Dura reacción de Cristina por las presiones del sindicalismo

Argentina – 11/05/2011 – Clarín – Pág. 6/Sección: El País – Tiempo de Lectura: 2′ 52»
 
RESPUESTA A LOS METODOS DE PROTESTA GREMIAL: Reclamó que «en lugar de apoyarme pidiéndome para que sea Presidenta», la respalden solucionando los hechos que «crean conflictividad». Fue una alusión a Moyano. Y en respuesta a los conflictos como el que afecta la provisión de nafta.

Guido Braslavsky
En un duro mensaje, la presidenta Cristina Kirchner no disimuló su molestia ayer con los métodos de protesta sindicales y volvió a reclamar «racionalidad» en los conflictos laborales, que no deben «someter de rehén al resto de la sociedad».
La Presidenta fue explícita en mencionar el conflicto con los trabajadores petroleros en el sur. Pero sus palabras se interpretaron en despachos de la Casa Rosada como un tiro por elevación al camionero Hugo Moyano. Es que esta semana hubo desabastecimiento de combustibles y de garrafas en varios lugares del país porque al paro petrolero y de docentes en Santa Cruz se sumó el bloqueo de los camioneros a refinerías en la provincia de Buenos Aires, en reclamo de un plus salarial (ver pág. 8).
El párrafo que se interpretó dirigido a los aliados cegetistas fue cuando señaló: «Preferiría que en lugar de apoyarme tanto pidiéndome para que sea Presidenta, me apoyen de una manera más contundente tratando de que las cosas puedan solucionarse sin necesidad de presiones, sin amenazas, o de hechos que crean demasiada conflictividad». Más tarde, en diálogo con Radio 10, el vocero cegetista Juan Carlos Schmid recogió el guante: reconoció que «habrá que revisar algunos aspectos» pero destacó que «nunca le hicimos un paro general».
Cristina habló en la Casa Rosada en el acto de anuncio de descubrimiento de reservas petroleras por parte de YPF en Neuquén, que incrementan 8 por ciento las reservas nacionales (ver pág. 21).
En primera fila estaban Enrique Eskenazi (YPF), el titular de la UIA, Ignacio de Mendiguren y Juan Carlos Lascurain (Adimra), entre otros.
Pero además -y como ya se veía venir desde la semana pasada cuando se reunió con la UIA- la Presidenta le bajó el pulgar al proyecto de ley del diputado moyanista Héctor Recalde sobre reparto de ganancias de las empresas: «Una ley es algo general, lo general no puede ser aplicado a todos». Y se pronunció a favor de discutir ganancias en los convenios, vía primas o bonos por productividad. Lo mismo ratificó por la noche al recibir a Osvaldo Cornide, de CAME.
Así, Cristina dejó plantada una diferencia pública con Moyano, que el Día del Trabajador puso como objetivo de la CGT la aprobación este año del proyecto de Recalde en el Congreso. En otro párrafo sugestivo y sin destinatarios claros, Cristina sostuvo que «por más que griten o amenacen o por más que hagan cosas, no me van a hacer cambiar el rumbo».
La relación con Moyano, principal aliado y amenaza para el kirchnerismo, tuvo su pico máximo de tensión a mediados de marzo cuando la Cancillería permitió cursar un exhorto de la Justicia suiza que pedía información de Moyano y su familia en el marco de una investigación por lavado de dinero.
Desde la CGT se llamó a «parar el país», medida suspendida por el camionero, tras arduas negociaciones secretas con el Gobierno.
Pablo Moyano analizó días más tarde que con Néstor Kirchner «la relación era distinta» ya que no era lo mismo «discutir con un hombre que con una mujer». Invitada al acto por el 1° de Mayo, Cristina mandó a casi todos sus ministros pero viajó al sur, y envió una carta a Moyano autoelogiosa de los gobiernos Kirchner pero sin mencionar o darle crédito al camionero y los líderes cegetistas en los «logros» de esa etapa. Cristina viene manifestando su preocupación de que «la conflictividad no arruine el modelo». Ayer habló de la necesidad de una «construcción institucional» entre empresarios y trabajadores. Y pidió «encontrar armonía» para «conciliar racional y sensatamente los intereses».

(Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – Política – Panorama Político)