Por la fuga, ahora los bancos pagan para que los clientes (…)
Argentina – 09/06/2011 – El Cronista – Pág. 1/Finanzas & Mercados – Tiempo de Lectura: 2′ 36»
ANTE LA MAYOR SALIDA DE CAPITALES, SE PREMIA CON UN 0,5% A AQUELLOS QUE REPATRÍAN FONDOS
Por la fuga, ahora los bancos pagan para que los clientes ingresen divisas:
09-06-11 00:00 Antes cobraban hasta 1,5%. Pero necesitan calzar esas operaciones con los que hoy buscan salir, que son mayoría. El negocio cierra porque se cobra 3% para girar al exterior
ANTE LA MAYOR SALIDA DE CAPITALES, SE PREMIA CON UN 0,5% A AQUELLOS QUE REPATRÍAN FONDOS
Por la fuga, ahora los bancos pagan para que los clientes ingresen divisas:
09-06-11 00:00 Antes cobraban hasta 1,5%. Pero necesitan calzar esas operaciones con los que hoy buscan salir, que son mayoría. El negocio cierra porque se cobra 3% para girar al exterior
La dolarización de la economía pre-electoral sigue a un ritmo elevado. Curiosidades de la Argentina donde aparentemente «sobran» dólares son las comisiones que los bancos privados cobran y pagan a quienes realizan operaciones en divisas. Por el menor ingreso de billetes para inversiones en activos locales, las entidades actualmente están pagando una comisión de 0,5% a los clientes para que ingresen capitales. Anteriormente los ahorristas tenían que pagar hasta 1,5% para entrar fondos al país.
«El giro se produce por la batería de regulaciones que está teniendo el mercado vía el Banco Central y la Unidad de Información Financiera (UIF). Hoy la plaza está muy poco ofrecida de billetes y por eso se les paga a los inversores para que repatríen fondos», señala un banquero privado.
El negocio de la transferencia de dinero para la banca privada, de todas formas, es interesante. Por una ventanilla paga 0,5% al que ingresa dólares y por la otra cobra 3% al que fuga capitales (supo estar en 0,7% o 1%). Los 2,5 puntos porcentuales de diferencia, sobre operaciones con montos mínimos de u$s 100.000, es un negocio latente. Por lo general los bancos «calzan» ambas operaciones, o sea el ingreso de fondos y la salida, para no tener que mover dinero de las cuentas y quedar expuestos con los «sabuesos» oficiales.
Está claro que la motivación del Gobierno no es poder repatriar capitales de los argentinos en el exterior. Según la última información del Indec a diciembre del 2010, los activos externos del sector privado no financiero ascienden a u$s 173.500 millones, algo así como el 50% del Producto Bruto Interno (PBI). El año pasado creció el ahorro de los argentinos en el exterior, sea en cuentas en Suiza o debajo del colchón (básicamente todo lo que sea fuera del sistema financiero local) en u$s 11.000 millones. En un año electoral, y con la fuga de capitales recalentándose en los últimos dos meses, la idea oficial es detener la sangría o por lo menos que huyan menos dólares. «Las operaciones de contado con liquidación son bastante bajas y hay que tener inmovilizada la inversión 72 horas, con lo cual es cada vez más engorroso y menos atractivo para los clientes», explicaba otro banquero. «De ahí que el negocio de las transferencias de divisas aún resulta interesante y dado el contexto no es para nada despreciable la ganancia», se sinceraban.
Las nuevas estimaciones de lo que se conoce como «formación de activos externos», léase dolarización de carteras (porque contempla no solo la fuga sino también las colocaciones en moneda extranjera dentro de sistema), hablan de más de u$s 16.000 millones este año. Las necesidades oficiales de contener la estampida está en pleno proceso, con agentes de la Comisión Nacional de Valores (CNV) en las sociedades de bolsa para «fiscalizar» las operaciones; y de hombres del Banco Central en las entidades con el mismo fin. De hecho hay preocupación por la posibilidad de nuevas regulaciones para operar, ya sea incrementado los plazos de permanencia de las inversiones como también mayores requisitos regulatorios.
LEANDRO GABIN Buenos Aires
«El giro se produce por la batería de regulaciones que está teniendo el mercado vía el Banco Central y la Unidad de Información Financiera (UIF). Hoy la plaza está muy poco ofrecida de billetes y por eso se les paga a los inversores para que repatríen fondos», señala un banquero privado.
El negocio de la transferencia de dinero para la banca privada, de todas formas, es interesante. Por una ventanilla paga 0,5% al que ingresa dólares y por la otra cobra 3% al que fuga capitales (supo estar en 0,7% o 1%). Los 2,5 puntos porcentuales de diferencia, sobre operaciones con montos mínimos de u$s 100.000, es un negocio latente. Por lo general los bancos «calzan» ambas operaciones, o sea el ingreso de fondos y la salida, para no tener que mover dinero de las cuentas y quedar expuestos con los «sabuesos» oficiales.
Está claro que la motivación del Gobierno no es poder repatriar capitales de los argentinos en el exterior. Según la última información del Indec a diciembre del 2010, los activos externos del sector privado no financiero ascienden a u$s 173.500 millones, algo así como el 50% del Producto Bruto Interno (PBI). El año pasado creció el ahorro de los argentinos en el exterior, sea en cuentas en Suiza o debajo del colchón (básicamente todo lo que sea fuera del sistema financiero local) en u$s 11.000 millones. En un año electoral, y con la fuga de capitales recalentándose en los últimos dos meses, la idea oficial es detener la sangría o por lo menos que huyan menos dólares. «Las operaciones de contado con liquidación son bastante bajas y hay que tener inmovilizada la inversión 72 horas, con lo cual es cada vez más engorroso y menos atractivo para los clientes», explicaba otro banquero. «De ahí que el negocio de las transferencias de divisas aún resulta interesante y dado el contexto no es para nada despreciable la ganancia», se sinceraban.
Las nuevas estimaciones de lo que se conoce como «formación de activos externos», léase dolarización de carteras (porque contempla no solo la fuga sino también las colocaciones en moneda extranjera dentro de sistema), hablan de más de u$s 16.000 millones este año. Las necesidades oficiales de contener la estampida está en pleno proceso, con agentes de la Comisión Nacional de Valores (CNV) en las sociedades de bolsa para «fiscalizar» las operaciones; y de hombres del Banco Central en las entidades con el mismo fin. De hecho hay preocupación por la posibilidad de nuevas regulaciones para operar, ya sea incrementado los plazos de permanencia de las inversiones como también mayores requisitos regulatorios.
LEANDRO GABIN Buenos Aires
(Información General – Sector Bancario – Panorama Económico)
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