Malestar en el Gobierno con el FMI por sus advertencias al país
Argentina – 13/04/2011 – La Nación – Pág. 3/Economía & Negocios – Tiempo de Lectura: 3′ 15»
El organismo alertó sobre un recalentamiento de la economía; temen que se tense la relación
Silvia Pisani
Corresponsal en Estados Unidos
WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya está «informado» del malestar con que autoridades argentinas recibieron el capítulo referido a nuestro país en su reciente Panorama Económico Mundial.
El disgusto responde especialmente a las insistentes advertencias del documento y de los funcionarios que lo presentaron sobre un posible «recalentamiento» de nuestra economía, cuando -dicen en Buenos Aires- «no está probado» que ello vaya a ocurrir.
En medios locales hubo dudas sobre la posibilidad de que la renovada dosis de malhumor derive en un nuevo punto de tensión en la relación entre el organismo y el gobierno de Cristina Kirchner.
En forma paralela, anoche, en Buenos Aires, el ministro de Economía, Amado Boudou, confirmó la intención de que, en un futuro, el nuevo índice de inflación que se elabore con la asesoría del FMI «reemplace» al IPC actual, en línea con lo anticipado por La Nación en su edición de ayer.
«Es importante diseñar un IPC que alcance a todo el país. La misión técnica del Fondo ha venido y hemos avanzado. Estamos trabajando para construir un índice que, en algún momento, reemplace al IPC actual», dijo el ministro, aunque advirtió que eso llevará un tiempo.
Evitó Boudou mayores comentarios sobre el plenario del FMI en que participará desde mañana en esta ciudad. «Puede que salga el tema de la renegociación de la deuda con el Club de París, pero no será ése nuestro foco», deslizó.
Tampoco hizo comentarios sobre el malestar detectado ante el documento del FMI, confirmado a La Nación por fuentes locales y de nuestra capital. «Da la impresión de que hay una dosis de mala onda con la Argentina en su redacción», fue la gráfica expresión usada por una de ellas.
Boudou sí llegó a cuestionar sus consideraciones, aunque de modo fugaz, durante el encuentro proselitista que mantuvo con miras a sus aspiraciones electorales en la Capital.
El diagnóstico
En el Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) difundido anteayer, el FMI mejoró su previsión de crecimiento para la Argentina para este año, al aumentarla del 4 al 6%. Pero lo hizo en medio de insistentes advertencias contra un eventual recalentamiento y desempleo en alza.
La Argentina «debería comenzar a aplicar políticas menos procíclicas para, así, estar en condiciones de enfrentar crisis externas o una desaceleración de la demanda mundial», dijo el economista jefe Jorge Decressin al abundar en el tema.
Con una conducta de ese tipo, «la economía argentina estaría en mejores condiciones para sobrellevar una nueva crisis» si ésta se produjera, añadió.
En la misma línea, funcionarios argentinos recordaron recientes expresiones del director para América latina del FMI, Nicolás Eyzaguirre, en las que advirtió contra un eventual recalentamiento con alusiones a nuestro país y su crisis de la «plata dulce», durante el gobierno militar.
«Es como si el FMI le diera a la Argentina con todo lo que tiene a mano», dijo una de las fuentes, a la vez que desde Buenos Aires se objetó que se pusiera al país en la mira cuando hay «otros» que podrían estar enfrentando una similar situación y, sin embargo, en la consideración de los técnicos del organismo aun así mantienen «luz verde».
El punto de malestar podría derivar en una prueba de fuego en las próximas horas, en que una nutrida delegación argentina llegará para la cumbre del FMI y del Banco Mundial.
Llega la comitiva
Además de Boudou y del secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, se espera aquí a la presidenta del Banco Central (BCRA), Mercedes Marcó del Pont.
Hace sólo seis meses, en noviembre pasado, la Argentina enfrentó la posibilidad cierta de sanciones del FMI por su resistencia a acatar la obligación que tiene como socio de permitir la corroboración periódica de su sistema económico, incluidas sus cifras estadísticas.
Conocida como Artículo IV, la Argentina resiste esa revisión desde hace cuatro años, pero ahora había empezado un camino de acercamiento con una misión de «consultoría» del FMI para elaborar un índice de inflación confiable.
Muchos consideran ese paso como el primer escalón hacia una recomposición de relaciones con la realización de un Artículo IV. En tal caso, antes de eso habrá que sortear esta dosis de malhumor.
El organismo alertó sobre un recalentamiento de la economía; temen que se tense la relación
Silvia Pisani
Corresponsal en Estados Unidos
WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya está «informado» del malestar con que autoridades argentinas recibieron el capítulo referido a nuestro país en su reciente Panorama Económico Mundial.
El disgusto responde especialmente a las insistentes advertencias del documento y de los funcionarios que lo presentaron sobre un posible «recalentamiento» de nuestra economía, cuando -dicen en Buenos Aires- «no está probado» que ello vaya a ocurrir.
En medios locales hubo dudas sobre la posibilidad de que la renovada dosis de malhumor derive en un nuevo punto de tensión en la relación entre el organismo y el gobierno de Cristina Kirchner.
En forma paralela, anoche, en Buenos Aires, el ministro de Economía, Amado Boudou, confirmó la intención de que, en un futuro, el nuevo índice de inflación que se elabore con la asesoría del FMI «reemplace» al IPC actual, en línea con lo anticipado por La Nación en su edición de ayer.
«Es importante diseñar un IPC que alcance a todo el país. La misión técnica del Fondo ha venido y hemos avanzado. Estamos trabajando para construir un índice que, en algún momento, reemplace al IPC actual», dijo el ministro, aunque advirtió que eso llevará un tiempo.
Evitó Boudou mayores comentarios sobre el plenario del FMI en que participará desde mañana en esta ciudad. «Puede que salga el tema de la renegociación de la deuda con el Club de París, pero no será ése nuestro foco», deslizó.
Tampoco hizo comentarios sobre el malestar detectado ante el documento del FMI, confirmado a La Nación por fuentes locales y de nuestra capital. «Da la impresión de que hay una dosis de mala onda con la Argentina en su redacción», fue la gráfica expresión usada por una de ellas.
Boudou sí llegó a cuestionar sus consideraciones, aunque de modo fugaz, durante el encuentro proselitista que mantuvo con miras a sus aspiraciones electorales en la Capital.
El diagnóstico
En el Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) difundido anteayer, el FMI mejoró su previsión de crecimiento para la Argentina para este año, al aumentarla del 4 al 6%. Pero lo hizo en medio de insistentes advertencias contra un eventual recalentamiento y desempleo en alza.
La Argentina «debería comenzar a aplicar políticas menos procíclicas para, así, estar en condiciones de enfrentar crisis externas o una desaceleración de la demanda mundial», dijo el economista jefe Jorge Decressin al abundar en el tema.
Con una conducta de ese tipo, «la economía argentina estaría en mejores condiciones para sobrellevar una nueva crisis» si ésta se produjera, añadió.
En la misma línea, funcionarios argentinos recordaron recientes expresiones del director para América latina del FMI, Nicolás Eyzaguirre, en las que advirtió contra un eventual recalentamiento con alusiones a nuestro país y su crisis de la «plata dulce», durante el gobierno militar.
«Es como si el FMI le diera a la Argentina con todo lo que tiene a mano», dijo una de las fuentes, a la vez que desde Buenos Aires se objetó que se pusiera al país en la mira cuando hay «otros» que podrían estar enfrentando una similar situación y, sin embargo, en la consideración de los técnicos del organismo aun así mantienen «luz verde».
El punto de malestar podría derivar en una prueba de fuego en las próximas horas, en que una nutrida delegación argentina llegará para la cumbre del FMI y del Banco Mundial.
Llega la comitiva
Además de Boudou y del secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, se espera aquí a la presidenta del Banco Central (BCRA), Mercedes Marcó del Pont.
Hace sólo seis meses, en noviembre pasado, la Argentina enfrentó la posibilidad cierta de sanciones del FMI por su resistencia a acatar la obligación que tiene como socio de permitir la corroboración periódica de su sistema económico, incluidas sus cifras estadísticas.
Conocida como Artículo IV, la Argentina resiste esa revisión desde hace cuatro años, pero ahora había empezado un camino de acercamiento con una misión de «consultoría» del FMI para elaborar un índice de inflación confiable.
Muchos consideran ese paso como el primer escalón hacia una recomposición de relaciones con la realización de un Artículo IV. En tal caso, antes de eso habrá que sortear esta dosis de malhumor.
(Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo)
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