El Mercosur apunta a la integración productiva de sus economías

Argentina – 03/07/2011 – Tiempo Argentino – Pág. 2-3/Economía – Tiempo de Lectura: 4′ 04»
 
Publicado el 3 de Julio de 2011 Por Federico Schmalen
Por primera vez en sus 20 años de existencia, durante las sesiones se reunieron los ministros de industria de los países miembro que propusieron medidas para la complementación de la producción para la agregación de valor.
La 41ª Cumbre del Mercosur concluyó el miércoles en Asunción y, por sobre todas las cosas, dejó varias conclusiones y tareas. Es que, a pesar de haber sido escenario de algunos desencuentros en el terreno de los intercambios comerciales de los principales socios y también de intereses divergentes emanados de las asimetrías existentes entre los países miembro, en el terreno concreto de sus resoluciones se han plasmado algunos avances y medidas prácticas para actuar como bloque en el cambiante escenario internacional.
Las conclusiones, sintetizadas en los 43 puntos incluidos en el «Comunicado conjunto de Estados Partes», llevan las firmas de la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff; y los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo; de Uruguay, José Mujica; el ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, Héctor Timerman, en representación de la presidenta Cristina Fernández, y el ministro del Poder Popular para la Energía y el Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, en representación del presidente Hugo Chávez Frías.
Probablemente sea el punto 5 la pista que ofrece una guía para explicar los motivos de fondo para que el bloque se consolide y amplíe comercialmente, por un lado, y profundice las medidas de fondo para su integración. En el documento, expresamente, los países miembro «manifestaron su satisfacción por el desempeño de los Estados Partes del Mercosur en términos de crecimiento económico, destacando la consolidación de la región como uno de los mercados más atractivos a nivel mundial». El espacio que la región se ha ganado como resultado de los avatares de la crisis financiera global y la situación de los Estados Unidos y Europa en el contexto internacional plantea la oportunidad para que el bloque emerja como un actor con rol protagónico en la presente etapa, del mismo modo que lo vienen haciendo crecientemente los países emergentes de otros sitios del planeta. El documento reconoce que el bloque «enfrentará las oportunidades y desafíos que presenta la transformación del escenario internacional».
La conveniencia de fortalecer el vínculo se sustenta sobre la base del crecimiento de la demanda interna, los niveles de consumo de las poblaciones y la complementariedad de las economías regionales que crean las condiciones para una estrategia en común (sin vencedores ni vencidos) que apunte a un desarrollo productivo y amplíe el mercado de cada uno de los miembros.
La Cumbre, que fue precedida por reuniones regionales de prácticamente todos los ministerios (Turismo, Medio Ambiente, Salud, etc.) destacó especialmente la primer reunión de los ministros de Industria del bloque, que pusieron de relieve «la necesidad de consensuar una política de agregado de valor a las exportaciones, con una industria innovadora y competitiva, y la importancia de la integración productiva regional como plataforma de desarrollo» sobre la base de «las oportunidades que se vislumbran para el Mercosur en el nuevo contexto económico mundial, considerando las realidades de sus sectores industriales».
La propuesta apunta a consolidar esa agregación de valor en la región sobre la base de la complementariedad de las economías de los diferentes países y la concatenación de cadenas de valor, lo que a su vez debería reflejarse en el intercambio comercial intra bloque. La ministra de Industria, Débora Giorgi, luego de la Cumbre, aseguró a Tiempo Argentino que «debemos evitar la primarización de las exportaciones del bloque. Desde Argentina pudimos sortear ese riesgo y gracias a las políticas industriales fuimos el único país de América Latina en que cayeron las exportaciones de productos primarios.»
Giorgi afirmó que el camino es «profundizar la balanza superavitaria del bloque con el mundo, pero no sólo en divisas; tenemos que lograr un intercambio que equilibre el contenido de valor agregado y trabajo incorporado a cada tonelada comercializada».
Según datos proporcionados por el Ministerio de Industria, de esos 44 mil millones de dólares del comercio intra bloque en 2010, un 72% se explica por Manufacturas de Origen Industrial (MOI), mientras que de los 446 mil millones de dólares del comercio del bloque con el resto del mundo, el 71% de las importaciones son MOI y apenas el 32% de las exportaciones son de productos manufacturados de la industria, lo que indicaría una primarización de la economía.
Los cortocircuitos generados por las posiciones entre los socios más poderosos del bloque (Argentina y Brasil) y los socios menores alrededor de la profundidad de las medidas proteccionistas con relación al ingreso de productos de los mercados emergentes de los mercados asiáticos en ascenso podrían soslayarse con otras tareas pendientes que fueron abordadas, como la creación del Banco del Sur (el miércoles pasado logró media sanción en el Senado de nuestro país) y la integración definitiva como socios plenos a nuevos Estados. La posición de Paraguay de avanzar seriamente en la habilitación del ingreso de Venezuela al Mercosur va en ese sentido. Cuantos más países participan del bloque, más posibilidades de complementación. Venezuela es importadora neta de productos agrícolas, mientras que Uruguay lo es de energía. Un mayor grado de integración crearía, aseguran, una mayor reducción de asimetrías. <

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