Las dudas que provoca Brasil

Argentina – 01/10/2011 – Noticias – Pág. 40-41/Nº 1814 – Tiempo de Lectura: 4′ 32»
 
DEVALUACIÓN DEL REAL: Se abre un tiempo de incertidumbre, pero ahora se pueden coordinar estrategias:
Por LIC. MIGUEL G. PEIRANO*

Una realidad positiva para la Argentina es el avance que se registra en la relación económica con Brasil.
Así numerosas empresas brasileñas, destacadas a nivel mundial, realizan grandes inversiones en nuestro país. Recíprocamente, se verifica una creciente presencia de nuestras industrias y exportaciones en el mercado vecino. En ese marco, el desenvolvimiento de su economía es tan relevante como la propia evolución del valor de los commodities. Así, frente a la agudización de la crisis internacional, ambos factores se constituyen en nuestras dos principales amenazas que se derivan del escenario externo.
Respecto de la evolución de los precios internacionales, su impacto es evidente: una eventual baja de los precios de los commodities reduce los ingresos de divisas por exportaciones y afectan los niveles de recaudación fiscal. Si bien los niveles de precios –de los productos primarios– tienen como soporte de largo plazo una progresiva demanda de los estados que incorporan al consumo a una mayor parte de su población –por ejemplo, China e India–, también existen actividades especulativas en el «corto» que influyen en los mismos. La debilidad de las monedas, como refugio de valor, alienta a cobijarse en los commodities como resguardo financiero.
Brasil viene aplicando un esquema de política económica que lo expone en mayor medida a los vaivenes de la crisis internacional.
En el caso de la influencia del comportamiento de la economía brasileña, son múltiples las consideraciones que hay que hacer sobre la Argentina y los escenarios que se pueden presentar: los riesgos de su evolución se vinculan tanto con la devaluación de su moneda como con las previsibles caídas en los niveles de crecimiento.
Nuestro socio del Mercosur ha venido recibiendo fuertes ingresos de capitales externos, tanto de aquellos meramente financieros como de los provenientes de inversiones directas.
Las altas tasas de interés en términos reales, la apreciación continua de la moneda y los esfuerzos por evidenciar la existencia de un Banco Central alineado con principios monetaristas generaron un gran movimiento de los capitales hacia Brasil. Así, en los últimos años, los resultados han sido muy favorables para quienes han apostado a las colocaciones en reales.
EL MODELO BRASILEÑO. La política económica brasileña presenta aspectos muy positivos, propios de un país con vocación de desarrollo y con una potencialidad extraordinaria de todos sus sectores económicos. Pero también muestra desequilibrios y vulnerabilidades a consecuencia de una dependencia extrema de los movimientos de capitales y del propio contexto internacional.
Se idealiza en extremo al «modelo brasileño» a la hora de criticar el funcionamiento de la economía argentina. Desde ya que pueden realizarse diversas observaciones a la marcha de nuestra coyuntura, pero no parecería el camino más preciso elevar modelos externos, simplificando sus realidades. Este esquema, tan relacionado con el contexto internacional, se evidenció en los picos de la crisis de los años 2008/2009, donde la volatilidad del real fue muy brusca y la acción de sus autoridades monetarias fue desbordada por el escenario externo.
También se comprobó que, cuando los precios se recuperaron, tampoco pudo orientar su política cambiaria: en consecuencia, los anuncios del poder político de lograr un real más competitivo se frustraron al inicio del actual gobierno.
Las autoridades brasileñas no quisieron que el real se apreciara como sucedió en estos últimos años, pero al mismo tiempo este objetivo entró en contradicción con el accionar ortodoxo de su Banco Central. De esta manera, nuestro socio enfrenta a la actual etapa de la crisis con apreciación cambiaria y una fuerte influencia del movimiento de capitales en la fijación de la paridad.
La profundización de la crisis global afectará los niveles de actividad de Brasil y determinará una «atmósfera» cambiaria muy volátil. Esa realidad no es favorable para la Argentina.
No solo una devaluación del real nos perjudica. Se abre un escenario de incertidumbre prolongada sobre el comportamiento del mismo.
AJUSTES Y ESTABILIDAD. Obviamente, un proceso de devaluación significativo de su moneda no sería positivo para nuestros sectores productivos y podría afectar, en el corto plazo, niveles de actividad y rentabilidad.
Pero no cabe duda de que nuestro país tiene la decisión y los instrumentos para limitar aquellos saldos exportables que se intenten colocar en nuestro mercado ante la caída de la demanda interna brasileña.
En cualquier caso, es fundamental remarcar dos aspectos para evaluar el futuro: Hay que ser cautos con las hipótesis proyectadas y advertir que la economía brasileña puede realizar ajustes, pero no existen motivos para esperar que los mismos sean cuantitativamente tan bruscos en el mediano plazo. La experiencia mostró incluso que Brasil sufrió en plena crisis del 2009 fuertes vaivenes de su moneda, pero luego se estabilizó.
Es determinante señalar que Argentina, desde el 2003 a la fecha, ha ido replanteando estructuralmente la lógica de funcionamiento del Mercosur. Lejos ha quedado aquella realidad de 1999 cuando ante las devaluaciones aplicadas por Brasil, nuestro país carecía de instrumentos y de capacidad de respuesta. Además, las realidades políticas propias de ambas naciones y la relación bilateral han crecido de manera tal que favorece la coordinación de estrategias ahora y en el futuro.
El Gobierno argentino ha evitado que se instaurara en la agenda del Mercosur temas como la moneda única, o políticas fiscales o monetarias comunes para todos los países del bloque. Si se hubiera avanzado en ese sentido, hoy enfrentaríamos graves problemas y dificultades en las expectativas futuras. Fue una acertada decisión política de la Argentina.
Pero dadas las circunstancias y las variables en juego es inexorable que la economía argentina profundice el debate sobre las causas de una fuga de capitales tan relevante, que de evitarse, sería una eficaz política para enfrentar cualquier escenario internacional.

* EXMINISTRO DE ECONOMÍA y exsecretario de Industria y Comercio Internacional.

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