«La esquela secundaria técnica prepara para el mundo del trabajo»

Argentina – 28/07/2011 – Buenos Aires Económico – Pág. 3/Empleo – Tiempo de Lectura: 6′ 45»
 
MARIA ROSA ALMANDOZ
La titular del Instituto Nacional de Educación Técnica (INET) resaltó los resultados positivos surgidos de un censo de egre
HECTOR MEDINA
hmedina@buenosaireseconomico.com
José Eustaquio Romao, director del
Instituto Paulo Freiré, estuvo en la Argentina para participar del seminario «El nuevo orden Mundial y los trabajadores de la Educación», organizado por la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Educación y la Cultura (Flatec) y el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP), y destacó la necesidad de fortalecer las identidades nacionales para consolidar la integración latinoamericana.
-¿Qué evaluación hace del trabajo que se dio a conocer sobre la escuela técnica?
-Cuando nosotros pensamos este estudio allá por el 2005, porque este tipo de estudios lleva mucho tiempo, la expectativa que teníamos era hacer un seguimiento de graduados y hacerlo en forma longitudinal, de acompañamiento de la historia de vida de estos chicos jóvenes, luego de que egresaran de la escuela secundaria Era el mismo momento en que estábamos haciendo una apuesta muy fuerte para recuperar una tradición muy interesante de las escuelas secundarias en la Argentina, una particular institución de nivel secundario que nunca renunció; si bien siempre tuvo una particular orientación para formar técnicos para el sector agropecuario y el sector industrial, siempre tuvo valor propedéutico, que es una característica
bastante peculiar de este tipo de escuelas y de la Argentina. Las técnicas argentinas siempre tuvieron esta doble función. La propedéutica, porque siempre permitieron acceder a la universidad. Es decir que cuando empezamos a pensar en este estudio, se fue pensando y ejecutando a la par de políticas de recuperación muy fuerte de la escuela secundaria técnica. Eso hizo que no perdiéramos prácticamente gente para ubicar para la muestra, se llamó a los padres, a los abuelos, más o menos un 20% de los chicos cambiaron su lugar de domicilio, al resto los encontramos en zonas muy próximas a la escuela, viviendo en forma independiente pero en la misma localidad, pero los pudimos ubicar porque esto se hizo en un contexto muy favorable para las escuelas secundarias técnicas, con una fuerte inversión en equipamiento, en materiales. Eso hizo que tuviera muy buen clima el estudio. Y dio para abajo con algunas hipótesis que había, y que mucha gente tiene así como naturalizada.
-¿A qué hipótesis se refiere?
-Una es que la formación técnica es para varones: es muy interesante comprobar que no solamente hemos llegado a alcanzar un tercio de la matrícula de sexo femenino, cosa que si uno se va a 20 o 25 años atrás se llegaba a un diez por ciento como mucho, y algunas especialidades están primordialmente cubiertas por matrícula femenina, como los casos
de informática, química o técnicaturas agropecuarias, de producción de alimentos. La otra hipótesis era que aquellos chicos de 16,17 o 18 años del que el grupo familiar requiere el aporte económico desde el trabajo, sea para subsistir ellos o colaborar con el grupo familiar, al momento de iniciar la tarea, la oportunidad laboral que se le presentaba era motivo de abandono de la escuela secundaria. La realidad es que tenemos al momento de egresar a uno de cada cuatro alumnos que han compartido la experiencia laboral junto con la educativa. Y si en algún momento las características de la tarea, sea porque era un trabajo o una renta interesante, o un trabajo necesario, dejan la escuela pero vuelven a terminarla. Esto muestra otra cosa muy interesante, que es que los jóvenes hoy, a diferencia de mi generación, en que salir a trabajar en la adolescencia o juventud significaba dejar los estudios, por lo menos en el nivel secundario, alternan estas estrategias de trabajo y estudio, y hoy tenemos un porcentaje
altísimo de chicos que al momento de ir a buscarlos un tiempo después de haber salido de la escuela secundaria, es casi el doble que la representación de chicos en la escuela secundaria con el mismo nivel educativo, en el caso de egresados de técnica, que estudian y trabajan. Y es mucho más bajo el porcentaje, comparado con egresados de escuelas secundarias no técnicas, que no estudian ni trabajan. Hay toda una problemática con los jóvenes que los llaman NI, porque no estudian ni trabajan. En egresados de escuelas técnicas el porcentaje de estos NI es mucho más bajo que comparado con el dato de egresados de escuela secundaria común. Y eso le da un valor a la escuela secundaria técnica muy interesante.
-¿Los resultados son parejos a nivel país o hay mucha diferencia entre provincias o regiones?
-Hay una fuerte variación provincial. Hay otra hipótesis que dice que un cuarto de los chicos de la escuela secundaria técnica que al menos han repetido un año. Y uno
tiende a mirar preocupado el dato de repitencia, porque siempre parecen «disfunciones» del sistema educativo, algo que uno quiere que no suceda. Y generalmente se lo vincula con el aprendizaje, chicos que no llegan al nivel académico necesario. Los chicos que terminan con sobreedad o con un año de repitencia no es el repitente que no aprobó los exámenes, es el repitente porque se fue un año, ocho meses o seis meses de la escuela y quedó libre por razones de trabajo, y en muchos casos se trata de trabajos calificados, no es que sean todos trabajos elementales o primarios como para tener un ingreso; ésa es una experiencia laboral interesante por ejemplo en sistemas se ve muchísimo. Igual que en telecomunicaciones . Muchas veces se los piensa sólo como repositores o empleados de supermercados y no es ése el único trabajo que se puede realizar.
-Es decir que al alumno de la escuela técnica se le abren otras posibilidades para un primer empleo.
-Sin ninguna duda. Bajo estas hipótesis tradicionales, que es malo que repitan, que es malo que tengan sobreedad, en realidad los chicos egresan a veces con 21 años pero egresan con un título técnico más una experiencia laboral, por eso está el porcentaje tan importante comparado con la secundaria
común, de chicos que han conseguido su trabajo o que buscan activamente trabajo.
-Un padre y una madre que hoy tienen que evaluar la oferta educativa para su hijo o hija que entra en un secundario, tiene una oferta muy positiva en la escuela técnica…
-Hay un crecimiento sostenido de la matrícula en los últimos cinco años. Prácticamente hoy estamos en el 26% del total de matrícula de la secundaria. Anualmente, hay un crecimiento de un 10 u 11% por provincia, pero es casi tres veces más que la matrícula que teníamos seis o siete años atrás. Se incrementó muchísimo, precisamente porque los padres buscan esta concepción de la escuela secundaria, que es que los forma para el mundo del trabajo en una tecnicatura específica, y hay un porcentaje de los chicos cercano al 30%, cuyo trabajo un año y pico después de egresado está vinculado estrictamente con su especialidad; hay otros que no.
Porque la escuela secundaria técnica forma para una tecnicatura específica pero también para el mundo del trabajo. Porque el concepto de trabajo dentro de la escuela, aparte de las características técnicas específicas del trabajo, es un concepto valorado. Y a veces en una secundaria común suena que los jóvenes tienen que pensar, crear, pero no trabajar. El concepto de trabajo tienen a veces un componente ideológico no demasiado valorado.

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LA NECESIDAD DE CREAR EMPLEO
Consultada sobre la relación de las empresas con las escuelas secundarias técnicas, María Rosa Almandoz recalca que «el sector empresario que a nosotros prioritariamente nos orienta es el sector de pymes. Por muchos motivos, dos de ellos principales: las pymes son las que generan empleo y trabajo para los jóvenes, que es el sector junto con el de las mujeres que más dificultad de inserción laboral tiene. Por lo tanto, la Argentina necesita crear más empleo, empleo registrado, de calidad. Y el sector empresario que más número de empleo puede generar es el de las pequeñas y medianas empresas. No es la gran empresa o de avanzada tecnológica y tampoco el de producción agropecuaria, no son sectores que generen mucho trabajo y en particular para los jóvenes, sean varones o mujeres.»
La funcionaria agrega que «para nosotros apostar a las pymes significa además que incorpore más conocimiento, que es el segundo motivo, porque es el sector al que le cuesta más incorporar innovación tecnológica. Porque las grandes empresas primero que son internacionales ponen sus propios sectores de investigación y desarrollo, sus propios circuitos de formación de recursos humanos, las pymes no. Necesitan de una política pública, de una presencia mucho más fuerte del Estado para poder incorporar innovación por un lado y para formar a su personal. O sea que para nosotros las pymes son prioritarias».
Asimismo, destaca que «un sector que es pequeño todavía pero tiene un potencial muy grande para sumarse a la economía formal, es lo que llamamos la economía social. Allí también el porcentaje de jóvenes y mujeres es muy grande y hay que cualificarlo mucho, darle organización tanto desde el punto de vista crediticio como de inversión para que pueda sumarse a la economía formal».

(Situación Laboral – Actividad Económica)

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