Empresarios de UIA y Brasil en reunión clave en 20 días
Argentina – 22/03/2012 – Ambito Financiero – Pág. 6 – Tiempo de Lectura: 3′ 27»
José Ignacio de Mendiguren y Robson Braga de Andrade, presidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la Confederaçao Nacional da Indústria (CNI) intentaron ayer dar un primer paso hacia la resolución de la histórica pelea comercial entre la Argentina y Brasil. Sin embargo, el dirigente brasileño apuntó que desde la aplicación de las medidas proteccionistas dispuestas por la Argentina (licencias no automáticas, mecanismos como las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación)
José Ignacio de Mendiguren y Robson Braga de Andrade, presidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la Confederaçao Nacional da Indústria (CNI) intentaron ayer dar un primer paso hacia la resolución de la histórica pelea comercial entre la Argentina y Brasil. Sin embargo, el dirigente brasileño apuntó que desde la aplicación de las medidas proteccionistas dispuestas por la Argentina (licencias no automáticas, mecanismos como las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación)
las exportaciones brasileñas hacia la Argentina habían caído un 22%. Rápidamente De Mendiguren aclaró que la cifra no era oficial, y que además buena parte de ella debe atribuirse a la caída de la actividad en la Argentina. El dirigente local contaba con datos concretos que le vienen acercando las cámaras que integran la UIA, y que marcan un ya preocupante descenso en la actividad económica. El sector textil, una de las niñas mimadas de este Gobierno a la hora de proteger, admite por lo bajo un descenso del 20% respecto del año pasado. Aducen que en parte se debe al explosivo aumento del contrabando y el comercio «informal» (léase ferias truchas como La Salada), un fenómeno que suele florecer cuando se combinan (como ahora) un dólar desdoblado y medidas que restringen el comercio exterior. Ambos dirigentes -junto a otros empresarios, los respectivos embajadores y funcionarios de los dos gobiernos- se reunieron ayer en la sede de la UIA y anunciaron que en la segunda quincena de abril se conformará el muchas veces anunciado pero hasta ahora no concretado Comité Binacional Empresario (CBE). Para eso, una nutrida delegación de hombres de negocios viajará a San Pablo, donde serán recibidos por pares brasileños. El embrión de ese comité es el viaje que hicieron Cristiano Rattazzi, Hugo Sigman, José Cartellone, Enrique Pescarmona, Eduardo Eurnekian, Carlos Bulgheroni y altos ejecutivos de Techint y Arcor, entre muchos otros, para acompañar a Cristina de Kirchner a la inauguración de la embajada argentina en Brasilia. Meses más tarde la Presidente y su par Dilma Rousseff les pidieron a los empresarios a ambos lados de la frontera que constituyeran el CBE para acercar propuestas del sector privado para resolver el entuerto comercial que se agravó en el último año y medio. Esos y otros empresarios abordarían sus aviones privados el mes próximo para la primera asamblea de este foro, junto con gente de los gigantes brasileños Camargo Corréa, Vale, Petrobras y Odebrecht, por mencionar las más grandes. Los temas que tratarán allí no son sencillos; la agenda que convinieron De Mendiguren y Andrade incluye la promoción de inversiones bilaterales (facilidades financieras, crediticias, fiscales, etc.) y de las exportaciones conjuntas, mecanismos para resolver conflictos comerciales bilaterales, «acciones para desarrollar un comercio bilateral equilibrado y sustentable de largo plazo», mejora de la competitividad regional, infraestructura, compras gubernamentales. Este último tema se refiere a la restricción «de facto» impuesta por Brasil a posibles proveedores del Estado extranjeros (incluye el Mercosur): las empresas brasileñas pueden ofertar en una licitación hasta un 25% menos que sus competidores extranjeros, y ganarán igual. Y pese a las promesas hechas por el Gobierno brasileño, la medida sigue en vigencia. De Mendiguren le recordó a Andrade que hay constructoras brasileñas haciendo obras en la Argentina por u$s 6.000 millones y que a Cartellone le «ganaron» una obra por menos de u$s 100 millones con el mecanismo del 25%.También les recordó que Brasil tiene un déficit comercial de manufacturas de origen industrial (MOI) por u$s 93.000 millones, de los cuales u$s 6.000 millones podrían ser reemplazados por proveedores argentinos. El brasileño respondió con un argumento blindado: «Se compra donde es más conveniente…» (léase «barato»). El argentino retrucó: «Sí, pero el déficit acumulado para la Argentina contra Brasil en MOI es de u$s 50.000 millones desde 2003… Nadie compra tan barato durante tanto tiempo…». Cabe recordar que el déficit comercial con Brasil acumula ochenta meses consecutivos, pese a las ventajas cambiarias que parece tener la Argentina. Eso no alcanza, obviamente, para hacer a la industria argentina más competitiva. Andrade y De Mendiguren cerraron el almuerzo con dos coincidencias: Hay que trabajar sobre la competitividad de los respectivos sectores industriales, acotada por factores comunes (salarios, costo de la energía, presión tributaria); hay que cerrar filas contra la invasión china, pese a que no sólo no se produjo aún sino que tampoco hay signos de que vaya a producirse en el futuro inmediato.
Por: Sergio Dattilo
José Ignacio de Mendiguren
Por: Sergio Dattilo
José Ignacio de Mendiguren
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