Incertidumbre empresaria por el futuro económico
Argentina – 22/07/2011 – Clarín – Pág. 31/Sección: Opinión – Tiempo de Lectura: 4′ 21»
Panorama empresarial: En una cumbre realizada en la Sociedad Rural, directivos de diversas entidades señalaron que un eventual triunfo de Cristina Kirchner puede profundizar el modelo inflacionario.
Panorama empresarial: En una cumbre realizada en la Sociedad Rural, directivos de diversas entidades señalaron que un eventual triunfo de Cristina Kirchner puede profundizar el modelo inflacionario.
Marcelo Bonelli
La inusual cumbre empresaria de ayer en la Sociedad Rural dejó una conclusión política: existe incertidumbre en el movimiento empresario sobre el futuro económico del país después de las elecciones. Las dudas fueron concretas y se manifestaron en lo político y también en los interrogantes que existen sobre los futuros ajustes que según los empresarios tendría que aplicar la Argentina.
Para los hombres de negocios aún no existen certezas definidas sobre las elecciones y temen que un triunfo de Cristina Kirchner profundice una suerte de «modelo populista» que podría a mediano plazo acelerar la inflación. Hubo duras críticas a la intolerancia del kirchnerismo hacia los hombres de negocios y en la mesa se propuso avanzar en una acción conjunta para ponerles límites a las arbitrariedades institucionales del Gobierno.
Jaime Campos, de la AEA, fue el encargado de expresar esa concreta preocupación y advirtió sobre la posición antiempresaria del oficialismo.
Las propuestas más duras fueron impulsadas por el titular de la Sociedad Rural y generaron entusiasmo en los delegados de ACDE, IDEA, Asociación de Bancos Argentinos y Asociación Empresaria Argentina.
La idea preliminar que lanzaron fue la de trabajar en forma conjunta y buscar mecanismos también unificados de expresión de todos los empresarios. Hugo Biolcatti dijo: «Tenemos que seguir con estas reuniones y trabajar en conjunto.» Aunque no se lo expresó explícitamente, la intención es unificar el frente empresario para fijar límites y reclamar rectificaciones a las autoridades que sean electas en octubre.
Pero la iniciativa de la Sociedad Rural tuvo reparos en algunos directivos del Grupo de las 6 entidades del establishment local; entre ellos, Ignacio de Mendiguren, Adelmo Gabbi, Carlos de la Vega, Jorge Brito y Enrique Wagner. Ellos coinciden en el diagnóstico y preocupaciones, pero consideran que es inadecuado autominar el diálogo con el Gobierno, exponiendo ahora posiciones antagónicas al cristinismo.
Por eso se acordó una futura reunión, pero sin fecha. Tampoco quieren que prevalezca una cuestión «ideológica» y prefieren priorizar el pragmatismo. De Mendiguen ratificó que los industriales mantendrán «canales» abiertos con el Gobierno y la oposición para tratar de influir después de las elecciones sobre las correcciones que demanda la economía.
A puertas cerradas, en el encuentro se habló del frente externo y las amenazantes turbulencias financieras. En la mesa se describió el diálogo telefónico entre Cristina Kirchner y la titular del FMI, Christine Lagarde, que ocurrió la semana pasada, cuando el directorio del Fondo Monetario lanzó un ultimátum contra la manipulación de las estadísticas en Argentina.
Lagarde buscó en la Presidenta garantías de que habrá correcciones y comunicó que al Fondo Monetario le será difícil evitar sanciones a la Argentina si el INDEC no se normaliza antes de fin de año. El diálogo reservado respondió a que en Washington ya no creen en los compromisos que asume Amado Boudou y a que la reunión de directorio fue como anticipó Clarín en exclusiva muy dura y adversa hacia la Argentina. Esto último sucedió porque el directorio del FMI se notificó de distorsiones graves en la estadística oficial.
Robert Rennhack fue el enviado de Washington en diciembre y abril para revisar el funcionamiento del INDEC. En su detonante informe, habló de la conocida manipulación de la inflación, pero advirtió que también se dibuja el índice de crecimiento. Esa misión, que presidió Rennhack, detectó un absurdo económico: que en los informes de crecimiento del INDEC hay sectores fabriles a los cuales se les asigna una producción por encima de la capacidad instalada que tienen en la Argentina. En otras palabras: se fija un nivel de actividad que es imposible de alcanzar porque las fábricas instaladas no tienen esa capacidad de producción.
Según confirmó Clarín, esa anomalía el FMI la confirmó en sectores como: Metalmecánica, Petroquímica, varios textiles y también en el de autopartistas-automotrices. En el encuentro del directorio del Fondo Monetario trascendió que fueron dos directores los más duros contra la manipulación estadística. Eran voceros del Grupo de los 7. Uno fue el director de Alemania, Hubert Temmeyer, y el otro fue el representante de Italia, Arrigo Sadun. Tampoco mantuvo una actitud contemplativa el delegado belga, Willy Kiekens, y sostuvo un silenció que avaló los cuestionamientos, la delegada del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Meg Lundsager.
Las turbulencias europeas impactan, ahora, en la manera severa de juzgar las estadísticas oficiales de la Argentina. Precisamente, la crisis en Grecia explotó cuando los mercados descubrieron que el gobierno griego había manipulado estadísticas y ocultado la verdadera información sobre el difícil estado de las cuentas públicas. Esa maniobra se hizo con la complicidad de las consultoras de riesgo y los bancos de inversión de Wall Street, que ahora se hacen los distraídos.
Alfredo Mac Laughlin, el delegado argentino, tuvo pocos argumentos para defender la posición del Gobierno y tampoco halló aliados a la hora de los ataques.
Fue políticamente sonoro el silencio de los delegados de los países emergentes. No hubo muestras de solidaridad por parte del delegado de México, y el mutismo invadió al miembro de Brasil, Paulo Nogueira.
Esta actitud reflejó cierto cansancio en la comunidad financiera internacional. Y reflotó otra vez una iniciativa problemática: excluir a la Argentina del G-20 si no normaliza sus estadísticas en diciembre.
La inusual cumbre empresaria de ayer en la Sociedad Rural dejó una conclusión política: existe incertidumbre en el movimiento empresario sobre el futuro económico del país después de las elecciones. Las dudas fueron concretas y se manifestaron en lo político y también en los interrogantes que existen sobre los futuros ajustes que según los empresarios tendría que aplicar la Argentina.
Para los hombres de negocios aún no existen certezas definidas sobre las elecciones y temen que un triunfo de Cristina Kirchner profundice una suerte de «modelo populista» que podría a mediano plazo acelerar la inflación. Hubo duras críticas a la intolerancia del kirchnerismo hacia los hombres de negocios y en la mesa se propuso avanzar en una acción conjunta para ponerles límites a las arbitrariedades institucionales del Gobierno.
Jaime Campos, de la AEA, fue el encargado de expresar esa concreta preocupación y advirtió sobre la posición antiempresaria del oficialismo.
Las propuestas más duras fueron impulsadas por el titular de la Sociedad Rural y generaron entusiasmo en los delegados de ACDE, IDEA, Asociación de Bancos Argentinos y Asociación Empresaria Argentina.
La idea preliminar que lanzaron fue la de trabajar en forma conjunta y buscar mecanismos también unificados de expresión de todos los empresarios. Hugo Biolcatti dijo: «Tenemos que seguir con estas reuniones y trabajar en conjunto.» Aunque no se lo expresó explícitamente, la intención es unificar el frente empresario para fijar límites y reclamar rectificaciones a las autoridades que sean electas en octubre.
Pero la iniciativa de la Sociedad Rural tuvo reparos en algunos directivos del Grupo de las 6 entidades del establishment local; entre ellos, Ignacio de Mendiguren, Adelmo Gabbi, Carlos de la Vega, Jorge Brito y Enrique Wagner. Ellos coinciden en el diagnóstico y preocupaciones, pero consideran que es inadecuado autominar el diálogo con el Gobierno, exponiendo ahora posiciones antagónicas al cristinismo.
Por eso se acordó una futura reunión, pero sin fecha. Tampoco quieren que prevalezca una cuestión «ideológica» y prefieren priorizar el pragmatismo. De Mendiguen ratificó que los industriales mantendrán «canales» abiertos con el Gobierno y la oposición para tratar de influir después de las elecciones sobre las correcciones que demanda la economía.
A puertas cerradas, en el encuentro se habló del frente externo y las amenazantes turbulencias financieras. En la mesa se describió el diálogo telefónico entre Cristina Kirchner y la titular del FMI, Christine Lagarde, que ocurrió la semana pasada, cuando el directorio del Fondo Monetario lanzó un ultimátum contra la manipulación de las estadísticas en Argentina.
Lagarde buscó en la Presidenta garantías de que habrá correcciones y comunicó que al Fondo Monetario le será difícil evitar sanciones a la Argentina si el INDEC no se normaliza antes de fin de año. El diálogo reservado respondió a que en Washington ya no creen en los compromisos que asume Amado Boudou y a que la reunión de directorio fue como anticipó Clarín en exclusiva muy dura y adversa hacia la Argentina. Esto último sucedió porque el directorio del FMI se notificó de distorsiones graves en la estadística oficial.
Robert Rennhack fue el enviado de Washington en diciembre y abril para revisar el funcionamiento del INDEC. En su detonante informe, habló de la conocida manipulación de la inflación, pero advirtió que también se dibuja el índice de crecimiento. Esa misión, que presidió Rennhack, detectó un absurdo económico: que en los informes de crecimiento del INDEC hay sectores fabriles a los cuales se les asigna una producción por encima de la capacidad instalada que tienen en la Argentina. En otras palabras: se fija un nivel de actividad que es imposible de alcanzar porque las fábricas instaladas no tienen esa capacidad de producción.
Según confirmó Clarín, esa anomalía el FMI la confirmó en sectores como: Metalmecánica, Petroquímica, varios textiles y también en el de autopartistas-automotrices. En el encuentro del directorio del Fondo Monetario trascendió que fueron dos directores los más duros contra la manipulación estadística. Eran voceros del Grupo de los 7. Uno fue el director de Alemania, Hubert Temmeyer, y el otro fue el representante de Italia, Arrigo Sadun. Tampoco mantuvo una actitud contemplativa el delegado belga, Willy Kiekens, y sostuvo un silenció que avaló los cuestionamientos, la delegada del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Meg Lundsager.
Las turbulencias europeas impactan, ahora, en la manera severa de juzgar las estadísticas oficiales de la Argentina. Precisamente, la crisis en Grecia explotó cuando los mercados descubrieron que el gobierno griego había manipulado estadísticas y ocultado la verdadera información sobre el difícil estado de las cuentas públicas. Esa maniobra se hizo con la complicidad de las consultoras de riesgo y los bancos de inversión de Wall Street, que ahora se hacen los distraídos.
Alfredo Mac Laughlin, el delegado argentino, tuvo pocos argumentos para defender la posición del Gobierno y tampoco halló aliados a la hora de los ataques.
Fue políticamente sonoro el silencio de los delegados de los países emergentes. No hubo muestras de solidaridad por parte del delegado de México, y el mutismo invadió al miembro de Brasil, Paulo Nogueira.
Esta actitud reflejó cierto cansancio en la comunidad financiera internacional. Y reflotó otra vez una iniciativa problemática: excluir a la Argentina del G-20 si no normaliza sus estadísticas en diciembre.
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UNION PRODUCTIVA. BIOLCATTI, CAMPOS Y DE MENDIGUREN, AYER EN LA SOCIEDAD RURAL.
(Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – Actividad Económica – Editoriales y Opinión)
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