Buscan eliminar los límites al uso de reservas para pagar la deuda
Argentina – 02/03/2012 – Clarín – Pág. 17/Sección: El País – Tiempo de Lectura: 3′ 00»
PROYECTO DE REFORMA DE LA CARTA ORGANICA DEL BANCO CENTRAL Y DEROGACION DE LA LEY DE CONVERTIBILIDAD
PROYECTO DE REFORMA DE LA CARTA ORGANICA DEL BANCO CENTRAL Y DEROGACION DE LA LEY DE CONVERTIBILIDAD
Hasta ahora sólo se podían usar las que excedían el respaldo a la base monetaria.
Gustavo Bazzan
La Presidenta Cristina Kirchner anunció que envió a la Cámara de Diputados un proyecto para derogar lo que aún queda en pie de la Ley de Convertibilidad y al mismo tiempo modificar la carta orgánica del Banco Central. El objetivo, no declarado taxativamente, es permitirle al Central girarle al Tesoro todas las reservas que necesite para hacer frente a los pagos de la deuda.
Eso en principio. Bien podría darse el caso de que el Gobierno use adicionalmente las reservas para, por ejemplo, financiar obras o adquirir empresas que considere estratégicas (¿YPF?).
Lo del pago de deudas es lo más urgente. Hasta ahora, y justamente porque así lo dice el aun vigente artículo 4 de la Ley de Convertibilidad, las reservas del BCRA en oro y divisas extranjeras serán afectadas a respaldar hasta el 100% de la base monetaria.
El problema que enfrenta hoy el Gobierno y que explica el celo extremo en frenar la salida de dólares es que no hay reservas disponibles por encima de las necesarias para respaldar la base monetaria. Para 2012 se presupuestó el uso de U$S 5.674 millones para pagar deudas.
Entre 2010 y 2011, el Tesoro usó cerca de 10.000 millones de dólares en Reservas de Libre Disponibilidad (RLD) para financiar el fondo de desendeudamiento.
Pero hoy no hay RLD, sino que el BCRA tiene un déficit de U$S 1.269 millones en ese rubro.
El uso de las reservas supone un debilitamiento del patrimonio del Banco Central y de su respaldo al peso. Esto, en el mercado, se traduce en que quienes tienen moneda nacional en su poder se la quieren sacar de encima más rápido o cambiarla por dólares.
Con la reforma de la Carta Orgánica, se buscan formalizar decisiones que ya se están tomando, como la línea de Créditos del Bicentenario, que se fondea con dinero del Central. Por ejemplo, se buscará financiar a los bancos con redescuentos para que las entidades tengan fondeo barato y a largo plazo para dar créditos para la actividad productiva. El riesgo es que esos redescuentos, en un contexto de alta inflación, también pueden debilitar la solidez patrimonial del Central.
Cristina planteó el tema así: «Cuidar la estabilidad de la moneda es una de las funciones principales del BCRA, pero no la única».
Y redondeó: «Debemos saber que el Banco Central debe estar en función de la economía real».
Según trascendió, a partir de las reformas propuestas, será el Directorio del BCRA el que determine el nivel de reservas necesarias que garantice la estabilidad cambiaria.
También se facultará al BCRA a regular y orientar el crédito con los ya mencionados redescuentos o con encajes diferenciales según el tipo de crédito que otorguen las entidades.
En el proyecto se busca ampliar el radio de acción del Banco Central, llevándolo a incluir la actividad que desarrollan las remesadores de fondos o las transportadoras de caudales. También habrá más poder para la Superintendencia de Entidades Financieras, el órgano que sigue y vigila el día a día de bancos y casas de cambio.
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Gustavo Bazzan
La Presidenta Cristina Kirchner anunció que envió a la Cámara de Diputados un proyecto para derogar lo que aún queda en pie de la Ley de Convertibilidad y al mismo tiempo modificar la carta orgánica del Banco Central. El objetivo, no declarado taxativamente, es permitirle al Central girarle al Tesoro todas las reservas que necesite para hacer frente a los pagos de la deuda.
Eso en principio. Bien podría darse el caso de que el Gobierno use adicionalmente las reservas para, por ejemplo, financiar obras o adquirir empresas que considere estratégicas (¿YPF?).
Lo del pago de deudas es lo más urgente. Hasta ahora, y justamente porque así lo dice el aun vigente artículo 4 de la Ley de Convertibilidad, las reservas del BCRA en oro y divisas extranjeras serán afectadas a respaldar hasta el 100% de la base monetaria.
El problema que enfrenta hoy el Gobierno y que explica el celo extremo en frenar la salida de dólares es que no hay reservas disponibles por encima de las necesarias para respaldar la base monetaria. Para 2012 se presupuestó el uso de U$S 5.674 millones para pagar deudas.
Entre 2010 y 2011, el Tesoro usó cerca de 10.000 millones de dólares en Reservas de Libre Disponibilidad (RLD) para financiar el fondo de desendeudamiento.
Pero hoy no hay RLD, sino que el BCRA tiene un déficit de U$S 1.269 millones en ese rubro.
El uso de las reservas supone un debilitamiento del patrimonio del Banco Central y de su respaldo al peso. Esto, en el mercado, se traduce en que quienes tienen moneda nacional en su poder se la quieren sacar de encima más rápido o cambiarla por dólares.
Con la reforma de la Carta Orgánica, se buscan formalizar decisiones que ya se están tomando, como la línea de Créditos del Bicentenario, que se fondea con dinero del Central. Por ejemplo, se buscará financiar a los bancos con redescuentos para que las entidades tengan fondeo barato y a largo plazo para dar créditos para la actividad productiva. El riesgo es que esos redescuentos, en un contexto de alta inflación, también pueden debilitar la solidez patrimonial del Central.
Cristina planteó el tema así: «Cuidar la estabilidad de la moneda es una de las funciones principales del BCRA, pero no la única».
Y redondeó: «Debemos saber que el Banco Central debe estar en función de la economía real».
Según trascendió, a partir de las reformas propuestas, será el Directorio del BCRA el que determine el nivel de reservas necesarias que garantice la estabilidad cambiaria.
También se facultará al BCRA a regular y orientar el crédito con los ya mencionados redescuentos o con encajes diferenciales según el tipo de crédito que otorguen las entidades.
En el proyecto se busca ampliar el radio de acción del Banco Central, llevándolo a incluir la actividad que desarrollan las remesadores de fondos o las transportadoras de caudales. También habrá más poder para la Superintendencia de Entidades Financieras, el órgano que sigue y vigila el día a día de bancos y casas de cambio.
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Sin cambios a la ley financiera
La Ley de Entidades Financieras (una rémora de la dictadura militar, como la califican en el oficialismo) no sufrirá nuevos cambios ni será reemplazada por una nueva ley.
Al menos no por impulso del Poder Ejecutivo. La presidenta pareció congelar las iniciativas que impulsan, entre otros, el diputado Carlos Heller (Nuevo Encuentro). «No creo que sea necesario. Lo que hace falta es reformar la carta orgánica del Banco Central, que es el que regula a las entidades financieras.
Porque sino se hace mucho ruido y con pocas nueces».
En verdad, el proyecto de Heller tiene varios puntos en común con el proyecto que envió el Ejecutivo, que busca hacer foco en el direccionamiento del crédito al sector productivo.
(Presidencia de la Nación – Poder Legislativo – Actividad Económica – Panorama Económico)
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