El futuro líder de Smata llamó a la unidad sindical

Argentina – 29/09/2011 – La Nación – Pág. 13/Sección: Política – Tiempo de Lectura: 2′ 49»
 
Gremios y poder

Pignanelli reunió en un acto a Moyano y a los Gordos, y abrió la pelea por el control de la CGT
Por Nicolas Balinotti | LA NACION
Hugo Moyano lucía algo incómodo cuando le llegó el turno de hablar. Se excusó con cortesía y argumentó que el acto era de exclusividad de los mecánicos. El anfitrión Ricardo Pignanelli, futuro líder de Smata, quedó descolocado con el silencio del camionero hasta que lo salvó la voz del presentador, que velozmente convocó al atril del orador a Amado Boudou. El imprevisto no pasó inadvertido sobre el escenario del Luna Park, donde posaban dirigentes moyanistas, independientes y los Gordos, y que sirvió como campanazo de largada para debatir el liderazgo de la CGT a partir de 2012.
«Pido por la unidad total del movimiento obrero», entonó Pignanelli y recorrió con una huidiza mirada el palco donde se encontraba Moyano. «Si está unido, minga que nos van cambiar el rumbo del modelo», sentenció el hombre que reemplazará el 6 de diciembre a Mario Manrique en la conducción del gremio de los mecánicos.
La actual cúpula de la CGT escuchó con atención. Moyano estuvo acompañado por Omar Viviani y Juan Carlos Schmid. También estuvo su hijo Facundo. Todos abandonaron raudamente el escenario. Atrás, como rezagados, quedaron los antimoyanistas Carlos West Ocampo y Héctor Daer, dos miembros de «los Gordos» (los grandes gremios). También el metalúrgico Carlos Gdansky, que le arremetió en junio la candidatura de diputado nacional a un hombre de Moyano.
«La invitación de Smata fue un primer paso para la unidad sindical. Fue un gesto. A partir de ahora algo puede cambiar, podemos trabajar por la unidad», sugirió West Ocampo, referente de Sanidad.
Los moyanistas confían en su poder y, por ahora, no advierten un canal de diálogo viable para debatir sobre la futura conducción de la CGT. «Se va a hablar mucho de acá hasta el año que viene. No hay unidad, no hay nada», deslizó un dirigente alineado con el camionero. Otro moyanista fue aún más contundente: «Lo único que puede haber en el medio entre los Gordos y nosotros es un café. Nada más».
El llamado al acuerdo de Pignanelli no fue un descuido. Lo había establecido con Manrique, quien también pidió por la armonía en la central obrera. «No a las antinomias. Todos los gremios son bienvenidos», dijo cuando los manifestantes hacían mención a través de cánticos a los metalúrgicos. Y agregó: «Soy peronista y mecánico. No somos moyanistas ni cristinistas. Somos argentinos y queremos que nos vaya bien. Pido que no se especule más».
Manrique ungió como su sucesor a Pignanelli, que no tendría oposición en las elecciones de Smata.
Extravagante y bromista, de corbata y tiradores, Pignanelli se esforzó para escenificar su alineamiento con Cristina Kirchner. «Vinieron los compañeros del Gobierno», dijo al mirar al ministro de Economía y a la ministra de la Producción, Débora Giorgi. «Y faltó Moreno [Guillermo], que nos ayuda a traccionar puestos de trabajo y a tener más contenido nacional en las industrias».
Pignanelli cuenta con varios años de militancia en el peronismo bonaerense. Se define como un hombre de Alberto Balestrini. «Si defender este modelo con uñas y dientes es ser kirchnerista, entonces lo soy», ratificó. «Seguro que vendrán tiempos difíciles, le vamos a poner el pecho», agregó en referencia a la crisis.
Esta frase le dio pie a Boudou, que cerró el acto con un grito eufórico: «Cada que vayamos a Washington le vamos a decir minga al FMI».
RICARDO PIGNANELLI
Secretario gremial de Smata
Profesión: mecánico y sindicalista
Edad: 53 años
Trayectoria: fue delegado gremial en Mercedes-Benz y está hace 28 años en Smata.
Es impulsado por Mario Manrique, el saliente líder de los mecánicos. Se considera kirchnerista y dice que no es moyanista.

(Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo)