El relato épico sobre YPF, sometido a un examen

Argentina – 11/05/2012 – Clarín – Pág. 29/Sección: Opinión – Tiempo de Lectura: 4′ 16»
 
Por Marcelo Bonelli
Las petroleras multinacionales tentadas a invertir en el país, encabezadas por Exxon, exigen un trato equivalente a las mineras y adecuado al mercado mundial del petróleo.
La compañía internacional Exxon comunicó al Gobierno que está dispuesta a asociarse con YPF para realizar inversiones de alto riesgo en el yacimiento Vaca Muerta. Pero la «multi» exige, como parte de esa operación, un conjunto de garantías políticas similares a las que tienen en la actualidad las cuestionadas firmas mineras, entre ellas Barrick.
La semana próxima continuarán las conversaciones reservadas y se espera que Exxon haga una presentación formal con los requisitos que pretende para invertir.
Los «papers» que se manejan incluyen seis puntos clave, que tienen un denominador estratégico común y central: exigen que la Argentina garantice y respete las condiciones internacionales del negocio petrolero. Estos son los puntos: Exxon Mobil tiene interés en invertir por el potencial del yacimiento.
Ya estaba negociando con Repsol.
Pretende una legislación que proteja las inversiones durante varias décadas, como las otorgadas por la ley minera.
Que los contratos reconozcan los tribunales de Nueva York para dirimir eventuales conflictos.
Estabilidad tributaria durante 50 años.
Autorización para girar utilidades a sus casas matrices.
Un precio del crudo y el gas acorde a la evolución internacional del petróleo.
La definición que tenga este paquete de reclamos es aguardada por el resto de las compañías que también podrían invertir, como Total y Chevron. Pero su aceptación por parte del Gobierno tendría un fuerte costo político: esos pedidos chocan con el discurso público que sostienen ideólogos de la expropiación, como Axel Kicillof. Así, el Gobierno debería enfrentar una opción difícil: negociar bajo las exigencias de mercado de las petroleras o sobrevivir con un déficit explosivo en materia de energía. Ambas alternativas representan un alto precio para la Presidenta, porque implicaría cambiar el discurso épico.
Las negociaciones están a cargo de Tomás Hess por parte de Exxon y de un equipo que designó Kicillof y conduce el economista Eduardo Basualdo. En las próximas jornadas habrá reuniones clave y definiciones. Por de pronto, en la conducción de YPF se desató una interna por el poder.
Julio De Vido abandonó sus responsabilidades y dejó la conducción estratégica en manos de Kicillof. Entre ambos hay fuerte tensión, después de que Kicillof responsabilizó al ministro de Planificación por la caída de la producción y la pérdida del autoabastecimiento. Mientras tanto, Miguel Galuccio intenta hacer pie en YPF y lograr el desplazamiento inmediato de los jóvenes de La Cámpora.
El interventor encargó a una agencia internacional la búsqueda de profesionales, pero fracasó. Son pocos los que están dispuestos a convivir en YPF con el árido fragor político. Ahora Galuccio trata de promover a funcionarios de la vieja YPF e incluso a ejecutivos que trabajaron con Repsol. Pero su situación es la opuesta a la que tuvo hace dos décadas José Estenssoro: el empresario menemista desembarcó con 20 expertos de confianza y el total apoyo técnico de la Secretaría de Energía.
La cuestión fue tratada el martes en la exclusiva reunión del Club del Petróleo, que lidera Oscar Vicente. Todos los empresarios escucharon un diagnóstico del legendario Vicente: » Las excesivas regulaciones del Gobierno van contra la producción de recursos no renovables.» Los hombres de negocios sostienen que la expropiación de YPF tuvo el aval de Washington. Fue para bloquear la venta de la compañía a la china Sinopec, que Repsol ya tenía definida.
EE.UU. no quiere que capitales chinos controlen recursos estratégicos en América latina. Para los petroleros el accionar del gobierno de Barack Obama confirma esta información. Hubo tibios reproches del Departamento de Estado a la expropiación, ningún aval a los duros reclamos de España y mutismo en la reunión de ministros del G-20. La Embajada de EE.UU. desmiente que el respaldo haya sido tratado en el encuentro entre Obama y Cristina. Pero en la Casa Rosada la propia Presidenta se lo sugirió a varios ministros minutos antes de anunciar la decisión.
La urgencia se trasladó, ahora, a las empresas eléctricas. Edenor y Edesur tienen un déficit mensual de 50 millones de pesos y están en virtual default de pagos. Y el problema es siempre el mismo: la crisis energética que engendró el Gobierno en los últimos años.
En el Club del Petróleo saltó otro tema que conmueve a la comunidad de negocios, y de eso también hablan en la Unión Industrial y en la Bolsa de Comercio. Se trata de la decisión del Gobierno de activar acciones judiciales contra empresarios, por supuestos delitos cometidos durante la dictadura militar.
Ahora la ofensiva se concentró contra Carlos Pedro Blaquier. El industrial, que viajó al exterior, era de íntima confianza de Cristina Kirchner, al punto que le escribió e hizo público un poema. La información que existe en las entidades empresarias sostiene que la estrategia oficial apuntaría a mantener causas abiertas para presionar y disciplinar a los hombres de negocios. Blaquier fue citado como imputado, el próximo 17 de mayo. Guillermo Moreno dijo –a fin de año– que el empresario influía para que la UIA y la Sociedad Rural actuaran contra el Gobierno.
En las cúpulas empresarias también se percibe otra cuestión: una decisión clara de la presidenta Kirchner de marginar a todos los directivos que enhebraron una relación política y especial con Néstor Kirchner. Y ello tendría que ver con el deseo político de dejar atrás el kirchnerismo y consolidar su nuevo movimiento, «el cristinismo.» Copyright Clarín, 2012.

(Sector Energía – Ministerio de Planif. Federal, Inversión Púb. y Servicios – Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – Editoriales y Opinión)

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