Reforma a la carta para el Central
La presidenta del BCRA destacó que la iniciativa adapta los objetivos del organismo al modelo económico.
«Los cambios propuestos crean una nueva institucionalidad consistente con los objetivos de un modelo económico como el actual», explicó Marcó del Pont. Los diputados del arco opositor concentraron sus críticas en los cambios vinculados con la redefinición del nivel de reservas óptimas y la posibilidad de utilizar esos activos para el pago de vencimientos de deuda externa. Además, reclamaron la especificación en la Carta Orgánica de la obligación de publicar estadísticas monetarias, crediticias, cambiarias y financieras, aspecto que tuvo el visto bueno de Marcó del Pont. Ningún legislador cuestionó la ampliación del perímetro regulatorio del BCRA hacia actividades que hoy no están alcanzadas por un marco normativo.
«El Banco Central hace cosas muy distintas de las que llevó adelante en los ‘90, pero a la hora de buscar instrumentos nos encontramos con una norma pensada para otro país que nos limita el accionar», apuntó la funcionaria en relación con las nuevas herramientas con las que contará el BCRA para regular y orientar el crédito a la inversión. Además de los diputados de las comisiones convocadas, también asistieron legisladores que decidieron participar en el convite por su relevancia, como el presidente de la Cámara, Julián Domínguez; el titular del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, y los diputados Francisco de Narváez, del Frente Peronista, y Víctor De Gennaro, de Unión Popular.
Las reformas amplían el objetivo único, la preservación del valor de la moneda, a un triple mandato. Para eso, incorpora la estabilidad financiera y el desarrollo económico con equidad social. La titular del Central precisó que el primer aspecto fue agregado por distintos países luego del estallido de la crisis financiera y el segundo es un concepto que estuvo presente en las cartas orgánicas del BCRA hasta 1992 y que contemplan muchos países, como Estados Unidos y Brasil. «Rompemos con la falsa dicotomía neoclásica donde la esfera monetaria y financiera actúa aislada de la economía real. El Banco Central va a poder coordinar sus políticas con los objetivos planteados por los gobiernos democráticamente elegidos», argumentó Marcó del Pont.
Sin embargo, la ampliación de los objetivos pareció insuficiente incluso para legisladores del FpV como Héctor Recalde, quien reclamó la inclusión de un objetivo adicional vinculado con la creación de empleo de calidad, aspecto que estaba presente en la reforma que el legislador había impulsado en 2010, recuperando un proyecto de la misma Marcó del Pont de 2007. «Dentro del objetivo de desarrollo económico con equidad social está contemplado el pleno empleo, pero es cierto que existen procesos de desarrollo donde hay problemas de desocupación, como Estados Unidos o Europa. Por eso creo que el pleno empleo se puede incorporar a los objetivos», consideró Marcó del Pont.
Pero no sólo Recalde reclamó la inclusión de una referencia al empleo en el mandato del Banco Central, también lo hicieron Claudio Lozano y Alfonso Prat Gay. Ambos adelantaron que presentarán sus propios dictámenes. Durante su intervención, Prat Gay se deshizo en autoelogios a su gestión en el BCRA entre 2002 y 2004. A su vez, se encargó de recordar sus trabajos anteriores, pero omitió mencionar su desempeño como jefe de Estrategia del Área de Monedas del banco de inversión JP Morgan (ver aparte).
«Nosotros nos preocupamos y nos vamos a seguir preocupando por la inflación, pero no como un fenómeno exclusivamente monetario, sino vinculado con el empleo, la producción, la distribución del ingreso y el sector externo», respondió Marcó del Pont a los legisladores que se mostraron preocupados por la ampliación del mandato del BCRA.
La eliminación de los resabios de la Convertibilidad vinculados con las reservas internacionales fue el elemento que despertó las mayores preocupaciones entre los miembros del Congreso, como el radical Gil Lavedra y Claudio Lozano, de Unión Popular. Marcó del Pont explicó que se redefinirá el nivel de reservas óptimas a partir de distintos criterios, como la evolución de las cuentas externas, el nivel de dolarización del país y los vencimientos de deuda, entre otros parámetros «coherentes con el actual modelo macroeconómico». «El mejor respaldo para la moneda de un país es el trabajo, la distribución del ingreso, por eso tenemos que romper con la Convertibilidad», afirmó la funcionaria y remarcó que, más allá de los cambios, para utilizar reservas para el pago de la deuda externa seguirá siendo necesario una ley del Congreso que habilite un Fondo de Desendeudamiento.
Por Tomás Lukin
Mercedes Marcó del Pont expuso durante más de cuatro horas.
(Información General – Actividad Económica – Panorama Económico)
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