Monitoreada por los industriales locales, la divisa brasileña (…)
Argentina – 15/05/2012 – Buenos Aires Económico – Pág. 2/Sección: Argentina – Tiempo de Lectura: 2′ 43»
Monitoreada por los industriales locales, la divisa brasileña perforó los R$2 por dólar
Monitoreada por los industriales locales, la divisa brasileña perforó los R$2 por dólar
Por Patricia Valli
La moneda brasileña volvió a devaluarse ayer. Cerró en 1,99 reales para la venta y llegó a cotizar 2,006 reales por real, manteniéndose en el margen que el gobierno de Dilma Rousseff había marcado para fin de año. El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, aseguró que no se establecerá una meta para la divisa y destacó que «el dólar alto beneficia a la economía brasileña porque da más competitividad y se puede exportar más barato».
Los empresarios locales, por ahora, monitorean la cotización de la divisa brasileña pero sin sobresaltarse, resguardados en la baja de las importaciones de productos brasileños. En abril, las compras a Brasil cayeron un 23% contra el mismo mes del año anterior.
«El nivel de actividad de Brasil no se ha resentido, ése es el indicador que debemos mirar con atención. Su mercado interno sigue fuerte», señaló ayer a través de su cuenta de Twitter el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren.
Por su parte, el secretario de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto, aseguró que se sigue con atención la evolución del real. «Por ahora no lo vemos en un nivel preocupante», indicó, y destacó que «en lo que va del año, las importaciones de productos brasileños vienen un 10% abajo» en comparación con el primer cuatrimestre del año pasado. «De todas formas, lo monitoreamos», aseguró.
La rápida devaluación del real frente al dólar ocurrida en las últimas semanas no inquieta a los responsables de la política económica de Brasil.
«El dólar alto beneficia a la economía brasileña, porque da más competitividad a los productos. Significa que la industria brasileña puede competir mejor con los productos importados, que se ponen más caros, y puede exportar más barato; por lo tanto, no preocupa», dijo el ministro.
La divisa brasileña llegó a negociarse a 2 reales por dólar cuando Mantega realizaba esas declaraciones, y finalmente cerró un centavo más abajo. La semana pasada, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Fernando Pimentel, había destacado que la moneda brasileña oscilaría en la franja de las dos unidades por dólar, lejos de los máximos de apreciación que llegó a mostrar, en un nivel de 1,55 unidades por dólar en julio del año pasado.
En lo que va de mayo, el real se devaluó alrededor de un 4,7% de su valor y desde el principio de marzo la caída de la divisa brasileña acumula un 16,23 por ciento.
Por su parte, los empresarios argentinos ponderaron que el goteo del peso, con la divisa local en torno de los 4,50 unidades por dólar sirvió de resguardo ante las políticas expansivas que vienen tomando los países centrales, lo que Mantega definió como «guerra de divisas».
Brasil cuestionó las devaluaciones competitivas en Estados Unidos y Europa, que a su vez centraron sus reclamos en China. El ministro de Hacienda llegó a proponer un seguro de cambio para que sea analizado por la Organización Mundial de Comercio. Los mayores controles sobre el ingreso de divisas a Brasil y la baja de la tasa de interés, la Sélic, le dieron un respiro al real, presionado por el fuerte ingreso de capitales internacionales. Con límites a los capitales especulativos y presión a los bancos para que bajen las tasas, el país vecino comenzó a intervenir más fuerte desde fines del año pasado en el valor de su moneda. Si bien Mantega dijo que «no hay un valor establecido» para el real y que lo define el mercado, el Banco Central también se sumó a las compras de dólares para controlar la volatilidad de la cotización del real.
La moneda brasileña volvió a devaluarse ayer. Cerró en 1,99 reales para la venta y llegó a cotizar 2,006 reales por real, manteniéndose en el margen que el gobierno de Dilma Rousseff había marcado para fin de año. El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, aseguró que no se establecerá una meta para la divisa y destacó que «el dólar alto beneficia a la economía brasileña porque da más competitividad y se puede exportar más barato».
Los empresarios locales, por ahora, monitorean la cotización de la divisa brasileña pero sin sobresaltarse, resguardados en la baja de las importaciones de productos brasileños. En abril, las compras a Brasil cayeron un 23% contra el mismo mes del año anterior.
«El nivel de actividad de Brasil no se ha resentido, ése es el indicador que debemos mirar con atención. Su mercado interno sigue fuerte», señaló ayer a través de su cuenta de Twitter el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren.
Por su parte, el secretario de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto, aseguró que se sigue con atención la evolución del real. «Por ahora no lo vemos en un nivel preocupante», indicó, y destacó que «en lo que va del año, las importaciones de productos brasileños vienen un 10% abajo» en comparación con el primer cuatrimestre del año pasado. «De todas formas, lo monitoreamos», aseguró.
La rápida devaluación del real frente al dólar ocurrida en las últimas semanas no inquieta a los responsables de la política económica de Brasil.
«El dólar alto beneficia a la economía brasileña, porque da más competitividad a los productos. Significa que la industria brasileña puede competir mejor con los productos importados, que se ponen más caros, y puede exportar más barato; por lo tanto, no preocupa», dijo el ministro.
La divisa brasileña llegó a negociarse a 2 reales por dólar cuando Mantega realizaba esas declaraciones, y finalmente cerró un centavo más abajo. La semana pasada, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Fernando Pimentel, había destacado que la moneda brasileña oscilaría en la franja de las dos unidades por dólar, lejos de los máximos de apreciación que llegó a mostrar, en un nivel de 1,55 unidades por dólar en julio del año pasado.
En lo que va de mayo, el real se devaluó alrededor de un 4,7% de su valor y desde el principio de marzo la caída de la divisa brasileña acumula un 16,23 por ciento.
Por su parte, los empresarios argentinos ponderaron que el goteo del peso, con la divisa local en torno de los 4,50 unidades por dólar sirvió de resguardo ante las políticas expansivas que vienen tomando los países centrales, lo que Mantega definió como «guerra de divisas».
Brasil cuestionó las devaluaciones competitivas en Estados Unidos y Europa, que a su vez centraron sus reclamos en China. El ministro de Hacienda llegó a proponer un seguro de cambio para que sea analizado por la Organización Mundial de Comercio. Los mayores controles sobre el ingreso de divisas a Brasil y la baja de la tasa de interés, la Sélic, le dieron un respiro al real, presionado por el fuerte ingreso de capitales internacionales. Con límites a los capitales especulativos y presión a los bancos para que bajen las tasas, el país vecino comenzó a intervenir más fuerte desde fines del año pasado en el valor de su moneda. Si bien Mantega dijo que «no hay un valor establecido» para el real y que lo define el mercado, el Banco Central también se sumó a las compras de dólares para controlar la volatilidad de la cotización del real.
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