Giorgi acusó a Brasil de hacerle perder al país US$ 7000 millones
Mercosur / Recrudece la tensión bilateral
En un texto de inusual dureza a su par brasileño, se quejó de muchas trabas a exportaciones argentinas
LA NACION
Como en esos divorcios donde la ofensa de una parte conduce a la otra a exponer a la luz todos los trapitos sucios que hasta ese momento callaba, el gobierno argentino acusó a Brasil de provocar (o no solucionar) una serie de problemas en el comercio bilateral que causan perjuicios a la industria nacional por 7000 millones de dólares anuales.
La denuncia formó parte de la carta que la ministra de Industria, Débora Giorgi, le envió ayer a su par de Desarrollo brasileño, Fernando Pimentel, en respuesta a las quejas del gobierno de Dilma Rousseff por las trabas argentinas al comercio bilateral. Anteayer, la tensión había escalado a su punto máximo, por las nuevas licencias no automáticas a la importación que impuso Brasil y que impidieron el acceso de vehículos y autopartes al mercado del vecino país.
El Gobierno se encargó desde temprano de darle amplia difusión a la misiva de Giorgi (que incluso fue publicada en el sitio del ministerio en Internet). Por la tarde se conoció que Pimentel respondió con otra carta en la que invita a Giorgi a reunirse en Brasilia.
Aunque en 2009, durante la crisis internacional, habían reaparecido los roces comerciales, la actual polémica en el nivel ministerial marca el momento de mayor tensión en la relación bilateral desde mediados de la década pasada.
Giorgi le señaló a Pimentel que, en lo que va del año, la balanza bilateral muestra un superávit de US$ 1200 millones en favor de Brasil. «Esta información es contundente acerca de la inexistencia de un impacto negativo sobre las exportaciones de Brasil a la Argentina», señala en la extensa carta, en la que reitera varios reclamos comerciales y reconoce que «no se obtuvieron los resultados que la Argentina esperaba».
Reclamos
La lista de reclamos incluye:
Brasil nunca contestó las notas referidas a la preocupación por nuevas normas técnicas que dejarían afuera de ese mercado al aceite de oliva argentino.
El sello fiscal es una barrera de acceso para los vinos.
Nunca se cumplió el cupo de ingreso de leche en polvo a Brasil.
El antidumping aplicado a la vajilla de vidrio argentina fue más elevado que el que gravó a los productos de Indonesia.
Las restricciones para el mosto a granel (la Argentina es el primer exportador mundial de mosto de uva concentrado).
Los fabricantes brasileños amenazan a las cadenas comercializadoras para que no incorporen productos argentinos.
Las normas sanitarias impiden el acceso al mercado brasileño de los cítricos argentinos.
Brasil no ha incorporado el Protocolo de Compras Gubernamentales del Mercosur, lo cual impide que empresas argentinas provean bienes y servicios a organismos estatales de ese país (como sí ocurre a la inversa). Tampoco ha habido avances en los pedidos para participar en las obras relacionadas con el Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
El banco de desarrollo de Brasil (Bndes) sólo otorga financiamiento a los camiones fabricados allí y deja afuera las unidades Iveco que exporta la Argentina.
La ministra estimó que el perjuicio provocado por estas barreras equivale a 7000 millones de dólares anuales en exportaciones no realizadas. La cifra equivale a casi la mitad de todo lo que exportó la Argentina a Brasil en 2010 y a una décima parte de sus ventas totales al mundo.
La Cámara de Exportadores lamentó que en el marco del Mercosur «se haya producido una escalada de licencias no automáticas». Y la Fundación Pro Tejer cuestionó a Brasil por ser «una economía virtualmente cerrada», cuyas importaciones equivalen a sólo el 9% de su producción.
Hasta ayer no había novedades sobre los 2700 vehículos detenidos en la aduana brasileña. El país exporta más de 30.000 autos por mes (la mitad de su producción total) a Brasil. Fuentes del sector autopartista indicaron que, hasta el momento, las fábricas del sector no sufrieron los efectos de las nuevas trabas. Aunque en teoría esas medidas afectan también a otros países como México y Corea del Sur, lo cierto es que más del 10% de los autos que se venden en Brasil son de origen argentino, mientras que el resto del mundo aporta en conjunto un 9% del mercado brasileño.
Más allá del debate político, la Argentina también comenzó a aplicar medidas de retaliación. Ayer, unos 600 contenedores de la empresa Whirpool, con electrodomésticos de línea blanca fabricados en Brasil, habían sido retenidos en el puerto de Buenos Aires, indicaron fuentes portuarias.
(Información General)
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