Peleas internas por el dólar y danza de nuevas medidas
Panorama empresarial
Marcelo Bonelli
Hernán Lorenzino, el hombre de Amado Boudou en el Palacio de Hacienda, mantuvo reuniones con banqueros y empresarios en las que criticó el manejo de la política cambiaria que lleva adelante Guillermo Moreno.
Lorenzino formalmente, ministro de Economía estuvo con la cúpula de la COPAL y también mantuvo encuentros secretos con banqueros. En ambos casos deslindó responsabilidades frente a las quejas por el irracional torniquete cambiario y sugirió que para instrumentar medidas más racionales es necesario que primero fracasen los actuales controles cambiarios de Moreno. El secretario de Finanzas, Esteban Cosentino, lo acompañó en varias de esos encuentros, que se extendieron a economistas del mercado.
Ambos Lorenzino y Cosentino tienen ahora una nula influencia en el Gobierno. Pero en esas reuniones están trasmitiendo y reflejando la opinión que tiene su jefe político, el vicepresidente Amado Boudou.
También el vicepresidente confió sus críticas a un muy reducido grupo de íntimos. Evitó hablar con banqueros tiene excelente relación con Jorge Brito, de Adeba para no repetir lo ocurrido en noviembre: sus conversaciones fueron escuchadas por la SIDE y utilizadas en su contra por el secretario de Comercio. «Vos callate, que sos un chorro», lo increpó en esa oportunidad Moreno a Boudou. El escándalo de la ex Ciccone hace que el vicepresidente resguarde su intimidad.
Pero el conflicto en ciernes muestra una fuertísima interna que existe en el Gabinete por el disloque cambiario, la cual por ahora la Presidenta no frenó. La pelea es de todos contra todos y, en su mayoría, contra el poderoso Guillermo Moreno.
El Banco Central y el viceministro de Economía preparan medidas alternativas, para tranquilizar la corrida de estos días.
Los cruces surgieron porque las propias medidas que adoptó el Gobierno fueron las que recalentaron la demanda de divisas, aumentaron la incertidumbre e hicieron que el dólar negro tuviera el precio más elevado de la última década. Ahora la Casa Rosada tiene un problema adicional: la brecha cambiaria llega al 25% y pulveriza la consistencia del tipo de cambio oficial, que claramente quedó estancado y atrasado.
El origen del problema es un fuerte faltante de divisas para cubrir los desequilibrios del programa económico de este año. También se sumaron medidas que espantan a los ahorristas, como bloquear totalmente la compra de dólares.
El martes en la UIA, Daniel Funes de Rioja criticó los exiguos plazos dados a los exportadores para liquidar divisas. Por eso muchos consideran que al problema de fondo se le agregó una suerte de «mala praxis» en la política cambiaria. La cuestión se trató en la reunión mensual, que tuvo la participación de un nutrido y conocido grupo de economistas. Jorge Todesca que manejó la crisis de 2002 allí fue categórico: «Sólo una gran torpeza y el pánico de los funcionarios justifican tamaña impericia y los errores en las medidas.» La nueva «corrida» cambiaria acentúo una pelea de ministros, que envuelve a Moreno, Boudou, Axel Kicillof, Ricardo Echegaray, Mercedes Marcó del Pont y hasta a Juan Abal Medina. En su mayoría, los ministros quieren que Moreno trastabille, porque ven en ese fracaso la única posibilidad de que Cristina Kirchner escuche sus otras ideas. El jefe de Gabinete le pidió a Moreno un informe sobre lo que está ocurriendo. El secretario no le responde, ni lo registra. Abal Medida recuerda que en diciembre, Moreno prometió calma cambiaria y que el dólar paralelo nunca iba a superar los 4,50 pesos. Para eso en aquella oportunidad el secretario reunió a los cambistas liderados por Arturo Piano y los amenazó: «Si no quieren ir presos, que el billete no supere los 4,50 pesos.» Boudou está enfrentado con Moreno y el secretario de Comercio con Ricardo Etchegaray. El titular de la AFIP compite con Moreno en la instrumentación de los desatinos, pero no quiere pagar solo el costo de las últimas medidas.
Axel Kicillof aprovecha esta iracundia y elabora una propuesta cambiaria más prolija. Aunque se haya desmentido, el viceministro ya propuso a la Quinta de Olivos oficializar el desdoblamiento cambiario.
La medida convalidaría dos realidades actuales: el atraso del dólar comercial y un peligroso manejo del dólar financiero. La última experiencia similar en la Argentina fue el desdoblamiento cambiario del Plan Primavera, que terminó en el dolarazo de febrero de 1989. Pero blanquear y legalizar los distintos tipos de cambios implicaría un avance político de Kicillof sobre Moreno, quien prefiere manejar todo sin reglas y discrecionalmente.
Kicillof está en la tarea de acumular y consolidar su poder. Lanzó una ofensiva contra un histórico del kirchnerismo como Juan Pezoa y desplazó a Julio De Vido de YPF. El viceministro ya le hizo sentir el poder a Miguel Galuccio: le vetó el nombramiento de tres hombres de confianza en áreas clave al titular de YPF.
Marcó del Pont también activó a sus equipos en el Banco Central. Defiende la idea de aplicar tipos de cambios múltiples, pero insiste en un punto: es imprescindible flexibilizar la prohibición de comprar dólares que tienen los minoristas.
La titular del BCRA trasmite así una idea que le sugirieron los banqueros. En la Asociación de Bancos extranjeros que lidera Enrique Cristofani, como los en la Adeba de Brito, existe inquietud porque esta semana comenzaron a bajar los depósitos bancarios. Un informe confidencial indica lo siguiente: volvió la fuga de depósitos en dólares a un ritmo diario del 1% del total de colocaciones, es decir unos 130 millones de billetes por jornada.
Copyright Clarín, 2012.
(Ministerio de Planif. Federal, Inversión Púb. y Servicios – Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – DGI – Editoriales y Opinión)
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