Critican las trabas a la importación
Argentina – 07/04/2011 – La Nación – Pág. 5/Economía & Negocios – Tiempo de Lectura: 3′ 38»
El embajador de la UE dijo que «no ayudan» a lograr un acuerdo con el Mercosur porque «generan incertidumbre»
Comercio exterior / Quejas de la Unión Europea
El jefe de la Delegación de la Unión Europea (UE) ante la Argentina, el español Alfonso Díez Torres, advirtió ayer que las trabas que impone el Gobierno a las importaciones «no ayudan» a las negociaciones para un acuerdo con el Mercosur, ya que, según estimó, «generan incertidumbre». El diplomático criticó además la política oficial de «uno a uno» que rige para el sector automotor, que obliga a exportar en dólares la misma cantidad que se quiere importar, porque, en su opinión, «es el mercado el que debe regular esos flujos» y no el Gobierno, con medidas que «pueden tener una utilidad coyuntural, pero que a largo plazo no resuelven problemas estructurales».
En una entrevista con la agencia DyN tras un desayuno de trabajo en el Club Europeo, Díez Torres consideró que «un acuerdo (entre la UE y el Mercosur) eliminaría las situaciones de incertidumbre que generan medidas como ésas, que son cuando menos cuestionables o polémicas».
Hace dos semanas, en Bruselas, Bélgica, las partes se reunieron por cuarta vez desde el relanzamiento del diálogo en mayo del año pasado, encuentro que concluyó sin avances en cuanto a la presentación de ofertas sobre el grado de apertura comercial de cada bloque.
Un comunicado oficial de la UE se limitó entonces a señalar que las partes «reiteraron su compromiso para seguir negociando hasta lograr un acuerdo ambicioso y equilibrado».
En ese contexto, Díez Torres se refirió a las medidas de la Casa Rosada por las que busca ralentizar la caída del superávit comercial, que pasó de 16.980 millones de dólares en 2009 a 12.057 millones en 2010, y sería de 9868 millones durante el presente ejercicio.
Las licencias no automáticas (LNA) a la importación que el Gobierno llevó de 400 a 600 productos en febrero han servido para que la industria nacional mantuviera un millón de puestos de trabajo y creara otros 100.000 entre 2008 y 2010, según el Ministerio de Industria.
Para Díez Torres, en cambio, «no ayudan, es evidente», no obstante lo cual «las negociaciones siguen, y se podría pensar también que un futuro acuerdo (bilateral) eliminaría situaciones de incertidumbre».
Acuerdo «necesario»
«Aunque no favorecen el clima de negociación, ya por hacer de la necesidad una virtud, son un elemento más para pensar que ese acuerdo es realmente necesario», enfatizó.
Sobre la política de «uno a uno» para las automotrices, el funcionario europeo señaló que «es bueno que haya equilibrio», pero criticó el intervencionismo.
Sin embargo, los países europeos mantienen fuertes restricciones al ingreso de productos agropecuarios para proteger a sus productores.
Sobre la reunión en Bruselas, el diplomático dijo que «fue productiva, en la medida en que se avanzó bastante en los diversos grupos que conforman la negociación. Se sigue trabajando en aspectos que hacen referencia a cuestiones que van desde normas de origen e inversión hasta propiedad intelectual», repasó.
Esos aspectos «tienen una importancia tanto o más que las discusiones sobre acceso al mercado y el desmantelamiento arancelario», planteó el diplomático español.
«Es verdad que todavía no se ha llegado a la etapa del intercambio de ofertas, y que eso ha podido producir la impresión de retraso, pero tampoco estaba necesariamente previsto que fuera el momento para hacerlo», agregó.
La próxima reunión bilateral tendrá lugar del 2 al 6 de mayo en Asunción, Paraguay, ocasión para la que «la expectativa es que se pueda concretar el intercambio de ofertas. No está confirmado, pero tampoco se descarta. Hay que seguir avanzando en ese terreno», propuso.
«Hay que entender que más importantes que las barreras arancelarias lo son más otras barreras, como las técnicas. Ahí hay mucho trabajo, es un acuerdo difícil porque lo que está en juego tiene oportunidades muy grandes, hay una estrecha relación entre dificultad y beneficio potencial», mencionó.
Para la Argentina, la UE debería elevar el grado de apertura de sus mercados de 75%, según ofertó en 2004, a 90%, además de reducir la canasta de bienes «sensibles», casi todos agrícolas, equivalentes al 10% del mercado.
CLAVES DEL CONFLICTO
* Más trabas: desde el mes pasado, el Gobierno exige licencias no automáticas de importación para unos 200 rubros, que se suman a los 400 que ya estaban alcanzados por estas restricciones.
* Obstáculo: el jefe de la delegación de la Unión Europea ante la Argentina, Alfonso Díez Torres, dijo que estas medidas generan «incertidumbre» y dificultan el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. Las negociaciones fueron relanzadas el año pasado y aún no hubo avances.
* Más quejas: hace dos semanas, la UE, Estados Unidos, Perú, México, Canadá, Japón, Turquía y Suiza se quejaron en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las demoras del Gobierno en tramitar estos permisos.
El embajador de la UE dijo que «no ayudan» a lograr un acuerdo con el Mercosur porque «generan incertidumbre»
Comercio exterior / Quejas de la Unión Europea
El jefe de la Delegación de la Unión Europea (UE) ante la Argentina, el español Alfonso Díez Torres, advirtió ayer que las trabas que impone el Gobierno a las importaciones «no ayudan» a las negociaciones para un acuerdo con el Mercosur, ya que, según estimó, «generan incertidumbre». El diplomático criticó además la política oficial de «uno a uno» que rige para el sector automotor, que obliga a exportar en dólares la misma cantidad que se quiere importar, porque, en su opinión, «es el mercado el que debe regular esos flujos» y no el Gobierno, con medidas que «pueden tener una utilidad coyuntural, pero que a largo plazo no resuelven problemas estructurales».
En una entrevista con la agencia DyN tras un desayuno de trabajo en el Club Europeo, Díez Torres consideró que «un acuerdo (entre la UE y el Mercosur) eliminaría las situaciones de incertidumbre que generan medidas como ésas, que son cuando menos cuestionables o polémicas».
Hace dos semanas, en Bruselas, Bélgica, las partes se reunieron por cuarta vez desde el relanzamiento del diálogo en mayo del año pasado, encuentro que concluyó sin avances en cuanto a la presentación de ofertas sobre el grado de apertura comercial de cada bloque.
Un comunicado oficial de la UE se limitó entonces a señalar que las partes «reiteraron su compromiso para seguir negociando hasta lograr un acuerdo ambicioso y equilibrado».
En ese contexto, Díez Torres se refirió a las medidas de la Casa Rosada por las que busca ralentizar la caída del superávit comercial, que pasó de 16.980 millones de dólares en 2009 a 12.057 millones en 2010, y sería de 9868 millones durante el presente ejercicio.
Las licencias no automáticas (LNA) a la importación que el Gobierno llevó de 400 a 600 productos en febrero han servido para que la industria nacional mantuviera un millón de puestos de trabajo y creara otros 100.000 entre 2008 y 2010, según el Ministerio de Industria.
Para Díez Torres, en cambio, «no ayudan, es evidente», no obstante lo cual «las negociaciones siguen, y se podría pensar también que un futuro acuerdo (bilateral) eliminaría situaciones de incertidumbre».
Acuerdo «necesario»
«Aunque no favorecen el clima de negociación, ya por hacer de la necesidad una virtud, son un elemento más para pensar que ese acuerdo es realmente necesario», enfatizó.
Sobre la política de «uno a uno» para las automotrices, el funcionario europeo señaló que «es bueno que haya equilibrio», pero criticó el intervencionismo.
Sin embargo, los países europeos mantienen fuertes restricciones al ingreso de productos agropecuarios para proteger a sus productores.
Sobre la reunión en Bruselas, el diplomático dijo que «fue productiva, en la medida en que se avanzó bastante en los diversos grupos que conforman la negociación. Se sigue trabajando en aspectos que hacen referencia a cuestiones que van desde normas de origen e inversión hasta propiedad intelectual», repasó.
Esos aspectos «tienen una importancia tanto o más que las discusiones sobre acceso al mercado y el desmantelamiento arancelario», planteó el diplomático español.
«Es verdad que todavía no se ha llegado a la etapa del intercambio de ofertas, y que eso ha podido producir la impresión de retraso, pero tampoco estaba necesariamente previsto que fuera el momento para hacerlo», agregó.
La próxima reunión bilateral tendrá lugar del 2 al 6 de mayo en Asunción, Paraguay, ocasión para la que «la expectativa es que se pueda concretar el intercambio de ofertas. No está confirmado, pero tampoco se descarta. Hay que seguir avanzando en ese terreno», propuso.
«Hay que entender que más importantes que las barreras arancelarias lo son más otras barreras, como las técnicas. Ahí hay mucho trabajo, es un acuerdo difícil porque lo que está en juego tiene oportunidades muy grandes, hay una estrecha relación entre dificultad y beneficio potencial», mencionó.
Para la Argentina, la UE debería elevar el grado de apertura de sus mercados de 75%, según ofertó en 2004, a 90%, además de reducir la canasta de bienes «sensibles», casi todos agrícolas, equivalentes al 10% del mercado.
CLAVES DEL CONFLICTO
* Más trabas: desde el mes pasado, el Gobierno exige licencias no automáticas de importación para unos 200 rubros, que se suman a los 400 que ya estaban alcanzados por estas restricciones.
* Obstáculo: el jefe de la delegación de la Unión Europea ante la Argentina, Alfonso Díez Torres, dijo que estas medidas generan «incertidumbre» y dificultan el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. Las negociaciones fueron relanzadas el año pasado y aún no hubo avances.
* Más quejas: hace dos semanas, la UE, Estados Unidos, Perú, México, Canadá, Japón, Turquía y Suiza se quejaron en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las demoras del Gobierno en tramitar estos permisos.
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