomar las decisiones en las mesas de negociaciones que compensen las visiones de cada uno de los países. Ésa es la lógica que hay que preservar del Mercosur», dijo Peirano.

Consideró que existe margen a futuro para mantener una visión equilibrada de los países, mientras se le encuentra un cauce a estas tensiones que son lógicas y naturales porque cada país defiende su interés.

«Lo que está claro es que el Mercosur en su conjunto ha generado reglas mucho más consistentes que otros bloques como la Unión Europea. Se evitó la tentación de ir hacia una moneda única, tener políticas macroeconomicas comunes o políticas rígidas que hubieran generado una crisis muy significativa en el 2008 y 2009, y estarían generando incertidumbre en estos momentos. Existió madurez e inteligencia para entender que la integración no es simplemente tener una moneda única o eliminar aranceles sino generar políticas al interior de los países que profundicen la integración de las cadenas de valor y al mismo tiempo que cada país pueda tener un resguardo de sus sectores más sensibles», resumió.

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Gabriel Rossini

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