Argentina y Brasil endurecen posiciones y se tensa el conflicto
AUTOS Y TRACTORES, EN EL EJE DE LA PUJA: La semana que viene se fijará un nuevo encuentro, que sería en unos 15 días.
Eleonora Gosman
No hubo avance práctico para el corto plazo» definieron en Brasilia. Y con cierta decepción agregaron: «La negociación no viene fácil’’. «Aguardamos que haya una respuesta a nuestras demandas», reclamaron ayer por la noche en Buenos Aires, mientras deslizaban: «Hay dos, que liberen el ingreso de nuestras exportaciones de autos y contemplen nuestra necesidad de fortalecer los fabricantes de maquinaria agrícola». Un día después de la cita entre el secretario de Industria Eduardo Bianchi y su colega brasileño Alessandro Teixeira, la Argentina y Brasil dieron indicios de un endurecimiento en las respectivas posiciones.
El martes próximo, los dos funcionarios deben comunicarse telefónicamente para fijar cuándo, cómo y en qué ciudad brasileña, armarán una segunda cita. Hasta ayer no había informaciones precisas. El propio Teixeira indicó el martes, al salir de este «primer round» (como definen los medios locales), que «el nuevo encuentro se hará dentro de los próximos 15 días»; plazo amplio para la urgencia, que puede extenderse o no según marchen los consensos telefónicos: «No se sabe» dijeron en el Palacio del Planalto.
En el equipo que conduce Débora Giorgi hubo anoche otras precisiones. No habrá afloje en las trabas al comercio bilateral si no hay acuerdo respecto de requisito de «reindustrialización» planteados por el gobierno de Cristina Kirchner. Están en foco los tractores a producir en territorio nacional por grandes empresas que comprometieron inversiones, como también otras maquinarias agrícolas. En el ministerio que comanda el economista Fernando Pimentel no ocultaban la desazón: «la Argentina no quiere ceder espacio para las maquinarias agrícolas brasileñas.
Y tampoco hace concesiones en calzados, textiles y electrodomésticos». En el Palacio del Planalto, sede del gobierno brasileño, se reforzó entonces la decisión tomada hace ya dos semanas, de mantener las restricciones a la entrada de autos argentinos. Prevalece en el concepto brasileño la ley del Talión: «Ojo por ojo, diente por diente».
En ese contexto, sólo resta apostar a «gestos de buena voluntad», al menos durante los próximos días, que tiendan a normalizar algo el flujo comercial bilateral.
Teixeira, secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo e Industria quien desde ese lugar secunda al ministro Pimentel analizaba ante periodistas brasileños: «Ellos (por los argentinos) esperaban, en rigor, que Brasil suspendiera la aplicación de las licencias no automáticas que rigen para los autos. Pero nosotros les explicamos que no podemos ser discriminatorios en la aplicación de una medida que alcanza a todos los países desde donde importamos vehículos». Según Teixeira, «lo que podemos comprometer con Argentina es dar más rapidez a la liberación de importaciones de unidades que se fabrican allí.
Pero eso se hará únicamente en la medida en que hubiera proporcionalidad». Es decir, dependerá de la celeridad que impriman en Buenos Aires a la apertura de fronteras para bienes brasileños que hace tiempo no consiguen entrar.
Para el equipo de Teixeira, «no hay grandes divergencias (entre los dos gobiernos). Pero a veces las estadísticas no siguen los mismos criterios en uno y otro país».
Según revelaron en el equipo de Pimentel, la Argentina demora en exceso el otorgamiento de permisos para la entrada de mercadería brasileña. En el caso del calzado, dijeron, hay solicitudes que esperan una resolución desde hace casi un año y medio.
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El Gran San Pablo, en alerta
Las industrias del Gran San Pablo siguen atentas el conflicto bilateral. Aunque levemente, sus exportaciones vienen cayendo desde marzo, según refleja la prensa del país vecino, principalmente por la revalorización del real frente al dólar. La baja de los despachos se dio sin contar aún con los efectos de las trabas argentinas. La razón de la preocupación es que más del 40% de sus exportaciones vienen al país.
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Fuente ABECEB
DEBORAGIORGI.
Dijo que los electrodomésticos brasileños entrarán al país sólo si hay reciprocidad con los artículos argentinos, que actualmente tienen dificultades en el mercado vecino. En el sector automotor, Brasil ofreció volver al esquema de licencias automáticas, pero con un plazo de entrega de hasta diez días, en lugar de las 48 horas que existían antes de que comenzara el conflicto. La Argentina se negó.
FERNANDO PIMENTEL No aceptó la propuesta argentina de levantar las trabas a cambio de establecer reglas por sector para equilibrar la balanza comercial, especialmente en maquinaria agrícola, donde el déficit es de US$ 450 millones. Tampoco quiso liberar todos los autos que están en la frontera, hasta que la Argentina no haga lo mismo con baterías, neumáticos y calzado, como se había comprometido.
El conflicto entre los dos países día a día
Para frenar las importaciones, la Argentina amplió en 200 productos (de 410 a 584) el sistema de las licencias no automáticas. Brasil solicitó ser exceptuado y la Argentina le prometió que no tendría problemas.
El Gobierno empezó a trabar el ingreso de productos y las firmas brasileñas quedaron incluidas. Las más afectadas fueron las fabricantes de maquinaria agrícola, electrodomésticos, calzado y alimentarias.
Mediante una carta a Débora Giorgi, el ministro de Industria de Brasil, Fernando Pimentel, emplazó a la Argentina a que levante las restricciones aduaneras. Dijo que esperaba una respuesta inminente.
Sin aguardar contestación, Brasil sacó a la Argentina del régimen que le permitía exportar autos y autopartes libremente. Pegó donde más duele: 80% de las exportaciones de autos van a Brasil.
En Buenos Aires, los secretarios de Industria de ambos países se reunieron para empezar a negociar. El lunes parecía que podría haber un acuerdo pero el martes las negociaciones fracasaron. – ..
Importaciones con restricciones
Fuente Dep. De Economía del Banco Ciudad
(Comercio Exterior – Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – Actividad Económica)
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