Caló con aval UOM, pero menú de requisitos para ir a CGT

Argentina – 05/03/2012 – Ambito Financiero – Pág. 12 – Tiempo de Lectura: 3′ 02»
 
La mesa metalúrgica unificó postura. Un esquema de convivencia y una solución para obras sociales
Antonio Caló avanzó dos casilleros. Íntimamente resolvió que quiere trepar a la jefatura de la CGT y consiguió, aun con fórceps y refutaciones que su gremio, la UOM, unifique postura para respaldar a un cacique de estirpe metalúrgica para ese sillón. Esta vez fue, casi, asunto de diván lo de «El Tano» que en 2008 prefirió replegarse cuando lo querían empujar a una batalla mano a mano con Hugo Moyano. Caló cree, deslizan a su lado, que maduró la oportunidad y que, ahora sí, es el momento de aspirar a la CGT. El proceso personal -por entonces desechó, además, una candidatura a diputado nacional que le ofreció Néstor Kirchner- fue menos engorroso que el trabajoso acuerdo en la UOM que incluyó un menú de requisitos para que el gremio salga a pulsear por el cargo. El pliego tiene como cláusula esencial el caso Moyano. Los metalúrgicos asumen como irreversible el deterioro de la relación entre el camionero y Cristina de Kirchner, conflicto que justamente reinstaló la alternativa de Caló como cacique mayor de la CGT.Pero entienden que la exclusión de Moyano es una jugada de altísimo riesgo por lo que proyectan, como punto básico, un escenario de entendimiento con el actual secretario general a pesar de que el jefe del clan camionero anticipa que «no negociará». «Ir a un congreso de la CGT con dos candidatos es ir a cagarnos a tiros. Ir a una CGT sin Moyano es arrancar mal», explicitó un miembro del secretariado de la UOM. En crudo, esa frase puede registrarse como ítem primordial de las pretensiones de los metalúrgicos para impulsar a Caló. Parece, a simple vista, un planteo idílico. De hecho, Caló todavía no consiguió sumar voluntades expresas como sucesor del camionero fuera de la UOM y de un puñado de kirchneristas entre ellos Carlos Kunkel, huésped habitual en los asados familiares del metalúrgico. Por eso, la etapa previa es conseguir que jerarcas de otros gremios comiencen a «militar» la postulación: en la UOM esperan que independientes como Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) den señales sobre su respaldo a Caló al igual que algunos «Gordos».En simultáneo hay nexo con moyanistas, pero aún no se tocó el tema de fondo: que Moyano se baje de la CGT. Se espera, para estas horas, una cita entre el metalúrgico y Omar Viviani, ladero histórico del camionero aunque en el último tiempo hubo varios desencuentros. De ese modo, el metalúrgico cosecha los beneficios de figurar, de facto, como el preferido de la Casa Rosada y recortarse como el actor indicado para la etapa «industrialista» del modelo K, que se magnificó luego de la reconciliación entre Techint y el Gobierno. Este diario lo contó en enero pasado: durante la convalecencia de la Presidente, el ministro Julio De Vido oficializó el romance con el holding al posar con Paolo Rocca y Luis Betnaza en su despacho, oficina en la que 72 horas antes estuvo reunido, a solas, con Caló. En el Gobierno dicen que ese factor es determinante en favor del metalúrgico sobre otro pretendiente de la CGT: Ricardo Pignanelli, de SMATA. Aparecen, enlazadas, otras cuestiones. En paralelo a la captura de respaldos y voluntades, los metalúrgicos exponen una serie de cuestiones que deben discutir con la Casa Rosada. Hay un punto clave: el sistema de salud de las obras sociales, que advierten desfinanciado y al borde de la quiebra. Es por eso recurrente el pedido de los gremios al Gobierno para que destrabe, al menos parte del fondo para obras sociales que estiman en 15 mil millones de pesos. Cerca de Caló advierten que es necesario encontrar un punto de acuerdo sobre la cuestión. Hasta sugieren una alternativa: que las obras sociales sindicales dejen de intervenir en los tratamientos complejos, sólo hagan las coberturas básicas esenciales y algunas prestaciones de mediana complejidad, mientras que lo demás se derive al Estado para que sea éste quien las brinde y las pague. Todo sin participación de las obras sociales sindicales.
Por: Pablo Ibáñez
Antonio Caló, Hugo Moyano, Julio De Vido

(Información General – Panorama Político)

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