Mantega reconoció que por poner metas de inflación se frenó la (…)
Argentina – 07/03/2012 – Buenos Aires Económico – Pág. 8/Sección: Argentina – Tiempo de Lectura: 3′ 25»
Mantega reconoció que por poner metas de inflación se frenó la actividad económica:
Ahora busca frenar apreciación del real y estimular la industria
Mantega reconoció que por poner metas de inflación se frenó la actividad económica:
Ahora busca frenar apreciación del real y estimular la industria
El ministro de Hacienda brasileño dijo que la desaceleración global contribuyó al magro crecimiento. Para Fitch, se mantendrá el control al ingreso de capitales para evitar la apreciación del real.
Brasil bajó el pie del acelerador durante 2011 para mantener a raya a la inflación y la maniobra dejó su marca en los números finales del PBI de la mayor economía de América latina y ahora la sexta del mundo, que sólo creció 2,7% el año pasado, según sus cifras oficiales.
«No contábamos con el agravamiento de la crisis en el segundo semestre. Sin ese agravamiento, nuestro crecimiento económico el año pasado estaría más próximo del 4% que del 3 por ciento. El deterioro de la economía mundial en el segundo semestre tuvo un peso grande», explicó el ministro Guido Mantega.
Con la llegada de la segunda mitad del año y una nueva ola de impacto de crisis internacional que comenzaba a perfilarse, el gobierno brasileño volvió a fomentar la actividad con su programa de aceleración del crecimiento, con fondos para la infraestructura y las obras para el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos.
«Lo que provocó este resultado en 2011 fue el ajuste realizado principalmente en el primer semestre y que redujo un ritmo de crecimiento que venía muy fuerte en 2010. Fue una política de control de inflación adoptada porque había una inflación mundial que amenazaba con contaminar a Brasil», dijo el ministro.
El 2,7% de 2011 fue bastante inferior al registrado el año anterior, de 7,5 por ciento. La industria brasileña, en tanto, reclamó una baja de las tasas de interés con las que el Banco Central brasileño intentó frenar la suba de precios. Ahora, para alentar la actividad y evitar una mayor apreciación del real, el BC estima que la tasa-que está en 10,50%-puede bajar a un rango de 9 por ciento.
La industria brasileña, en ese marco, reclamó por la suba de costos y la falta de competitividad de algunos sectores de la economía brasileña.
Para este año, las autoridades de Brasilia estudian otros incentivos para la industria y para frenar la apreciación del real.
«El gobierno adoptará una posición más fuerte para impulsar ese crecimiento mediante estímulos monetarios y de reducción de los intereses. El gobierno preparó un gran programa de inversiones que aumentará a lo largo del año», dijo ayer Mantega.
Con la cifra final, Brasil desplazó al Reino Unido del sexto lugar en la economía mundial, según el Centro de Investigación Económica y Empresarial (CEBR). El PBI de Brasil llegó a 4,143 billones de reales, que el CEBR convierte al cambio actual en 2,469 billones de dólares. Esta cantidad contrasta con el PIB británico en 2011, cifrado en u$s 2,42 billones, según el CEBR. Brasil quedaría por detrás de los Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia.
MÁS CONTROLES. Los esfuerzos de Brasil para frenar una mayor apreciación de su moneda, el real, continuarán mientras se desaceleran las tasas de crecimiento económico e ingresan al país flujos de capital extranjero buscando mayores rendimientos, indicó un informe de Fitch Ratings.
La divisa brasileña cerró sin cambios ayer en 1,76 unidades por dólar y la calificadora ponderó que las medidas que tomará el ministro de Hacienda, Guido Mantega, y el Banco Central brasileño que dirige Alexandre Tombini, serán «influenciadas cada vez más por las consideraciones del tipo de cambio en los próximos meses».
El real alcanzó un máximo de 1,54 unidades por dólar en julio del año pasado, un tipo de cambio que afectó a las exportaciones del gigante brasileño, en medio de una política de enfriamiento adoptada por el gobierno de Dilma Rousseff para mantener la inflación dentro de las metas oficiales.
La apreciación de la moneda en aproximadamente un 10% desde inicios de 2012 obliga al gobierno a aumentar la retórica y endurecer los controles sobre dinero especulativo, ponderó la calificadora, que pronosticó un crecimiento de 3,2% para Brasil durante este año, mientras que Mantega apunta a lograr una expansión de 4,5 por ciento.
Con «fuertes reservas internacionales, su posición de acreedor soberano externo neto, relativa estabilidad fiscal y un sólido sistema bancario», Brasil es sólo merecedor de una calificación BBB por parte de la calificadora, con tendencia estable.
«Seguimos viendo el perfil crediticio de Brasil como ampliamente consistente con pares soberanos calificados BBB, pese a claras señales de debilidad en el panorama macro de Brasil en el corto plazo», indicó Fitch.
Brasil bajó el pie del acelerador durante 2011 para mantener a raya a la inflación y la maniobra dejó su marca en los números finales del PBI de la mayor economía de América latina y ahora la sexta del mundo, que sólo creció 2,7% el año pasado, según sus cifras oficiales.
«No contábamos con el agravamiento de la crisis en el segundo semestre. Sin ese agravamiento, nuestro crecimiento económico el año pasado estaría más próximo del 4% que del 3 por ciento. El deterioro de la economía mundial en el segundo semestre tuvo un peso grande», explicó el ministro Guido Mantega.
Con la llegada de la segunda mitad del año y una nueva ola de impacto de crisis internacional que comenzaba a perfilarse, el gobierno brasileño volvió a fomentar la actividad con su programa de aceleración del crecimiento, con fondos para la infraestructura y las obras para el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos.
«Lo que provocó este resultado en 2011 fue el ajuste realizado principalmente en el primer semestre y que redujo un ritmo de crecimiento que venía muy fuerte en 2010. Fue una política de control de inflación adoptada porque había una inflación mundial que amenazaba con contaminar a Brasil», dijo el ministro.
El 2,7% de 2011 fue bastante inferior al registrado el año anterior, de 7,5 por ciento. La industria brasileña, en tanto, reclamó una baja de las tasas de interés con las que el Banco Central brasileño intentó frenar la suba de precios. Ahora, para alentar la actividad y evitar una mayor apreciación del real, el BC estima que la tasa-que está en 10,50%-puede bajar a un rango de 9 por ciento.
La industria brasileña, en ese marco, reclamó por la suba de costos y la falta de competitividad de algunos sectores de la economía brasileña.
Para este año, las autoridades de Brasilia estudian otros incentivos para la industria y para frenar la apreciación del real.
«El gobierno adoptará una posición más fuerte para impulsar ese crecimiento mediante estímulos monetarios y de reducción de los intereses. El gobierno preparó un gran programa de inversiones que aumentará a lo largo del año», dijo ayer Mantega.
Con la cifra final, Brasil desplazó al Reino Unido del sexto lugar en la economía mundial, según el Centro de Investigación Económica y Empresarial (CEBR). El PBI de Brasil llegó a 4,143 billones de reales, que el CEBR convierte al cambio actual en 2,469 billones de dólares. Esta cantidad contrasta con el PIB británico en 2011, cifrado en u$s 2,42 billones, según el CEBR. Brasil quedaría por detrás de los Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia.
MÁS CONTROLES. Los esfuerzos de Brasil para frenar una mayor apreciación de su moneda, el real, continuarán mientras se desaceleran las tasas de crecimiento económico e ingresan al país flujos de capital extranjero buscando mayores rendimientos, indicó un informe de Fitch Ratings.
La divisa brasileña cerró sin cambios ayer en 1,76 unidades por dólar y la calificadora ponderó que las medidas que tomará el ministro de Hacienda, Guido Mantega, y el Banco Central brasileño que dirige Alexandre Tombini, serán «influenciadas cada vez más por las consideraciones del tipo de cambio en los próximos meses».
El real alcanzó un máximo de 1,54 unidades por dólar en julio del año pasado, un tipo de cambio que afectó a las exportaciones del gigante brasileño, en medio de una política de enfriamiento adoptada por el gobierno de Dilma Rousseff para mantener la inflación dentro de las metas oficiales.
La apreciación de la moneda en aproximadamente un 10% desde inicios de 2012 obliga al gobierno a aumentar la retórica y endurecer los controles sobre dinero especulativo, ponderó la calificadora, que pronosticó un crecimiento de 3,2% para Brasil durante este año, mientras que Mantega apunta a lograr una expansión de 4,5 por ciento.
Con «fuertes reservas internacionales, su posición de acreedor soberano externo neto, relativa estabilidad fiscal y un sólido sistema bancario», Brasil es sólo merecedor de una calificación BBB por parte de la calificadora, con tendencia estable.
«Seguimos viendo el perfil crediticio de Brasil como ampliamente consistente con pares soberanos calificados BBB, pese a claras señales de debilidad en el panorama macro de Brasil en el corto plazo», indicó Fitch.
(Comercio Exterior)
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