Los emergentes se blindan para no ser arrastrados por el (…)
Argentina – 19/06/2012 – El Cronista – Pág. 4/Finanzas & Mercados – Tiempo de Lectura: 5′ 14»
Los emergentes se blindan para no ser arrastrados por el temporal europeo:
China, la India, Brasil, Rusia y Sudáfrica comienzan a notar una fuerte desaceleración económica por la caída de la demanda mundial. Para no quedar afectados por la crisis de la zona euro, todas las medidas son buenas.
El blindaje BRICS es un operativo que ya está en marcha. Y la hora de confirmar cuáles de estos países se sostienen sobre bases sólidas parece haber llegado: MARTÍN BURBRIDGE Buenos Aires
Los emergentes se blindan para no ser arrastrados por el temporal europeo:
China, la India, Brasil, Rusia y Sudáfrica comienzan a notar una fuerte desaceleración económica por la caída de la demanda mundial. Para no quedar afectados por la crisis de la zona euro, todas las medidas son buenas.
El blindaje BRICS es un operativo que ya está en marcha. Y la hora de confirmar cuáles de estos países se sostienen sobre bases sólidas parece haber llegado: MARTÍN BURBRIDGE Buenos Aires
Parece que está llegando la hora de comprobar cuán sólidos son los fundamentals de los principales países emergentes, tras cuatro años de crisis financiera en la zona euro. Prometidos a un futuro radiante a partir de la debacle subprime en 2007, donde la caída de EE.UU. y la Unión Europea (UE) parecía allanar el camino de los BRICS (iniciales del grupo de emergentes formado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) hacia una mayor participación en el producto bruto mundial, ahora llega el momento de comprobar si sus pies resisten esta crisis que no cesa.
Ya todos comienzan a ver que las tasas de crecimiento económico a las que estaban acostumbrados se están desacelerando y que la caída de la demanda mundial, consecuencia de la crisis de la zona euro, puede ser aún mayor en los próximos meses. Al ser países bastante dependientes de las exportaciones hacia EE.UU. y la UE, la persistencia de la debacle en los principales mercados desarrollados los afecta de manera directa.
En líneas generales, todas las medidas son buenas para evitar que el consumo interno se frene y que el temporal europeo termine llegando a sus costas. Desde políticas monetarias expansivas, subsidios a las exportaciones y a la producción o programas de inversión pública en infraestructuras, cada país está creando su cóctel de medidas para protegerse ante lo que parece que puede durar bastante tiempo más.
En el caso del mayor país emergente, el Banco Popular de China acaba de anunciar una baja en las tasas de interés para préstamos a un año de un 0,25%, la primera desde 2008, para dejarlas en el 6,3%. La medida fue tomada ante un escenario de desaceleración de la economía, que se redujo al 8,1% anualizado en el primer trimestre de 2012, frente al 9,2% del mismo período un año antes y al 10,4% de 2010. Y lo mismo está sucediendo con las exportaciones. De un crecimiento en el primer trimestre de 2010 que alcanzó el 31,1% anualizado, en 2011 se pasó al 20,3% y a tan sólo un 6,9% en 2012, porcentajes que hacen morir de envidia a cualquier economía desarrollada.
Esta decisión de reducir las tasas de interés se da después de tres bajas en los encajes bancarios, con el objetivo de aportar mayor liquidez al mercado interno.
Pero también hay medidas del gobierno chino en materia de inversiones en infraestructuras (en transportes, energía y agua potable), todos proyectos que están teniendo máxima prioridad (en general la burocracia estatal demora todos los procesos de aprobación) para no frenar el impacto en la economía nacional.
Para la India, los problemas que plantea la crisis europea se perciben en distintos frentes, donde el gobierno nacional cuenta con un margen de maniobra mucho más estrecho que el de su vecino chino. Con una inflación que supera el 7% anual, la política de baja de tasas de interés para impulsar la economía sufre un freno considerable, mientras que invertir en el desarrollo de grandes proyectos de infraestructura tiene que enfrentar el fuerte endeudamiento que exhibe el país (y la burocracia que frena todo avance en ese sentido).
Encima, la rupia, su moneda nacional, ha perdido considerable valor frente al dólar, lo que podría empeorar las presiones inflacionarias en el corto plazo.
El gobierno ya anunció aumentos en el precio de los combustibles, que son importados, lo que está generando manifestaciones y revueltas en diversas partes del país.
En ese contexto, la caída en el nivel de actividad, que en el primer trimestre de 2012 llegó al 5,3% anualizado, se siente con fuerza, cuando el país venía creciendo al 9% en promedio. Como medidas de impulso, el gobierno del primer ministro Manmohan Singh decidió reestablecer los subsidios a las exportaciones de textiles y metalmecánica. Y la prohibición de exportar algodón y arroz fue levantada, medida que pretendía proteger el precio interno de estos productos, similar a la del gobierno argentino con las exportaciones de carne vacuna.
En Brasil, la depreciación del real en un 25% desde julio de 2011 incrementó de manera sostenida el costo de las importaciones.
Y la decisión de su banco central de reducir la tasa Selic en un 0,5% para dejarla en el 8,5% (perdió cuatro puntos desde agosto), podría ser contraproducente, puesto que la inflación alcanza al 5,2% anual. Al igual que la India, el país tiene que estimular su economía, que alcanzó un modesto 0,2% anualizado en el primer trimestre, pero sin que se disparen las presiones inflacionarias.
El proyecto del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff consiste en estimular el consumo interno para evitar el impacto de la crisis europea, pero cuidando de no recalentar la economía. Otro paquete de medidas tiene que ver con ayudas a las exportaciones, que vienen cayendo desde hace ocho meses, y subsidios a la industria automotriz por unos u$s 10.000 millones (las ventas cayeron un 14% en mayo con respecto al mes anterior). Para el ministro de Economía Guido Mantega, las medidas implementadas deberían impulsar el crecimiento en el segundo semestre de este año hasta el 4% anual.
Rusia, otra de las grandes economías emergentes, ha puesto el foco en la política monetaria, para sostener el valor del rublo, su moneda nacional y su nivel de crecimiento económico, que está estimado en un 4% para 2012. La gran volatilidad exhibida por el rublo estos últimos tiempos está directamente relacionada con la inestabilidad de precios que hoy se vive en los mercados del petróleo y gas, dos de los principales commodities exportados por Rusia. Para sostener la moneda, el gobierno de Vladimir Putin no dudó en intervenir en los mercados financieros, aunque hasta ahora con suerte dispar.
Y por último, Sudáfrica es el país emergente más afectado por la crisis europea, puesto que sus exportaciones se dirigen principalmente hacia ese mercado.
Con una proyección de crecimiento del 2,7% para 2012, el país tiene que hacer frente a una debacle de la zona euro que no cesa y que podría profundizarse.
Para ello, varias medidas están en estudio, hasta incluso una mayor integración con sus vecinos africanos para conformar un mercado común que proteja al país de los vaivenes internacionales.
La hora de confirmar cuáles de estos países se sostienen sobre bases sólidas está llegando.
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Ya todos comienzan a ver que las tasas de crecimiento económico a las que estaban acostumbrados se están desacelerando y que la caída de la demanda mundial, consecuencia de la crisis de la zona euro, puede ser aún mayor en los próximos meses. Al ser países bastante dependientes de las exportaciones hacia EE.UU. y la UE, la persistencia de la debacle en los principales mercados desarrollados los afecta de manera directa.
En líneas generales, todas las medidas son buenas para evitar que el consumo interno se frene y que el temporal europeo termine llegando a sus costas. Desde políticas monetarias expansivas, subsidios a las exportaciones y a la producción o programas de inversión pública en infraestructuras, cada país está creando su cóctel de medidas para protegerse ante lo que parece que puede durar bastante tiempo más.
En el caso del mayor país emergente, el Banco Popular de China acaba de anunciar una baja en las tasas de interés para préstamos a un año de un 0,25%, la primera desde 2008, para dejarlas en el 6,3%. La medida fue tomada ante un escenario de desaceleración de la economía, que se redujo al 8,1% anualizado en el primer trimestre de 2012, frente al 9,2% del mismo período un año antes y al 10,4% de 2010. Y lo mismo está sucediendo con las exportaciones. De un crecimiento en el primer trimestre de 2010 que alcanzó el 31,1% anualizado, en 2011 se pasó al 20,3% y a tan sólo un 6,9% en 2012, porcentajes que hacen morir de envidia a cualquier economía desarrollada.
Esta decisión de reducir las tasas de interés se da después de tres bajas en los encajes bancarios, con el objetivo de aportar mayor liquidez al mercado interno.
Pero también hay medidas del gobierno chino en materia de inversiones en infraestructuras (en transportes, energía y agua potable), todos proyectos que están teniendo máxima prioridad (en general la burocracia estatal demora todos los procesos de aprobación) para no frenar el impacto en la economía nacional.
Para la India, los problemas que plantea la crisis europea se perciben en distintos frentes, donde el gobierno nacional cuenta con un margen de maniobra mucho más estrecho que el de su vecino chino. Con una inflación que supera el 7% anual, la política de baja de tasas de interés para impulsar la economía sufre un freno considerable, mientras que invertir en el desarrollo de grandes proyectos de infraestructura tiene que enfrentar el fuerte endeudamiento que exhibe el país (y la burocracia que frena todo avance en ese sentido).
Encima, la rupia, su moneda nacional, ha perdido considerable valor frente al dólar, lo que podría empeorar las presiones inflacionarias en el corto plazo.
El gobierno ya anunció aumentos en el precio de los combustibles, que son importados, lo que está generando manifestaciones y revueltas en diversas partes del país.
En ese contexto, la caída en el nivel de actividad, que en el primer trimestre de 2012 llegó al 5,3% anualizado, se siente con fuerza, cuando el país venía creciendo al 9% en promedio. Como medidas de impulso, el gobierno del primer ministro Manmohan Singh decidió reestablecer los subsidios a las exportaciones de textiles y metalmecánica. Y la prohibición de exportar algodón y arroz fue levantada, medida que pretendía proteger el precio interno de estos productos, similar a la del gobierno argentino con las exportaciones de carne vacuna.
En Brasil, la depreciación del real en un 25% desde julio de 2011 incrementó de manera sostenida el costo de las importaciones.
Y la decisión de su banco central de reducir la tasa Selic en un 0,5% para dejarla en el 8,5% (perdió cuatro puntos desde agosto), podría ser contraproducente, puesto que la inflación alcanza al 5,2% anual. Al igual que la India, el país tiene que estimular su economía, que alcanzó un modesto 0,2% anualizado en el primer trimestre, pero sin que se disparen las presiones inflacionarias.
El proyecto del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff consiste en estimular el consumo interno para evitar el impacto de la crisis europea, pero cuidando de no recalentar la economía. Otro paquete de medidas tiene que ver con ayudas a las exportaciones, que vienen cayendo desde hace ocho meses, y subsidios a la industria automotriz por unos u$s 10.000 millones (las ventas cayeron un 14% en mayo con respecto al mes anterior). Para el ministro de Economía Guido Mantega, las medidas implementadas deberían impulsar el crecimiento en el segundo semestre de este año hasta el 4% anual.
Rusia, otra de las grandes economías emergentes, ha puesto el foco en la política monetaria, para sostener el valor del rublo, su moneda nacional y su nivel de crecimiento económico, que está estimado en un 4% para 2012. La gran volatilidad exhibida por el rublo estos últimos tiempos está directamente relacionada con la inestabilidad de precios que hoy se vive en los mercados del petróleo y gas, dos de los principales commodities exportados por Rusia. Para sostener la moneda, el gobierno de Vladimir Putin no dudó en intervenir en los mercados financieros, aunque hasta ahora con suerte dispar.
Y por último, Sudáfrica es el país emergente más afectado por la crisis europea, puesto que sus exportaciones se dirigen principalmente hacia ese mercado.
Con una proyección de crecimiento del 2,7% para 2012, el país tiene que hacer frente a una debacle de la zona euro que no cesa y que podría profundizarse.
Para ello, varias medidas están en estudio, hasta incluso una mayor integración con sus vecinos africanos para conformar un mercado común que proteja al país de los vaivenes internacionales.
La hora de confirmar cuáles de estos países se sostienen sobre bases sólidas está llegando.
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EL DATO
8,1% La expansión de la economía china se redujo al 8,1% anualizado en el primer trimestre de 2012, frente al 9,2% del mismo período un año antes y al 10,4% de 2010. Y lo mismo está sucediendo con las exportaciones. De un crecimiento en el primer trimestre de 2010 que alcanzó el 31,1% anualizado, en 2011 se pasó al 20,3% y a tan sólo un 6,9% en 2012
(Comercio Exterior – Sector Energía)
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