«Se han tomado sabias decisiones para sortear la situación»
Argentina – 25/09/2011 – Tiempo Argentino – Pág. 2/Economía – Tiempo de Lectura: 1′ 24»
Publicado el 25 de Septiembre de 2011 Por Miguel Peirano
Ex ministro de Economía y Producción.
Publicado el 25 de Septiembre de 2011 Por Miguel Peirano
Ex ministro de Economía y Producción.
La relación económica con Brasil es determinante para el país.
Por ello, la incertidumbre que la crisis internacional genera sobre el tipo de cambio del real brasileño y sobre sus niveles de actividad, influye de manera sensible en el análisis de nuestras perspectivas económicas.
Brasil tiene severas dificultades para administrar su política cambiaria. Se contradicen objetivos buscados en materia de un tipo de cambio más competitivo, con la ortodoxia monetaria de su Banco Central.
La influencia del movimiento de capitales externos sobre el real es alta y, en ese sentido, los picos de la crisis durante el período 2008/2009 evidenciaron la enorme volatilidad de la moneda brasileña.
En este contexto, es necesario advertir que la Argentina desde 2003 a la fecha ha ido replanteando estructuralmente la lógica de funcionamiento del Mercosur. Muy lejos ha quedado aquella realidad que se evidenciaba en 1999 cuando ante devaluaciones significativas aplicadas por Brasil, nuestro país carecía de instrumentos y capacidad de respuesta.
De todos modos, un proceso de devaluación muy fuerte del real no sería favorable para nuestros sectores productivos y puede afectar en el corto plazo niveles de rentabilidad y actividad. Un escenario de desaceleración de los niveles de crecimiento de Brasil tampoco es favorable, pero es más sencillo de administrar.
La autoridades argentinas desde el 2003 a la fecha han evitado que se instaurara en la agenda del Mercosur temas como la moneda única o pautas fiscales o monetarias similares para todos los países del bloque. Si se hubiera avanzado en este sentido, nuestro país enfrentaría graves problemas y dificultades en las expectativas futuras. Una sabia decisión de la Argentina. <
Por ello, la incertidumbre que la crisis internacional genera sobre el tipo de cambio del real brasileño y sobre sus niveles de actividad, influye de manera sensible en el análisis de nuestras perspectivas económicas.
Brasil tiene severas dificultades para administrar su política cambiaria. Se contradicen objetivos buscados en materia de un tipo de cambio más competitivo, con la ortodoxia monetaria de su Banco Central.
La influencia del movimiento de capitales externos sobre el real es alta y, en ese sentido, los picos de la crisis durante el período 2008/2009 evidenciaron la enorme volatilidad de la moneda brasileña.
En este contexto, es necesario advertir que la Argentina desde 2003 a la fecha ha ido replanteando estructuralmente la lógica de funcionamiento del Mercosur. Muy lejos ha quedado aquella realidad que se evidenciaba en 1999 cuando ante devaluaciones significativas aplicadas por Brasil, nuestro país carecía de instrumentos y capacidad de respuesta.
De todos modos, un proceso de devaluación muy fuerte del real no sería favorable para nuestros sectores productivos y puede afectar en el corto plazo niveles de rentabilidad y actividad. Un escenario de desaceleración de los niveles de crecimiento de Brasil tampoco es favorable, pero es más sencillo de administrar.
La autoridades argentinas desde el 2003 a la fecha han evitado que se instaurara en la agenda del Mercosur temas como la moneda única o pautas fiscales o monetarias similares para todos los países del bloque. Si se hubiera avanzado en este sentido, nuestro país enfrentaría graves problemas y dificultades en las expectativas futuras. Una sabia decisión de la Argentina. <
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