La Argentina seguirá vigilada en el GAFI

Argentina – 26/06/2012 – Ambito Financiero – Pág. 11 – Tiempo de Lectura: 3′ 26»
 
El país no logró pasar el examen en organismo antilavado
La Argentina seguirá siendo monitoreada cada tres meses por el Grupo de Acción Financiera Internacional, máximo organismo mundial en la lucha contra el lavado de dinero, hasta que no avance aún más en reformas legales para criminalizar ese delito y el financiamiento al terrorismo, demuestre que la Justicia efectivamente se aplica en el castigo de casos de lavado y confiscación de fondos involucrados en ese delito y demuestre un funcionamiento más estricto de los controles que debe aplicar la UIF a las operaciones sospechadas. Ésas fueron algunas de las recomendaciones que emitió ayer el GAFI en un comunicado que complicó al país. La Argentina fue a la cumbre del organismo en Roma con la intención de demostrar que se habían llevado adelante todas las reformas legales, como tipificación del delito de lavado (tras la reforma, ese tipo legal es autónomo) o la reforma votada en diciembre en la cual se estableció un agravante general penal para el financiamiento al terrorismo. La intención era que el país fuese eliminado de esa lista de supervisión permanente y pasase al estatus normal que tienen otros países miembros, es decir que cumpla con la generalidad de las recomendaciones del GAFI para ser una «jurisdicción confiable».Para eso hubiera sido necesario que una nueva misión del GAFI desembarcara en octubre en Buenos Aires para confirmar los informes que Julio Alak llevó a Roma. Pero ninguna de esas consideraciones fue incluida en el informe final que ayer se conoció tras la cumbre del organismo que sesionó hasta el viernes pasado en Italia. Por el contrario, el único país que dejó esa condición fue Turkmenistán, que accedió al estatus de país plenamente confiable con la felicitación del GAFI por las reformas legales y administrativas introducidas. La Argentina permanece en revisión continua junto a Afganistán, Albania, Argelia, Angola, Antigua y Barbuda, Bangladesh, Brunei, Camboya, Kuwait, Kirguistán, Mongolia, Marruecos, Namibia, Nepal, Nicaragua, Filipinas, Sudán, Tajikistán, Trinidad y Tobago, Venezuela y Zimbabue. Claro que no entró en el mismo rango que Irán y Corea del Norte, sobre las que el GAFI emitió un comunicado recordando el alto nivel de peligrosidad que implican las relaciones financieras con esos países. A pesar de los esfuerzos del ministro de Justicia, que viajó a Roma junto a José Sbatella, jefe de la UIF, hay elementos objetivos en la economía argentina que hacen mucho más difícil que el país pase el examen, aunque avance en las reformas prometidas. Por ejemplo, es difícil mantener un estatus de normalidad en un país con casi la mitad de su economía en negro y una dispersión de leyes en materia penal que recién terminarán de compatibilizarse cuando se sancione el nuevo Código que bosqueja Eugenio Zaffaroni por estos días. Más grave para el GAFI es lo que sucede con la poca efectividad que detectan en la Justicia. En 10 años se conoce un solo caso de procesamiento por un caso de lavado de dinero y ninguno de congelamiento de fondos sospechados de haber estado involucrados en lavado. En junio de 2011 la Argentina tomó un compromiso de alto nivel político para trabajar con el GAFI para enfrentar sus deficiencias estratégicas en materia de controles del lavado de dinero y financiamiento al terrorismo. Desde febrero de 2012 la Argentina ha tomado medidas sustanciales para mejorar su régimen de combate al lavado de dinero, incluyendo la emisión de un decreto presidencial que crea un sistema para el congelamiento de activos relacionados con el terrorismo y la firma de nuevas resoluciones de la UIF para la presentación de los informes sobre operaciones sospechosas. De todas formas, el GAFI ha determinado que aún persisten ciertas deficiencias estratégicas en los controles antilavado. La Argentina debe seguir trabajando en la aplicación de su plan de acción para hacer frente a estas deficiencias, entre ellas: 1) Enfrentar las deficiencias que aún permanecen en el régimen jurídico de criminalización del lavado de dinero; 2) Mejorar los procedimientos para la confiscación de los fondos relacionados con lavado de dinero y congelamiento de activos terroristas; 3) Mejorar la transparencia financiera; 4) Asegurar que UIF funcione plenamente con eficacia y mejorando los requisitos de información de transacciones sospechosas; 5) Introducir más mejoras en la supervisión de controles antilavado de dinero para todos los sectores financieros; 6) Mejorar y ampliar las medidas de análisis y 7) Establecer canales adecuados para la cooperación internacional y asegurar su aplicación efectiva.
Por: Rubén Rabanal
José Sbatella

(Información General – Actividad Económica – Sector Negocios – Panorama Económico)

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