Se acerca el fin del Central made in Cavallo
La Cámara baja avaló el proyecto y lo giró al Senado para su aprobación definitiva. La votación terminó 142 a 84, con el rechazo de la UCR, el PRO, el FAP, la CC y el peronismo disidente. Se precisó la redacción del artículo que eleva el financiamiento al Tesoro.
El debate, que duró más de diez horas, puso en evidencia las diferencias ideológicas que todavía persisten a la hora de pensar las políticas económicas para un proyecto de país. El rol del Banco Central no es neutral. «La verdad es que acá hay sólo dos posiciones. Una es la de quienes con distintas palabras y de distinta manera están defendiendo el mercado y quieren un sistema que funcione con las reglas del mercado y otra la de quienes creemos que hay que tener una activa participación del Estado, y que hacen falta más políticas públicas», sostuvo Carlos Heller (Nuevo Encuentro), presidente de la Comisión de Finanzas.
Las modificaciones introducidas por el oficialismo apuntan a recuperar mandatos existentes en el organismo desde su creación en 1935, pero que fueron clausurados con la llegada del neoliberalismo. El texto del Ejecutivo faculta a la autoridad monetaria a regular y orientar el crédito para promover la inversión productiva de largo plazo. El crédito en el país representa aproximadamente el 14 por ciento del PBI, uno de los niveles más bajos en términos históricos y en comparación con otros países de la región. A partir de esta norma, el Central tendrá los instrumentos para regular las tasas de interés y mejorar las condiciones de acceso al financiamiento a las empresas.
«El objetivo no es terminar con el neoliberalismo sino quedarse con la caja. Hoy es un día muy triste para la Argentina», sostuvo Alfonso Prat Gay (CC), ex presidente del Central y ex jefe de Estrategia del Area de Monedas del banco de inversión JP Morgan. «Seguramente los diputados del oficialismo que firmaron el dictamen lo hicieron con buena voluntad, pero sin estudiarlo en detenimiento. No se están reformando los resabios monetaristas ni la ley de convertibilidad. El Ejecutivo necesita la convertibilidad para pagar deuda. Lo que estamos eliminando ahora es el esquema de metas de inflación, nada tiene que ver con el Consenso de Washington», agregó Prat Gay, quien volvió a elogiar su paso por la entidad.
El debate fue extenso, careció de cruces verbales entre los diputados, aunque las diferencias en las argumentaciones y la manera de votar pusieron blanco sobre negro. «La recuperación de la moneda requiere de estrategias que discutan el rumbo estructural de la economía. También exige un manejo preciso de la coyuntura, pero no es esto lo que nosotros observamos hoy. Por lo tanto, creemos que es imprescindible reconocer que tanto en términos estructurales como coyunturales este proyecto presenta inconvenientes», cuestionó Claudio Lozano, del FAP, bloque que votó en contra de la iniciativa.
Dentro de los posicionamientos ideológicos, los representantes del PRO fueron los más explícitos. «Tiene que haber metas de inflación. Hay un tema que causa temor en la Argentina, que es la pérdida del valor de la moneda y del poder adquisitivo de los salarios. Nadie quiere tener pesos, nadie quiere ahorrar en pesos. El resultado ya lo conocemos. Estamos ahuyentando la entrada de inversiones. Es decir que no les damos certezas a los que vienen a invertir divisas y después quieren llevárselas», afirmó Julián Obliglio (PRO). Si bien la oposición puso reparos en la mayoría de los artículos del proyecto, la mayoría se retiró a la hora de la votación en particular, cuando habían acordado quedarse hasta el final de la sesión.
El artículo más polémico fue el que modifica los adelantos al Tesoro. El cambio de este artículo se realizó el día posterior a la visita de Mercedes Marcó del Pont al Congreso. La estrategia del oficialismo fue evitarle el costo político de anunciar un incremento en los adelantos al gobierno nacional. Estos podían hacerse hasta una cantidad equivalente al 12 por ciento de la base monetaria y podían otorgarse también adelantos por hasta un diez por ciento de los recursos en efectivo que el Gobierno hubiera obtenido en los últimos doce meses.
La modificación realizada en comisión lleva excepcionalmente ese 10 por ciento a un 20 por ciento. Durante el debate en el recinto, se le dio una mejor redacción al artículo y se aclaró que ese 10 por ciento extra sólo podría hacerse con «carácter de excepción y si la situación o las perspectivas de la economía nacional o internacional así lo justificaran». «Queremos que el Central pueda intervenir más, dar adelantos a más largo plazo y encajes diferenciados. Las reservas no son independientes del modelo económico», concluyó Agustín Rossi, titular del bloque del FpV.
Por Sebastián Premici
Agustín Rossi, titular de la bancada oficialista, celebra el triunfo tras la votación.
(Información General – Panorama Económico)
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