La producción industrial de China y de Brasil se está estancando

Argentina – 03/10/2011 – La Nación – Pág. 3/Economía & Negocios/Wall St. Journal – Tiempo de Lectura: 4′ 06»
 
Por Orlando J. Ferreres | Para LA NACION
El 65 % de la demanda mundial medida por el tamaño del PIB, está concentrada en Europa, EE.UU. y Japón. Si estas 3 áreas clave del mundo se van desacelerando o estancando, es difícil que puedan seguir comprando dinámicamente a Brasil, China, India y otros emergentes grandes. Esa demanda tiende a decaer. Y si no existe esta demanda, es difícil que los países emergentes puedan mantener su ritmo de incremento de la producción industrial. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo.
La producción industrial de Brasil y China esta estancada en los niveles previos a la crisis de 2008. Considerando el caso de Brasil, vemos que después de la gran caída de producción industrial de fines de 2008, provocada por la crisis de la subprime y el colapso de Lehmann Brothers, la actividad se recuperó rápidamente. El impacto fue muy fuerte, dado que se consumieron stocks de productos intermedios porque no había claridad acerca del tiempo que podría durar la crisis de 2008-2009. Al comprobarse que se iniciaba la recuperación, se recompusieron los stocks nuevamente, con lo que el nivel productivo de la industria brasileña se recuperó con rapidez y volvió a los niveles previos a la crisis de 2008.
Lo mismo podemos decir de la caída de la producción industrial de China, aunque la profundidad de esa reducción fue menor que la de la industria brasileña en 2008/2009.
Si bien las tasas de variación anual son aún positivas en este sector manufacturero en relación al mismo mes de 2010, lo que puede observarse en lo que atañe a niveles de producción, es que se han estancado en las cifras previas a la crisis de 2008 para ambos países emergentes. Tampoco han mostrado crecimiento desde los últimos meses de 2010 hasta ahora. Recordemos que Brasil y China son nuestros dos principales clientes. Por lo tanto, si no logran reencauzar su evolución, nuestro país va a sufrir los efectos de esta situación en los próximos meses.
Ya Brasil ha devaluado un 20% su moneda en los últimos 20 días y seguramente no será suficiente para revertir el gran déficit comercial de la industria brasileña que pasó de tener un superávit comercial mensual de u$s 1.000 millones hace 3 ó 4 años atrás a tener un déficit mensual de u$s 8.000 millones. Por suerte, al igual que nosotros, tiene un buen superávit de commodities que le permite tener un balance comercial general positivo, aunque cada vez menor.
En el caso de China, con una industria manufacturera que muestra un estancamiento, el PBI global del país sigue creciendo a un ritmo del 9% anual. ¿Cómo puede explicarse esto? Por el plan de infraestructura del gobierno, que usa cemento, hierro y mucha mano de obra para seguir manteniendo la llama viva del crecimiento, muy necesaria para evitar conflictos sociales que podrían derivarse de una parálisis del crecimiento de China.
Este proceso de sobre inversión de China tiene también sus limites, que son las finanzas del Estado y además que no se puede vivir de inversiones solamente. El porcentaje de inversión bruta interna fija de China que era de 30% hace unos 15 años atrás, pasó a ser de 40% en la década del 2000. Pero en los ultimo 3 años, desde el 2008 en adelante, ha crecido hasta 50% del PIB, en tanto que el consumo ha bajado hasta sólo un 47% del PIB (el 3% restante es el saldo positivo del comercio exterior de bienes y servicios).
Invertimos para finalmente producir y vender al consumo, pero no se puede invertir para invertir todo el tiempo. Mientras el 65 % del mundo siga estancado, es difícil que se pueda mantener el crecimiento de China, más que su consumo ha bajado dramáticamente en relación al PIB. Lo que no sabemos si será un aterrizaje suave o bastante duro.
EE. UU. ha aumentado su gasto público con déficit fiscal. Pero los planes de Obama no son como los planes de infraestructura de China, que generan un fuerte multiplicador de demanda y de empleo. Son transferencias de ingresos con multiplicador casi nulo o incluso negativo, salvo en una pequeña parte destinada a planes de obras municipales.
Por lo tanto las esperanzas de una pronta recuperación de EE UU son pequeñas. Lo mismo podemos decir de los países europeos, que sólo tienen planes de rescate de gobiernos y, en definitiva, de bancos, ya que éstos han sido prestamistas o tenedores de bonos soberanos de países que no pueden cumplir al momento del vencimiento. Estos países necesitan la absorción de las enormes deudas del pasado que se contrajeron para gozar de un consumo mayor al posible, definido por el nivel de capitalización y productividad. Pero es impopular volver al nivel de consumo posible, ya que es menor. Como ejemplo podemos simplificar con el caso de Grecia tiene un deuda publica de cerca de u$s 500.000 millones y son sólo 11 millones de personas, que gozaron de los beneficios del gasto público mientras no hubo que pagarlo. Los salarios han sido reducidos en 15% y ya habían sido bajados hace poco en un 20%.
En síntesis, puede concluirse que el mundo desarrollado no logra salir de su confusión y estancamiento o desaceleración y que todos los países van a ser afectados en alguna medida, también China y Brasil. Por lo tanto, nosotros que dependemos bastante de esos dos países y de Europa, debemos prepararnos para los posibles efectos negativos que tenga la crisis internacional sobre nuestro país. Ya hemos observado una caída de u$s 100 por tonelada en el precio internacional de la soja en una semana, como indicador de estos efectos. Eventualmente si la crisis no nos afectara demasiado, igual sería mejor tener un plan para esa posibilidad.
 
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