Cristina lanzó una línea de créditos y puso en alerta a los camioneros
Cerca de Moyano creen que será financiado con una caja clave del gremio.
En un acto que tuvo como gran ausente al líder camionero Hugo Moyano, la presidenta Cristina Kirchner anunció ayer el relanzamiento de una línea de créditos del Banco Nación, que con tasa subsidiada promoverá la renovación de la flota de camiones y acoplados en el país. La Presidenta admitió que «no tuvo éxito» un plan anterior dirigido directamente a los transportistas, y la modificación ahora será dar el financiamiento -a cinco años y tasas de entre 5 y 9,5 por ciento- a las terminales y concesionarias.
El anuncio puso en alerta al gremio de camioneros porque hubo versiones de que el Gobierno pensaba acentuar la ofensiva contra Moyano, financiando estos créditos con la eliminación del Régimen de Fomento de la Profesionalización del Transporte de Cargas (Refop), que devuelve aportes patronales a las empresas de transportes de cargas que mantengan a sus trabajadores en blanco y afiliadas al sindicato de camioneros.
Pero Cristina nada dijo acerca de quitarle beneficios a su ex aliado. Dijo que este plan es un «redireccionamiento de subsidios» porque los pequeños y medianos transportistas no se acercaron como se esperaba al Banco Nación (se vendieron solo 120 camiones); y que este año habrá 8.500 pesos para financiar las ventas, que «va a ser permanente porque es un goteo que viene fundamentalmente del Fondo del Gasoil».
Sin embargo, en fuentes gremiales y también empresarias de la cámara que agrupa a los transportistas de cargas esperaban a ver el decreto publicado hoy en el Boletín Oficial. Y creen que si no fue ahora, tarde o temprano el Gobierno le asestará un golpe al camionero con la eliminación del Refop, un régimen que fue creado en 2005 cuando gobernaba Néstor Kirchner.
En una muestra de su respaldo, Cristina sentó a su derecha al cuestionado vicepresidente, Amado Boudou.
En primera fila estuvieron el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Ignacio de Mendiguren, el presidente de la Asociación de Entidades Metalúrgicas (Adimra), Juan Carlos Lascurain; el titular de la CAME, Osvaldo Cornide, y representantes de la Federación argentina de entidades empresarias del autotransporte de cargas (Fadeeac), de la Federación de Transportistas Argentinos (Fetra) y de otras cámaras vinculadas al transporte.
También estuvo el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, a quien Cristina querría tener al frente de la CGT desde julio, y que ya cuenta con silla fija asignada frente al atril de la Presidenta.
En el ingreso a la Casa Rosada pudo comprobarse el trato distintivo que recibe Caló, quien figuraba en lista de invitados y pasó sin inconvenientes. Acababa de estercharse en un abrazo con el titular de SMATA, Ricardo Pignanelli, quien no tuvo la misma suerte. Lo dejaron esperando un rato, hasta que se cansó y enojado se fue. Al parecer lo llamaron para reparar el problema, e ingresó al acto en el Salón de las Mujeres minutos después de que había empezado. (Ver página 14) Tanto Caló como de Mendiguren expresaron que no sabían nada de una eventual quita de subsidios al gremio camionero y destacaron que Cristina no había dicho nada al respecto.
En cuanto al anuncio que realizó ayer la Presidenta, los créditos del Banco Nación se otorgarán en hasta 5 años para unidades nuevas (camiones y acoplados), hasta 3 años para las usadas (camiones), y se financiará hasta el 70 por ciento del valor de la unidad.
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