Empresarios preocupados por la caída en la actividad
Argentina – 18/06/2012 – Ambito Financiero – Pág. 10 – Tiempo de Lectura: 3′ 41»
Según el INDEC, la economía sólo creció un 0,6% en abril. Lo peor desde 2009
Según el INDEC, la economía sólo creció un 0,6% en abril. Lo peor desde 2009
El dato de la caída de la actividad económica, difundido el viernes pasado por el INDEC, vino a confirmar lo que los empresarios vienen advirtiendo (y conversando en privado) desde hace al menos un mes: la economía está en franca declinación. La opinión de varios dirigentes empresarios consultados por este diario, respecto de la información entregada el viernes por el INDEC, es que -como suele suceder- el organismo oficial se quedó corto en sus cálculos, dado que «industrias de industrias» como la automotriz o la construcción muestran un estado cercano a la parálisis. Según el INDEC, la economía «creció» un 0,6% en abril en relación con el mismo mes de 2011, una cifra comparable a lo sucedido en octubre de 2009, cuando los efectos de la crisis internacional de las hipotecas «subprime» se hicieron sentir a nivel local. Seguramente no fue casualidad que por esa misma época el kirchnerismo registró su única derrota electoral en casi 10 años en el Gobierno. En relación con marzo pasado, la actividad cayó un 1,3% siempre según datos del INDEC. Desde ya, las estimaciones privadas ponen muy por encima de esos guarismos el descenso de la actividad, y ya hay estudios que hablan de que el país ya ingresó en recesión. Parecería confirmar este dato el hecho de que la tasa de crecimiento en el primer trimestre del año fue de sólo un 2,8% contra un 19,5% de igual período de 2011.En la economía real, en tanto, la situación parece ser bastante más grave de lo que marcan los datos del INDEC: las terminales automotrices continuaron suspendiendo personal y eliminando turnos y horas extras; los constructores confirman a quien quiera escucharlos que casi no hay inicios de obras nuevas y se han visto obligados a desprenderse de sus planteles de obreros especializados. El comercio muestra un panorama preocupante y -tal como lo reflejó este diario el viernes- ya se advierten numerosos locales vacíos en las principales calles y avenidas del país. Muchos importadores han debido despedir a casi todos sus empleados de ventas, distribución y atención al cliente por no tener qué vender. las ensambladoras de aparatos electrónicos radicadas en Tierra del Fuego, pese a que gozan de exenciones impositivas y un régimen altamente proteccionista, se encuentran casi paralizadas por las trabas a la importación. Esta lista de sectores afectados por las políticas oficiales es sólo una muestra: hoy casi no queda un área de la industria, el comercio y los servicios que no haya sido afectada por la falta de divisas para adquirir insumos o las trabas a la exportación y a la importación. Los conmutadores de las principales entidades empresarias argentinas se saturan de llamados de industriales y comerciantes pidiendo información sobre el régimen de importaciones y el de exportaciones; el primero, por los faltantes de insumos que les impiden fabricar sus productos; el segundo, porque el Gobierno los obliga a liquidar los dólares meses antes de poder cobrárselos a sus clientes en el exterior. «A lo mejor se obtiene permiso para traer nueve de los diez componentes importados que lleva una prenda, pero impiden entrar el décimo, y entonces no es posible completar el proceso productivo», le dijo a este diario un empresario textil, una de las industrias más protegidas por el Gobierno. En la Unión Industrial Argentina (UIA) se estaría preparando hacer pública una postura que no la aleje del todo del Gobierno -y en especial del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno-, pero que sirva para advertir que el rumbo elegido podría tener consecuencias de catástrofe, a la luz de los datos de la economía. Esa posición consistiría básicamente en elogiar los instrumentos que usa el Gobierno para defender la balanza comercial y la industria local (declaraciones juradas anticipadas de importación, declaraciones juradas para exportar, licencias no automáticas, etc.), pero advertir que mal usadas los resultados pueden ser graves para la economía. De hecho, el tema de las trabas comerciales y el virtual corralito cambiario -que los empresarios sindican como responsables de buena parte de la caída de la actividad- fueron tema de conversación anoche en Los Cabos, donde sesiona el B-20 (Business 20, grupo de empresarios que acompañan al G-20 de los jefes de Estado). Allí el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, volvió a encontrarse con sus pares de la CNI brasileña, y se reiteraron las quejas de los socios del Mercosur por las restricciones que impone la Argentina al libre tránsito de mercaderías entre ambos países. De Mendiguren no habría tenido respuestas para dar. Después, ambas delegaciones (la argentina y la brasileña) participaron de una cena organizada por el Mouvement des Entreprises de France (MEDEF), que reunió a los presidentes de las principales organizaciones empresariales del G-20 (el BDI alemán, la Confindustria italiana, la AIG autraliana, etc.).
Por: Sergio Dattilo
José Ignacio de Mendiguren, Guillermo Moreno
Por: Sergio Dattilo
José Ignacio de Mendiguren, Guillermo Moreno
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