Alertan que la economía brasileña es cada vez más chino dependiente
Argentina – 26/08/2011 – El Cronista – Pág. 15 – Tiempo de Lectura: 3′ 11»
26-08-11 00:00
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Brasil está ajustando «pasivamente» su economía a demandas de China, de una manera en que crece su dependencia, según una nota enviada por el banco Nomura, en Nueva York, a sus clientes. «Vemos que se profundiza la dependencia. Para mejor o peor, el futuro económico de Brasil será más y más en función de decisiones tomadas en Pekín», estimó el banco.
La relación económica bilateral, evalúan economistas de la institución, está marcada por una asociación de tipo Norte-Sur (rico y pobre) entre las dos economías en desarrollo. El informe destaca que Brasil se torna más dependiente de las exportaciones de commodities para el mercado chino. Al mismo tiempo, compañías brasileñas están cada vez más dependientes de componentes baratos producidos en el país asiático.
El mercado chino absorbió 15,2% de las ventas externas brasileñas en 2010, ante 2% en 2000, según un estudio divulgado en abril por el Banco Central (BC). La autoridad monetaria destaca que el saldo comercial de la balanza volvió a ser «ampliamente favorable» a Brasil a partir de 2009, año en que China pasó a ser el principal socio comercial de Brasil, destronando a Estados Unidos. En 2010, Brasil exportó u$s 30.800 millones a China e importó u$s 25.600 millones, lo que resultó en un superávit de u$s 5.200 millones, prácticamente igual al registrado en 2009.
Las exportaciones brasileñas a China se concentran en materias primas. En 2001, 63% de los embarques brasileños eran representados por productos básicos. El año pasado, el número creció a 84%. En 2010, los chinos absorbieron 46,1% de las exportaciones brasileñas de mineral de hierro, 64,6% de las de soja y 24,9% de petróleo.
En la práctica, la relación Brasil-China replica la relación de la dependencia experimentada por Brasil con Estados Unidos en el período pos-Segunda Guerra Mundial, escribieron los analistas Tony Volpon y George Lei, del Nomura. El banco constata que, con la elección de Rousseff, la naturaleza del debate envolviendo la política económica en el país cambio y se dio más atención a los peligros de la desindustrialización y de la excesiva valorización del real.
En tanto, estima que el gobierno de Dilma «no desarrolló alternativa coherente para su creciente dependencia en relación a China».
Analistas consultados por Valor coinciden en parte con el Nomura. Según uno de ellos, la dependencia existe en el sector de commodities, pero la exportación total del país tiene otros destinos relevantes además del mercado chino.
En caso de que el país asiático disminuya la tasa de crecimiento, como reflejo de las turbulencias externas, el superávit comercial brasileño sería alcanzado con la caída del volumen de importaciones chinas, así como por el precio de las commodities, influenciados por la fuerte demanda de China, proyectan economistas. La única salida para reducir la dependencia china sería fortalecer la industria nacional y aumentar las exportaciones de los productos elaborados.
«Si la relación Brasil-China no es igual a la relación Brasil-EEUU en el pasado, en algún momento será», previó Fabio Silveira, socio director de RC Consultores, que considera obvia la reducción del crecimiento chino en los próximos años. En un primer momento, dijo, el impacto sería relativamente pequeño, pero en el plazo de un año y medio a dos años, la exportación brasileña se perjudicaría y la actividad interna se desaceleraría de manera más fuerte.
Para Welber Barral, socio de Barral M Jorge Consultores, la dependencia de Brasil en relación a China solo es verdadera en el mercado de commodities, pero no se extiende a toda la pauta de exportaciones.
Un informe del departamento de relaciones internacionales y comercio exterior (Derex) de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) mostró que el predominio de productos básicos en la pauta exportadora brasileña a China se profundizó en 2011. De enero a julio, mientras las commodities representaron 88% del valor exportado a China, 96% de las importaciones procedentes del país asiático fueron de productos elaborados.
El superávit total de Brasil con China alcanzó u$s 16.200 millones en siete meses, pero la balanza de elaborados acumula déficit de u$s 16.200 millones de enero a julio, con previsión de concluir el año en u$s 32.000 millones.
A. MOREIRA A. martins San Pablo
La relación económica bilateral, evalúan economistas de la institución, está marcada por una asociación de tipo Norte-Sur (rico y pobre) entre las dos economías en desarrollo. El informe destaca que Brasil se torna más dependiente de las exportaciones de commodities para el mercado chino. Al mismo tiempo, compañías brasileñas están cada vez más dependientes de componentes baratos producidos en el país asiático.
El mercado chino absorbió 15,2% de las ventas externas brasileñas en 2010, ante 2% en 2000, según un estudio divulgado en abril por el Banco Central (BC). La autoridad monetaria destaca que el saldo comercial de la balanza volvió a ser «ampliamente favorable» a Brasil a partir de 2009, año en que China pasó a ser el principal socio comercial de Brasil, destronando a Estados Unidos. En 2010, Brasil exportó u$s 30.800 millones a China e importó u$s 25.600 millones, lo que resultó en un superávit de u$s 5.200 millones, prácticamente igual al registrado en 2009.
Las exportaciones brasileñas a China se concentran en materias primas. En 2001, 63% de los embarques brasileños eran representados por productos básicos. El año pasado, el número creció a 84%. En 2010, los chinos absorbieron 46,1% de las exportaciones brasileñas de mineral de hierro, 64,6% de las de soja y 24,9% de petróleo.
En la práctica, la relación Brasil-China replica la relación de la dependencia experimentada por Brasil con Estados Unidos en el período pos-Segunda Guerra Mundial, escribieron los analistas Tony Volpon y George Lei, del Nomura. El banco constata que, con la elección de Rousseff, la naturaleza del debate envolviendo la política económica en el país cambio y se dio más atención a los peligros de la desindustrialización y de la excesiva valorización del real.
En tanto, estima que el gobierno de Dilma «no desarrolló alternativa coherente para su creciente dependencia en relación a China».
Analistas consultados por Valor coinciden en parte con el Nomura. Según uno de ellos, la dependencia existe en el sector de commodities, pero la exportación total del país tiene otros destinos relevantes además del mercado chino.
En caso de que el país asiático disminuya la tasa de crecimiento, como reflejo de las turbulencias externas, el superávit comercial brasileño sería alcanzado con la caída del volumen de importaciones chinas, así como por el precio de las commodities, influenciados por la fuerte demanda de China, proyectan economistas. La única salida para reducir la dependencia china sería fortalecer la industria nacional y aumentar las exportaciones de los productos elaborados.
«Si la relación Brasil-China no es igual a la relación Brasil-EEUU en el pasado, en algún momento será», previó Fabio Silveira, socio director de RC Consultores, que considera obvia la reducción del crecimiento chino en los próximos años. En un primer momento, dijo, el impacto sería relativamente pequeño, pero en el plazo de un año y medio a dos años, la exportación brasileña se perjudicaría y la actividad interna se desaceleraría de manera más fuerte.
Para Welber Barral, socio de Barral M Jorge Consultores, la dependencia de Brasil en relación a China solo es verdadera en el mercado de commodities, pero no se extiende a toda la pauta de exportaciones.
Un informe del departamento de relaciones internacionales y comercio exterior (Derex) de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) mostró que el predominio de productos básicos en la pauta exportadora brasileña a China se profundizó en 2011. De enero a julio, mientras las commodities representaron 88% del valor exportado a China, 96% de las importaciones procedentes del país asiático fueron de productos elaborados.
El superávit total de Brasil con China alcanzó u$s 16.200 millones en siete meses, pero la balanza de elaborados acumula déficit de u$s 16.200 millones de enero a julio, con previsión de concluir el año en u$s 32.000 millones.
A. MOREIRA A. martins San Pablo
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