Los economistas jóvenes debaten las nuevas claves de la coyuntura

Argentina – 24/06/2012 – Clarín – Pág. 6/iEco – Tiempo de Lectura: 11′ 04»
 
LA ECONOMIA QUE VIENE

TEMAS CALIENTES INFLACION, RECESION, DOLAR Y MEDIDAS ECONOMICAS
Seis profesionales sub40, de todas las orientaciones políticas, se reunieron para dar su punto de vista sobre la realidad económica.

Patricio Merlani y Tomás Raffo comparten su fanatismo por Boca, Agustín D´Attellis, Ramiro Castiñeira y Pablo Lavigne lloraron por el descenso de River, mientras que Diego Coatz se lamenta porque su ídolo, Sebastián Verón, se retiró la semana pasada de su Estudiantes de la Plata. iEco reunió a estos seis economistas no para hablar de fútbol, sino para debatir sobre el nivel de actividad, la inflación, el dólar, los controles cambiarios y las perspectivas de la economía argentina.

Todos ellos tienen menos de 39 años y representan las voces de los diferentes actores que intervienen en la economía argentina. Patricio Merlani dejó la consultoría para ser la mano derecha del diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay; Tomás Raffo hace más de ocho años que acompaña a Claudio Lozano en la CTA; Agustín D´Attellis forma parte de la Gran Makro, uno de los espacios que reúne a los economistas kirchneristas; Ramiro Castiñeira es el economista jefe de la consultora Econométrica; Pablo Lavigne es una de las promesas de la Fundación Pensar, el `think tank´ que asesora a Mauricio Macri y Diego Coatz es economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA) y secretario de la Sociedad Internacional para el Desarrollo (SID).

NIVEL DE ACTIVIDAD

¿Cuál es su visión sobre el nivel de actividad económica? Diego Coatz (DC): La inercia macroeconómica te llevaba a cierta desaceleración de la economía.

Hubo un fomento de la demanda en 2009 y 2010 que fue lo que vimos en 2010 y 2011. Ahora aparecieron tres factores que hicieron que los tiempos se aceleren más de lo previsto. Por un lado la cosecha, que si bien no es 2009, es para seguir de cerca; por el otro, el sector automotriz y finalmente, lo que ocurre con la construcción. A pesar de estos tres puntos, hay factores que permiten pensar en el mediano plazo, como la fortaleza política, la cantidad de reservas, el superávit comercial y la sólida situación patrimonial de las empresas y las familias.

Tomás Raffo (TR): Estamos entrando en una fase de estancamiento, de desaceleración e incluso de menor nivel de actividad. Esto se ve en la evolución de la recaudación, que venía creciendo al 33% y el mes pasado aumentó 20% en términos interanuales. El otro punto es el impacto que tienen las políticas para contener la situación del dólar. Si la contención es a costa del nivel de actividad, no aparecerá por los precios, pero sí podría aparecer por el lado del empleo.

Agustín D´Attellis (AD): Coincido en que cualquier indicador de recaudación o actividad muestra una desaceleración, pero claramente no estamos yendo a una recesión como plantean algunos economistas.

El alza según el Presupuesto 2012 será del 5,1%, aunque si bien es difícil alcanzar ese número en este contexto internacional, la Argentina va a crecer en un mundo desarrollado que está en recesión.

Ramiro Castiñeira (RC): la Argentina se está desacelerando y coqueteando con la recesión, como también está Brasil. La Argentina enfrentó la crisis de 2008 con fortalezas que hoy no tiene, como el superávit fiscal, el superávit de cuenta corriente y el colchón cambiario. Todas esas herramientas le habían servido al Gobierno para salir de la crisis. Las fortalezas que hoy tiene la economía son el nivel de reservas y el desendeudamiento. Igualmente, si la economía mundial no repunta, tampoco va a repuntar la Argentina; si Brasil no repunta, nosotros tampoco vamos a repuntar.

Pablo Lavigne (PL): La desaceleración empezó en el cuarto trimestre y está sobreestimado el impacto mundial: el mundo no es Grecia o España, los precios de la soja están altos, México sigue creciendo, Chile sigue creciendo y Brasil en el segundo semestre volvería a crecer. No creo que la Argentina esté coqueteando con la recesión, sino que está a punto de entrar en la recesión y en una etapa de estanflación. Esta recesión no se condice con los otros países de la región. El mundo se cayó para todos, no sólo para la Argentina.

Patricio Merlani (PM): Recesión es cuando hay dos trimestres negativos. El primer trimestre no dio cero, pero estuvo cerca, mientras que todo indica que el segundo trimestre será negativo. Si este año el país entra en recesión dependerá del Gobierno. Si toma medidas como el plan Procear, es posible que haya crecimiento, pero si toma medidas como las de fines de 2011 o principio de 2012, me parece que va a ser difícil que haya una recuperación.

MEDIDAS OFICIALES

¿Qué opinan sobre las medidas que lleva adelante el Gobierno? PL: Estamos subvaluando las medidas que pegan en la incertidumbre y en la inversión. Las importaciones de bienes de capital cayeron 46% y eso significa que estás poniendo un cepo a la creación de empleo futuro, al crecimiento de la economía futura. Esto te muestra lo determinantes que son las trabas cambiarias o las trabas a las importaciones, porque fueron incluso más fuertes que lo que el mundo te empujó hacia atrás.

AD: Todas las medidas que viene implementado el Gobierno apuntan a fortalecer el mercado interno en un contexto internacional muy complejo y cuando Brasil nos pega de lleno en la actividad. Las medidas crean certidumbre y apuntan a proteger el mercado interno. La inversión depende del consumo y no tanto de la tasa de interés y del clima de negocios. Es por eso que las medidas, como el Plan Procrear, muestran cómo el Gobierno insiste en implementar políticas anticíclicas ante shocks externos.

DC: Esperemos que las medidas de los otros días se multipliquen y aparezcan para responder a los sectores que tienen problemas particulares, como sucede con las automotrices que exportan a Brasil y que ahora tienen dificultades para colocar su producción. Las segundas y terceras líneas del Gobierno están integradas por los mejores economistas de mi generación y ellos están intentando recuperar el manejo del Estado. Hay que ver si en los próximos meses implementan políticas de sintonía fina para que la reacción de la economía sea más rápida.
TR: Es el Gobierno con más legitimidad política desde la recuperación de la democracia y puede hacer modificaciones estructurales porque hay una sociedad que movió el tablero a un banquillo alejado del campo ortodoxo que permite ir hacia políticas heterodoxas. El punto es que les falta una mayor coherencia. Por ejemplo, recuperar YPF es un cambio, pero sería estructural si fuera de la mano de bajar el precio de los combustibles.
RC: La desaceleración te genera el germen de la reactivación, que es el incremento del saldo comercial.
El problema es el siguiente: lo que antes se lograba con tipo de cambio ahora se intenta con restricciones y eso tiene patas cortas.
PM: El 40% de la inversión es en equipos y de esos equipos el 60% es importado. Plantear una política de regular el comercio, donde se centralice el resultado en prohibir la incorporación de bienes de capital, me parece una mala política. El año pasado las importaciones crecían a más del 40% y el Gobierno implementó nuevas regulaciones que se focalizaron en los bienes de capital, que es la categoría que más está cayendo, en las piezas, que es la segunda categoría que más está cayendo y en los bienes intermedios, que es la tercera categoría.
Eso es preocupante considerando que hay una caída en las ventas de inmuebles, que suelen ser un anticipo de la construcción, y que también hay una desaceleración de los sectores intensivos en bienes de capital, como el automotriz y la metalmecánica.

INFLACION
¿Cómo se puede cortar con el proceso inflacionario? PM: Cualquier plan antiinflacionario heterodoxo apuntaría al mediano plazo. Reconocerla, decir que ahora está 25%, que el próximo año estará a 15%, el siguiente a 10%. Que sea gradual y comprometiendo a todos los sectores. Se necesita hacer un acuerdo muy amplio y creíble, pero para un Gobierno que dice que la inflación es del 9%, hacer políticas heterodoxas no es fácil. La diferencia que tenés con la crisis de 2008 es que tuviste una desaceleración de la inflación que parecía llegar al 30% y terminó más cerca del 10%. Ahora tenés más precios contenidos. El plan en marzo era subir trenes y colectivos y se suspendió por la tragedia de Once, pero sigue habiendo inflación contenida.
TR: Detrás de la inflación está el tema de la inversión. Tenemos tasas de crecimiento de experiencias asiáticas con tasas de inversión de crecimiento medio. No nos olvidemos que la inflación cumple un rol, que es el de tratar de contener la conflictividad social y de aportar recaudación.
PL: Para tapar los agujeros estás emitiendo y a lo largo de la historia la emisión te alcanza a los precios.
El tema de la inflación seguramente lo tengas el año que viene, salvo que implementes programas de metas de inflación, como Chile o México, porque ésa es una herramienta que te ordena.
AD: Tal vez no coincida en las causas de la inflación, pero el Gobierno ha tomado medidas para evitar tensiones de precios. La 125 iba en ese sentido, en intentar evitar el traslado de los precios internacionales a los precios locales.
DC: Queremos que haya estabilidad de precios, pero obviamente no que sea a costa de las pymes.
Nosotros tenemos tres problemas estructurales, que es cómo hacer para que no se descuajeringuen el tipo de cambio, los precios y los salarios. El problema de fondo es la matriz productiva que se estaba desarticulando y las tensiones que se generan cuando se crece y cuando es difícil buscar acuerdos para estabilizar estas variables.

DOLAR
¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación del dólar? ¿Qué debería hacer el Gobierno? RC: La economía en su conjunto dejó de generar dólares. Tenemos un saldo comercial robusto que se va en intereses y utilidades. Ahí se fue una fortaleza y de ahí viene la expectativa de devaluación. Cuando la macroeconomía deja de generar dólares, el sector privado anticipa la devaluación. No es necesario ser macroeconomista para saber que si se debilita la macroeconomía, se te debilita la moneda.
AD: Frente a esta situación, la devaluación no es la solución. Si generás una devaluación, tenés un traslado a precios automático que no te cambia la competitividad. Los controles apuntan a dar certidumbre al mercado cambiario porque frente a un ataque especulativo, el modelo defiende el tipo de cambio y evita la volatilidad excesiva. Hace unos años era impensando modificar la carta orgánica del Banco Central y se logró, era impensado que las jubilaciones las administre el Estado y se logró. Hoy puede parecer impensado que el público deje de pensar en dólares, pero si avanzamos con reformas estructurales puede darse.
DC: Debería irse a un esquema mixto. Cuando el Gobierno anunció los controles a fines del año pasado era razonable buscar algoritmos porque un monotributista no puede comprar si no factura. Regular es importante, pero el problema de fondo es que las importaciones no podían seguir creciendo 45% en términos interanuales. Cuando la economía crece, la industria crece y aparece el gran tema estructural que son los cuellos de botella. Una economía que mejora el poder adquisitivo requiere más dólares y eso tensiona al resto de las variables. Hace 10 años hubiéramos discutido si manteníamos la moneda o la dolarizábamos. Hoy, por suerte, podemos discutir sobre política monetaria.
PM: Es imposible tocar el tema del dólar y la competitividad sin tocar la inflación. La competitividad, medida con el tipo de cambio multilateral con la inflación de las provincias, está en el mismo nivel que cuando Remes Lenicov hizo la devaluación de $1,40 y si lo medimos contra el dólar, la competitividad está en el mismo nivel que la convertibilidad. El problema empeora en la medida que no consideramos a la inflación un problema. El punto es que el Gobierno no puede devaluar y tampoco puede bajar la inflación porque implicaría reconocer el problema de seis años.
PL: El problema de la moneda es la inflación. Con una inflación del 25% y una depreciación del 10%, es claro que la moneda se aprecia.
No hay que ser doctor de Harvard para ver eso. Aparte, si tomás el dólar contra los pesos desde 1970 hasta acá, el que tuvo dólares siempre ganó. El dólar se abarató con la inflación y eso generó la percepción de atraso cambiario. ¿Hace cuánto que estamos sacando plata afuera? Desde 2007 se fueron 87.000 millones de dólares.
TR: Si devalúas, la situación en términos sociales y de precios es peor y nos remite a una situación de 10 años atrás. El tema es que la unicidad de cuenta para los actores dominantes y principales es el dólar. Las transacciones las hacen en dólares, ahorran en dólares. Es la historia de la Argentina, no la histeria de la Argentina. La extranjerización de gran parte del aparato productivo hace que una moneda extranjera sea la que te organice la economía. Si se logra un cambio estructural, y hay más sustitución de importaciones, más producción local, el peso va a tener más peso que el dólar.

COINCIDENCIAS
Acuerdos o casualidades Los seis especialistas ocupan distintos espacios, admiran a diferentes economistas (por ejemplo Merlani se identifica con Raúl Prebisch y John Maynard Keynes, Coatz con Marcelo Diamand y Julio Olivera, Raffo con Carlos Marx y Francois Chesnais, D´Attellis con Hyman Minsky y Diamand, Castiñeira con Roberto Frenkel y Joseph Stiglitz y Lavigne con Paul Krugman y Ricardo Arriazu), pero coinciden en rehusarse a usar corbata y en elogiar el plan Procrear. «Con 25% es casi imposible que los bancos presten a largo plazo. Podría haberse hecho por Ley, seguramente hubiéramos acompañado y podríamos haber discutido más a fondo el tema del financiamiento», manifestó Merlani. «Es un gran anuncio, es contracíclico, pero tiene su problema en el financiamiento de la ANSES, con el 76% de los jubilados cobrando la mínima», aclaró Raffo.
La necesidad de avanzar hacia una reforma del sistema ferroviario es otro punto en el que coinciden los seis economistas que seguramente en un par de años estarán ocupando puestos claves en el Ministerio de Economía o el Banco Central. «Las discusiones que tienen que darse son las de diseñar una política de transporte, de banca de desarrollo, de integración de partes locales en un contexto donde es más fácil comprarle a China», aseguró Coatz. «No puede ser que en un país de 5.000 kilómetros de extensión no hablemos de la estructura ferroviaria, también hay que apuntar hacia la competitividad no precio», agregó Merlani.
«Es uno de los canales que hay que atender para mejorar el costo logístico sin necesidad de meterse con el tipo de cambio nominal», añadió D´Attellis.
Alguno, o más de uno, de estos economistas ocupará algún puesto de relevancia en los próximos años.
En esta oportunidad defendieron sus ideas con firmeza, pero sin agresiones. Es de desear, y de esperar, que cuando aquel momento llegue, desempolven este ejemplar para ver qué decían años atrás.
Tomás Canosa
tcanosa@clarin.com
NESTOR SIEIRA Café con amigos. Mezclan experiencias y extracciones políticas y académicas diferentes. Trabajan en el sector público y el privado. Las diferencias no impiden el diálogo.

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