CGT: la UOM propuso a Caló, pero con menú de requisitos

Argentina – 13/04/2012 – Ambito Financiero – Pág. 9 – Tiempo de Lectura: 3′ 05»
 
Respaldo de delegados saldó disputa interna
En medio del tironeo cupular, la disputa se resolvió entre los delegados: Antonio Caló fue ayer proclamado por «ovación», por el congreso nacional de la UOM, como candidato a la jefatura de la CGT, cargo que controla -y pretende mantener- Hugo Moyano. En Mar del Plata, los delegados de la UOM resolvieron ayer a mano alzada y a los gritos lo que la mesa chica metalúrgica, encabezada por Caló, no logró destrabar. En el seno del gremio hay matices sobre la táctica a llevar a cabo frente a la disputa de la CGT. En rigor, el plan original era que el congreso emitiera una resolución donde proponga la postulación de Caló. Al final operó de otro modo: terminado el debate sobre la cuestión salarial -está roto el diálogo de la paritaria-, se entró en el capítulo político. Fue en ese tramo que empezaron las mociones, primero una, después varias, para postular a Caló. Y ocurrió lo que suele ocurrir: una vez que un delegado habló, los demás no quisieron quedarse en silencio y derivó en un apoyo masivo a la candidatura. Es decir: lo que no logró unificar el secretariado, lo impulsaron y aprobaron masivamente los delegados. Por esa vía, se suprimen parte de las objeciones que tiene una raíz histórica: la división, dentro de los metalúrgicos, entre La Rucci y La Vandor. Hay, en paralelo, otra cuestión más delicada. El propio Caló, y la UOM en general, ponen como prerrequisito para pulsear por la jefatura de la CGT que se logre un «consenso mayoritario», opción que hoy por hoy parece imposible ante la resistencia de Moyano. El camionero sostiene -eso jura, al menos, en la intimidad- que tiene número suficiente para ganar, en votación secreta, la elección convocada para el 12 de julio durante el congreso de la CGT donde se deben definir las autoridades para los próximos cuatro años. Va más lejos: sugiere que está dispuesto, incluso, a fracturar la CGT y quedarse al frente de una porción que exprese una línea hiperopositora al Gobierno. La UOM, más cauta, avisa que hay que hacer los esfuerzos necesarios para alejar el riesgo de ruptura. Días atrás, Caló exploró esa cuestión al advertir que no es el deseo de la UOM que la disputa por la CGT derive en la atomización. «Nos acordamos de lo feo que fue lo del Teatro San Martín», dijo en referencia al congreso que parió dos centrales, una encabezada por Saúl Ubaldini y otra por el mercantil Guerino Andreoni. Ocurrió en 1989. «Esta decisión no hace más que ratificar la voluntad de los trabajadores de que el futuro secretario general de la CGT sea un hombre del UOM», dijo ayer Enrique Salinas, integrante del secretariado metalúrgico. Salinas, junto a Francisco «Barba» Gutiérrez, fue uno de los promotores de la postulación. En frente, esquivo, se ubicó Juan Belén, actual número dos de la CGT. Histórico jefe metalúrgico de la zona sur, Belén terminó en la central luego de que en 2008 fracasó, por recelos internos y por dudas de Caló, la intención de la UOM de desafiar a Moyano. Por delante queda otra cuestión. Se da por hecho que Cristina de Kirchner quiere al camionero fuera de la CGT. Pero es, a su vez, cierto que el Gobierno poco y nada hizo, hasta ahora, para darle entidad y volumen a una candidatura que se enfrente a Moyano. Hubo, es cierto, reuniones con Julio De Vido y Carlos Tomada. En Casa Rosada dicen, secreteando, que no es todavía el momento para actuar, que existe una especie de acuerdo con la UOM para que llegado el momento se haga el despliegue necesario para unir voluntades. Lo demás es numerología y tironeo durante la negociación. ¿Terminará Cristina atada a un acuerdo con los Gordos o, lateralmente, con Luis Barrionuevo? No es la foto más indicada ni más feliz para la Casa Rosada, pero hoy Cristina tiene más inquina con Moyano que con cualquier otro sindicalista. Mientras tanto, Caló se abraza al relato teórico sobre que es hora de un gremio industrial. Pura expresión de deseos: a la hora de contar los votos esa cuestión quizá no sea relevante, aunque sí lo puede ser a la hora de emitir los votos si Caló puede dar alguna especie de garantía de que con él en la CGT la relación con el Gobierno será mejor.
Antonio Caló, José Ignacio Rucci

(Información General – Política)

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *