The Economist no le cree al Indec
Estadísticas polémicas / Críticas en el exterior
El semanario económico más prestigioso del mundo dejará de usar el IPC en sus gráficos de datos globales
Esta semana, la revista más prestigiosa de economía en el mundo, la británica The Economist , anunció que dejará de utilizar el índice de inflación al consumidor (IPC), que calcula el intervenido Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), debido a que, según justificó, no quiere «ser parte de un engaño a los votantes y una estafa a los inversores».
Entre otros indicadores, el semanario británico elabora anualmente el Indice Big Mac, en el que busca comparar la competitividad cambiaria de cada país a través de un producto que puede hallarse prácticamente en todo el mundo: esa hamburguesa de doble piso con queso cheddar y muchos pepinos de la que se venden 50.000 millones por año en todo el mundo.
Este índice, según publicó LA NACION en abril pasado, molestó al secretario de Comercio Interior porque dejaba en evidencia que los precios de las hamburguesas argentinas estaban muy cerca de los que se venden en los Estados Unidos, aunque el ingreso promedio de los ciudadanos de ambos países mantiene una brecha considerable.
«Imagine un mundo sin estadísticas», comenzó la nota en la que The Economist anunció que dejará de usar los datos oficiales que produce la Argentina. «Los gobiernos deberían moverse en la oscuridad, los inversores perderían su dinero y los electores deberían luchar para que sus líderes políticos rindieran cuentas», esgrimió.
De esta manera, la revista justificaba su tradicional decisión de publicar cerca de 1000 indicadores por semana con datos de producción, precios y empleo de diferentes países. Entre esos datos está el Indice Big Mac.
Luego de tildar de «poco fiables» los datos de China o de recordar el ocultamiento del déficit griego, la revista se centró en la intervención oficial que llegó al Indec en 2007. «El gobierno argentino publica índices de inflación que nadie cree», estimó y recordó que los datos de las provincias y de economistas privados muestran un alza de los precios que duplica al IPC del Indec. La manipulación se demuestra, estimaron, por los acuerdos salariales que avala el Gobierno con los sindicatos.
«En un abuso extraordinario de poder por parte de un gobierno democrático, economistas independientes fueron obligados a dejar de publicar sus propias estimaciones de inflación por las multas y amenazas penales. Los precios manipulados engañaron a tenedores de bonos indexados por inflación en miles de millones de dólares», sentenció The Economist .
Según la revista, «no hay a la vista un retorno rápido a números creíbles». En ese sentido, recuerda que Moreno, quien lideró la intervención del Indec, ganó poder en el Gobierno y es hoy uno de los más cercanos funcionarios de la presidenta Cristina Kirchner.
Falta de colaboración
La revista británica da cuenta además de la falta de colaboración del Indec con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el cual se comprometió elaborar un nuevo índice de precios a nivel nacional. Se trata de un índice que ya existía y fue discontinuado por el propio Néstor Kirchner. En ese sentido, la revista contó que desde 2010, al igual que el FMI, puso en sus cuadros estadísticos una nota al pie alertando sobre las divergencias que existen en la Argentina sobre el índice que sirve para calcular la inflación y que impacta en la elaboración de los datos del producto bruto interno y en las canastas con las que se calcula la pobreza y la indigencia.
«A partir de esta semana hemos decidido abandonar las cifras del Indec por completo. Estamos cansados de ser parte de lo que parece ser un intento deliberado de engañar a los votantes y estafar a los inversores», justificó el prestigioso semanario.
Desde ahora la publicación utilizará los números generados por PriceStats, un sitio especializado en datos mundiales de precios, que produce índices en 19 países y que tiene base en Estados Unidos, «más allá del alcance del gobierno argentino».
«Esperamos que pronto podamos volver a usar un índice de precios al consumidor oficial para la Argentina. Para eso sería necesario un Indec conducido por estadísticos independientes. Hasta entonces, los lectores están mejor informados por un dato no oficial más creíble que uno oficial falso.»
Por Francisco Jueguen | LA NACION
La nota del semanario británico en su versión on line, titulada «No me mientas Argentina». Foto: Captura de pantalla
(Información General)
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