Planteo de Estados Unidos y Europa por las importaciones
Argentina – 30/03/2012 – Clarín – Pág. 29/Sección: Opinión – Tiempo de Lectura: 4′ 16»
Panorama empresarial : El gobierno de Obama y la Unión Europea, con el respaldo de China y México, tienen previsto denunciar hoy a la Argentina ante la Organización Mundial de Comercio.
Panorama empresarial : El gobierno de Obama y la Unión Europea, con el respaldo de China y México, tienen previsto denunciar hoy a la Argentina ante la Organización Mundial de Comercio.
Marcelo Bonelli
Estados Unidos y la Unión Europea desplegarán hoy, en forma conjunta, una fuerte ofensiva contra la Casa Rosada, para cuestionar internacionalmente la política de restricción de importaciones que lleva adelante Guillermo Moreno.
Washington y Europa tienen proyectado presentar esta mañana una denuncia formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), acusando a la Argentina de aplicar prácticas ilegales y desleales en el comercio de bienes.
Clarín confirmó que la gravedad de la movida determinó que el Gobierno argentino decidiera enviar de urgencia una misión secreta a Ginebra, en un intento por frenar la denuncia contra la política de importaciones vigente en el país.
La decisión de atacar a la Argentina habría sido resuelta al considerar que la estrategia para enfrentar la crisis externa que aplica la Casa Rosada vulnera las normas internacionales aceptadas por el Grupo de los 20 y la propia Cristina Kirchner.
El reclamo para que la OMC evalúe el tema y aplique sanciones responde al hecho de que Washington y Europa consideran inaceptable el torniquete de Moreno a las importaciones. Las autoridades de Estados Unidos y la Unión Europea tendrían decidido presentar hoy el reclamo en la reunión prevista en la OMC del «Consejo del Comercio de Mercaderías». La presentación, en caso de que el Gobierno no lograse pararla, contaría con la adhesión de China y de México, países que habrían adelantado su intención de respaldar el reclamo que formalmente presentarán las naciones industrializadas en Ginebra.
La noticia tomó por sorpresa a las máximas autoridades oficiales. Otra vez quedó al descubierto la impericia y falta de profesionalismo de los equipos de la Cancillería, del Ministerio de Economía y de la propia Secretaría de Comercio. Los censores de la Cancillería fracasaron. La primera noticia la tuvo el Gobierno recién en la noche del martes.
También mostraron imprevisión el embajador en EE.UU., Jorge Argüello, y el diplomático argentino en la OMC, Alberto D’Alotto, vicecanciller de Héctor Timerman hasta diciembre. Pero quedó en evidencia la política «rudimentaria» que lleva adelante la Secretaría de Comercio. Moreno estuvo distraído en Angola, mientras el malestar internacional se incubaba en Europa y EE.UU. Esta vez, Moreno apareció falto de todo reflejo y optó por desaparecer de la primera plana del Gobierno.
El martes, la Casa Rosada se sorprendió y paralizó frente a la noticia. Unas horas después cuando salió del estupor decidió organizar una misión de apuro a Ginebra, para tratar de neutralizar la ofensiva de los Estados Unidos y la UE.
El miércoles viajó a Europa Cecilia Naón, la flamante secretaria de Negociaciones Económicas Internacionales. La joven de La Cámpora tiene como instrucción política central intentar negociar y bloquear la dura acción de Barack Obama.
En el Gobierno temen que la denuncia conjunta de EE.UU. y sus aliados genere consecuencias políticas y económicas serias. Por lo pronto, se trataría de una objeción dura y pública en la OMC a la principal herramienta que usa la Casa Rosada para enfrentar la crisis de divisas: el torniquete sobre las importaciones para cubrir un faltante de 7.000 millones de dólares en el financiamiento del desequilibrio macroeconómico.
Naón tiene una absoluta inexperiencia en este tipo de negociaciones. Ayer comenzó su trabajo en Ginebra, pero en la Cancillería nadie estima que pueda frenar la ofensiva comercial de EE.UU. y la CEE.
Antes de viajar, la funcionaria mantuvo por lo menos diez conversaciones telefónicas con Axel Kicillof el viceministro de Economía y una reunión con Timerman.
El último fin de semana, Naón ya pasó por una mala experiencia en los Estados Unidos. Viajó a Washington con la mano derecha de Moreno, la funcionaria Beatriz Paglieri, para participar junto al embajador Argüello de reuniones destinadas a promocionar las exportaciones argentinas.
Estuvieron el viernes y el sábado. El lunes, la Casa Blanca dejó al trío en una posición realmente incómoda: Obama sancionó el comercio con la Argentina y la dejó afuera de los beneficios del Sistema Generalizado de Preferencias.
La falta de profesionalismo en los funcionarios técnicos es un dolor de cabeza constante para la administración kirchnerista. El último diplomático de carrera en Washington, el embajador Alfredo Chiaradía, dejó su cargo precisamente por las desprolijidades del Gobierno. Lo hizo en noviembre, durante la Cumbre del G-20, apenas unas horas antes de la reunión privada entre Cristina Kirchner y Barack Obama. Un secretario privado de la Presidenta se acercó a Chiaradía y le exigió que le entregara su credencial de máxima seguridad para que, en su lugar, participara de la reunión un vocero de la Casa Rosada y no el embajador. Chiaradía respondió que eso era imposible e improcedente. Se sacó la credencial diplomática y la rompió. Después sacudió: «Dígale a la Presidenta que me vuelvo ya a Buenos Aires». En esa cumbre entre Obama y Cristina se encuentra la explicación del endurecimiento de EE.UU. con el Gobierno argentino.
En Cannes, el jefe de la Casa Blanca hizo gestos de acercamiento a la Argentina. Pero en privado le pidió a Cristina que la Argentina cumpla con las nuevas obligaciones financieras surgidas de los juicios del CIADI. La Presidenta se comprometió ante Obama a solucionar el conflicto y cancelar pagos por unos US$ 300 millones. Pero las limitaciones de dólares en el Banco Central le jugaron una mala pasada: no se cumplió con el compromiso y eso generó la ahora militante reacción de Washington.
Estados Unidos y la Unión Europea desplegarán hoy, en forma conjunta, una fuerte ofensiva contra la Casa Rosada, para cuestionar internacionalmente la política de restricción de importaciones que lleva adelante Guillermo Moreno.
Washington y Europa tienen proyectado presentar esta mañana una denuncia formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), acusando a la Argentina de aplicar prácticas ilegales y desleales en el comercio de bienes.
Clarín confirmó que la gravedad de la movida determinó que el Gobierno argentino decidiera enviar de urgencia una misión secreta a Ginebra, en un intento por frenar la denuncia contra la política de importaciones vigente en el país.
La decisión de atacar a la Argentina habría sido resuelta al considerar que la estrategia para enfrentar la crisis externa que aplica la Casa Rosada vulnera las normas internacionales aceptadas por el Grupo de los 20 y la propia Cristina Kirchner.
El reclamo para que la OMC evalúe el tema y aplique sanciones responde al hecho de que Washington y Europa consideran inaceptable el torniquete de Moreno a las importaciones. Las autoridades de Estados Unidos y la Unión Europea tendrían decidido presentar hoy el reclamo en la reunión prevista en la OMC del «Consejo del Comercio de Mercaderías». La presentación, en caso de que el Gobierno no lograse pararla, contaría con la adhesión de China y de México, países que habrían adelantado su intención de respaldar el reclamo que formalmente presentarán las naciones industrializadas en Ginebra.
La noticia tomó por sorpresa a las máximas autoridades oficiales. Otra vez quedó al descubierto la impericia y falta de profesionalismo de los equipos de la Cancillería, del Ministerio de Economía y de la propia Secretaría de Comercio. Los censores de la Cancillería fracasaron. La primera noticia la tuvo el Gobierno recién en la noche del martes.
También mostraron imprevisión el embajador en EE.UU., Jorge Argüello, y el diplomático argentino en la OMC, Alberto D’Alotto, vicecanciller de Héctor Timerman hasta diciembre. Pero quedó en evidencia la política «rudimentaria» que lleva adelante la Secretaría de Comercio. Moreno estuvo distraído en Angola, mientras el malestar internacional se incubaba en Europa y EE.UU. Esta vez, Moreno apareció falto de todo reflejo y optó por desaparecer de la primera plana del Gobierno.
El martes, la Casa Rosada se sorprendió y paralizó frente a la noticia. Unas horas después cuando salió del estupor decidió organizar una misión de apuro a Ginebra, para tratar de neutralizar la ofensiva de los Estados Unidos y la UE.
El miércoles viajó a Europa Cecilia Naón, la flamante secretaria de Negociaciones Económicas Internacionales. La joven de La Cámpora tiene como instrucción política central intentar negociar y bloquear la dura acción de Barack Obama.
En el Gobierno temen que la denuncia conjunta de EE.UU. y sus aliados genere consecuencias políticas y económicas serias. Por lo pronto, se trataría de una objeción dura y pública en la OMC a la principal herramienta que usa la Casa Rosada para enfrentar la crisis de divisas: el torniquete sobre las importaciones para cubrir un faltante de 7.000 millones de dólares en el financiamiento del desequilibrio macroeconómico.
Naón tiene una absoluta inexperiencia en este tipo de negociaciones. Ayer comenzó su trabajo en Ginebra, pero en la Cancillería nadie estima que pueda frenar la ofensiva comercial de EE.UU. y la CEE.
Antes de viajar, la funcionaria mantuvo por lo menos diez conversaciones telefónicas con Axel Kicillof el viceministro de Economía y una reunión con Timerman.
El último fin de semana, Naón ya pasó por una mala experiencia en los Estados Unidos. Viajó a Washington con la mano derecha de Moreno, la funcionaria Beatriz Paglieri, para participar junto al embajador Argüello de reuniones destinadas a promocionar las exportaciones argentinas.
Estuvieron el viernes y el sábado. El lunes, la Casa Blanca dejó al trío en una posición realmente incómoda: Obama sancionó el comercio con la Argentina y la dejó afuera de los beneficios del Sistema Generalizado de Preferencias.
La falta de profesionalismo en los funcionarios técnicos es un dolor de cabeza constante para la administración kirchnerista. El último diplomático de carrera en Washington, el embajador Alfredo Chiaradía, dejó su cargo precisamente por las desprolijidades del Gobierno. Lo hizo en noviembre, durante la Cumbre del G-20, apenas unas horas antes de la reunión privada entre Cristina Kirchner y Barack Obama. Un secretario privado de la Presidenta se acercó a Chiaradía y le exigió que le entregara su credencial de máxima seguridad para que, en su lugar, participara de la reunión un vocero de la Casa Rosada y no el embajador. Chiaradía respondió que eso era imposible e improcedente. Se sacó la credencial diplomática y la rompió. Después sacudió: «Dígale a la Presidenta que me vuelvo ya a Buenos Aires». En esa cumbre entre Obama y Cristina se encuentra la explicación del endurecimiento de EE.UU. con el Gobierno argentino.
En Cannes, el jefe de la Casa Blanca hizo gestos de acercamiento a la Argentina. Pero en privado le pidió a Cristina que la Argentina cumpla con las nuevas obligaciones financieras surgidas de los juicios del CIADI. La Presidenta se comprometió ante Obama a solucionar el conflicto y cancelar pagos por unos US$ 300 millones. Pero las limitaciones de dólares en el Banco Central le jugaron una mala pasada: no se cumplió con el compromiso y eso generó la ahora militante reacción de Washington.
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