«No están en default por tecnicismo»

En otro capítulo de las disputas entre el Gobierno y las calificadoras, Moodys indicó ayer que la Argentina no está en default gracias a un tecnicismo. Según explicó el analista soberano para el país, Gabriel Torres, «los bonos ajustan por el INDEC, pero en ningún momento dice que tiene que ser un índice creíble. Respeta la letra de la ley, pero no la esencia. Hoy nadie negocia su salario o el alquiler de su departamento sobre la base de la inflación oficial. Cuando el mercado le crea, lo veremos». La Argentina tiene un cuarto de su deuda pública indexada por CER. Desde el Gobierno, la crítica recurrente es que las calificadoras no reconocen en su el avance de la economía en los últimos años. Esta semana, Cristina de Kirchner fue tajante al referirse a estas firmas como «otras grandes protagonistas de las crisis a nivel global que nos dicen que somos un país marginal».La calificación de la Argentina según Moodys es «B3», el escalón 16 de un total de 21. En la región sólo Ecuador está por debajo, con «Caa2». Consultado por este diario, Torres respondió a las palabras de la Presidente. «Mantenemos contactos con el Gobierno. No los estamos marginando. Tomamos factores para nuestro análisis y el Gobierno puede estar en desacuerdo con ellos. No decimos es «B3» y se terminó. Explicamos por qué». De acuerdo con la calificadora, las limitantes argentinas para obtener una buena nota son tres: resolver el tema del INDEC, regularizar la relación con el FMI (aceptar la auditoría que establece el artículo IV) y terminar con la deuda pendiente con el Club de París y los holdouts. No obstante, los analistas comentaron que el acuerdo con países acreedores podría ser motivo suficiente para estudiar una mejora. Sin embargo, hubo una frase que se escuchó hasta el cansancio ayer en la conferencia anual de Moodys: «El problema del país son las instituciones». La firma evalúa cuatro puntos a la hora de establecer una calificación para algunos de los 110 países que incluye su ranking: economía, instituciones, finanzas públicas y riesgo ante la crisis o un shock externo. La economía local pasó la prueba. Tanto es así que no sólo es la más grande y dinámica de los «B3», sino también una de las principales de todo el grupo «B».Otro de los factores que generaron urticaria en el Gobierno fue el hecho de que -en agosto y tal como ocurrió en 2008- Moodys le puso perspectiva negativa al sistema bancario. Según revelaron fuentes de la agencia, la banca local sigue siendo una netamente transaccional, los préstamos crecen al 50 por ciento, las tasas reales de interés son fuertemente negativas y existe un tema salarial que hay que atender. «Con un aumento de sueldos negociado este año del 29 por ciento y del 25 por ciento para el año pasado no vemos que sea sostenible en el tiempo», advirtieron. En este sentido, explicaron que esto es independiente a los buenos balances que puedan reportar las entidades.
Por: Ignacio Ros

( Información General )