La UIA, enojada con Moreno: lo culpan de caída de actividad

Argentina – 11/06/2012 – Ambito Financiero – Pág. 12 – Tiempo de Lectura: 3′ 34»
 
En la OIT buscarán pactar con sindicalistas
«No podemos entrar a esta tremenda crisis internacional peleados con todos. Yo voy a mantener encuentros con mis pares de la CEOE (la central industrial española) y con dirigentes empresarios de Italia y del Mercosur. Tenemos a toda costa que preservar el empleo ante la crisis». Desde Ginebra, adonde viajó el sábado para presidir la delegación argentina ante la Conferencia Internacional de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), José Ignacio de Mendiguren le dijo a este diario cuáles son las principales preocupaciones que llevaron a Suiza. El empresario aseguró que en su charla con los españoles no se abordará el tema YPF, algo que a priori parece imposible. El presidente de la UIA también almorzará hoy con Gerardo Martínez, titular de la UOCRA, y conversarán sobre la sucesión de Hugo Moyano al frente de la CGT que podría derivar en una de las peores pesadillas de los empresarios argentinos: la fragmentación del movimiento obrero (una perspectiva a todas luces factible) que dejaría a la UIA sin un interlocutor y que tendría la inevitable consecuencia de incrementar la conflictividad gremial a límites inimaginables. De Mendiguren viajó el sábado luego de que desde el Gobierno le anticiparan que «van a estudiar» de manera exhaustiva los reclamos contenidos en las cartas que -según adelantó este diario- le remitieron a los ministros Juan Manuel Abal Medina, Débora Giorgi y Hernán Lorenzino pidiéndoles que se revea el régimen de liquidación de exportaciones que obliga a las empresas a adelantarle dólares al Gobierno hasta 90 días. Según fuentes oficiales, el Gobierno estaría reviendo la definición de «empresas vinculadas» (cuando el exportador tenga alguna relación con su comprador en el exterior), grupo que está obligado a liquidar las divisas de sus ventas dentro de los 30 días, aunque le paguen a 180 días promedio. También hubo promesas de que todos los formularios que presenten los exportadores tendrán un rápido trámite. Engorro: Esto no resuelve el enorme engorro que representa el llenado de esos formularios, sobre todo para algunas pymes que ni siquiera cuentan con personal idóneo para comprenderlos. Estas medidas sobre las exportaciones, incluidos los aranceles sobre los bienes de capital (14% sobre los que se producen en el país; 2% sobre los que no se fabrican localmente) anunciados la semana pasada por la Presidente están provocando un acentuado malestar y preocupación en el seno de la UIA por la ya indisimulable caída en la actividad económica. Es que los retiros de dólares han dejado a los bancos sin divisas para prefinanciar exportaciones. Si a eso se le suma que a los exportadores los obligan a liquidar sus ventas mucho antes de que sus clientes se las paguen, el escenario es que muchos empresarios han decidido poner el freno a sus operaciones con el exterior, al menos hasta que se aclare el panorama. Por primera vez las iras del sector se dirigen contra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien en la central fabril se considera responsable de la situación que atraviesa el sector. Los últimos números dados a conocer el viernes, en el informe trimestral de actividad elaborado por la UIA, demuestran que hasta sectores que venían muy favorecidos por las políticas proteccionistas del Gobierno, como la indumentaria, la industria gráfica, la automotriz y los metales básicos, registran preocupantes bajas en relación con el año pasado. En este sentido, hay consenso -y se expresó en la última reunión del Comité Ejecutivo de la entidad, el martes pasado- que la hora marca cuidar el stock de inversiones, pero nada más. Nadie en la industria está pensando en nuevas inversiones. La razón no sólo hay que buscarla en los datos macroeconómicos, sino también en las anécdotas que genera Moreno, cuando les dice a los empresarios que las empresas son de él; que ellos son apenas administradores y si no están dispuestos a manejar sus empresas como él les indica, que le dejen la llave de las fábricas a su secretaria. La fantasía no parece exagerada: hoy gran parte de las industrias dependen de la voluntad del funcionario que les ordena qué comprar, qué vender, con quién hacer negocios, a qué país buscar como cliente. Obviamente, el desconcierto va dejando paso a una retracción de la actividad, con consecuencias que ya empiezan a verificarse. Así, el CEO de una empresa extranjera contó que tuvo que llamar a su casa matriz para explicarles que, por orden de Moreno, no podía pagarles a los proveedores. Desde el otro lado de la línea le preguntaron cuál era la norma en que se basaba ese «default» de facto al que se veían obligados. El ejecutivo respondió que no había norma; apenas un llamado de Moreno. Desde la casa matriz le ordenaron parar un importante proyecto de inversión.
Por: Sergio Dattilo
José Ignacio de Mendiguren

(Panorama Económico – Sector Industrial)

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *