Los efectos de no invertir en infraestructura básica
Panorama empresarial
La desinversión afecta a todas las áreas económicas, como trágicamente lo expone el deterioro de la red ferroviaria y como también lo evidencia la escasez de energía.
Los trenes que circulan tienen, en su mayoría, 50 años de antigüedad y las últimas acciones para modernizarlos fueron iniciativas de Arturo Frondizi que generaron una ola de inversiones en el país.
Carlos Menem desguazó los trenes y el kirchnerismo introdujo un solo cambio: financió con fondos públicos el pésimo servició y las ganancias de los concesionarios.
Claudio y Mario Cirigliano (los dueños de TBA) embolsaron el dinero y no hicieron mejoras de fondo. Por eso la repetición de accidentes, con uno más grave que otro.
Juan Pablo Schiavi no hizo mención a la falta de inversiones en sus imprudentes declaraciones, Era obvia esa actitud del funcionario: de mencionarlo, se hubiera autoincriminado, porque desde la Secretaria de Transporte no hay ni se controla ningún plan de obras. Ya la ausencia de control se vivió durante la gestión de Ricardo Jaime. A cambio de la vista gorda en sus negocios como consta en sede judicial , los dueños de TBA le pagaban al ex secretario de Transporte viajes de placer.
La falta de inversión en infraestructura de fondo afecta a toda la economía argentina. El déficit energético y el faltante de combustible está a la luz del día. El Gobierno padece, así, los costos de no haber encarado asignaturas pendientes que tiene la economía desde hace tiempo. La eterna postergación en negociar el default con el Club de París le impide a la Argentina poder acceder a créditos baratos (EstadoEstado) para financiar e invertir en energía, transporte y obras de infraestructura.
La cuestión se encuentra en muchos documentos empresarios y reavivó reuniones esta semana. En la Asociación de Bancos, en la Bolsa de Comercio y en la Asociación Empresaria Argentina se insiste en que el Gobierno desaprovecha los excedentes que tiene la economía para dar un salto cualitativo en la estructura productiva Argentina.
En la Unión Industrial sostienen que el torniquete a las importaciones ya amesetó la actividad y que la política de Guillermo Moreno será otro freno a las inversiones privadas.
Moreno terminó ayer una ronda de encuentros con los 240 importadores más importantes de la Argentina. Hubo una el último viernes, otra el miércoles y los últimos 70 estuvieron ayer en el anfiteatro de la secretaria Comercio. En las tres reuniones sobreactúo, maltrató a los ejecutivos y se despachó contra sus nuevos enemigos: el banquero Jorge Brito, Sebastián Eskenazi, Cristiano Rattazzi, parte de la UIA, y la Mesa de Enlace. Lo dice a los gritos: «Muchos no son empresarios, lo único que hacen es rascarse los testículos.». Hace sus bravuconadas de mal gusto ante el silencio de los ejecutivos. En esas reuniones confirmó que trabaja con el empresario antes menemista Guillermo Gómez Galicias y con el titular de CGERA Marcelo Fernández para dividir al empresariado y crear una CGE ultrakirchnerista.
Ayer por primera vez la embajadora Vilma Martinez le habría trasmitido al Gobierno el desagrado de Washington por los maltratos del secretario de Comercio a los ejecutivos de las multis. Fue en una reunión con Hernán Lorenzino y Débora Giorgi. Los ministros ya conocen el método Moreno: el funcionario se vanagloria de destratar en las reuniones a sus colegas del gabinete económico, incluido a Amado Boudou. Lorenzino decidió acatar las órdenes de Moreno, frente el declive de vicepresidente. Boudou perdió a su hombre en el BCRA y Axel Kicillof avanza sobre el control del Palacio de Hacienda.
Julio de Vido dio un paso al costado, porque dice que Moreno actúa con el pleno aval de Cristina Kirchner. Moreno impuso en el Gobierno lo que muchos consideran como una política económica «rudimentaria». Pero De Vido juró venganza: no perdona la deslealtad de Moreno, un economista que llegó al kirchnerismo de su mano. Moreno le compite a De Vido en todos los frentes. Pretende utilizar una misión a Angola para desplazar a Venezuela como abastecedor de combustible, a cambio de alimentos.
Ya se anotaron en la misión 250 empresarios. Están todas las grandes firmas y el charter lo financia Bunge y Born. El secretario lleva carne y hasta pan argentino para hacer un asado en Angola y embutidos para el catering casero en el vuelo.
Carlos Spadone organiza el viaje y eso generó cuestionamiento en la Casa Rosada, que recuerdan su estrecho vínculo con Carlos Menem. Pero Moreno contraatacó: «basta de viajes lujuriosos. Nosotros no vamos de joda, vamos a trabajar.» Fue una crítica hacia Héctor Timerman y sus diplomáticos. Por eso toda la cancillería tomo distancia del viaje y lo asiste solo Carlos Bianchi, un subsecretario de rango inferior.
Moreno igual se topará en Angola con frentes duros que desconoce y deberá vencer: será difícil desplazar a Sudáfrica como principal abastecedor de alimentos; el petróleo en Angola lo controlan las firmas europeas que destrata en Buenos Aires y en Angola hay elecciones y cambio de gobierno en agosto próximo, lo cual complica cualquier acuerdo.
Tampoco la Cancillería interviene en el tema Brasil. La diplomacia de Brasilia manifestó por vías informales su desconcierto por los cambios de interlocutores.
En Brasilia sostienen que la dupla que integran Beatriz Paglieri y Maria Nahon es inexperta y no tiene la pericia necesaria para negociar el tema importaciones. Por eso hay consultas privadas. Se prepara un viaje de empresarios a Brasil, encabezado por Ignacio de Mendiguren.
Copyright Clarín, 2012.
Marcelo Bonelli
mbonelli@clarin.com
DIEGO WALDMANN Por sus manos. El secretario Juan Pablo Schiavi, ayer en el Ministerio de Economía.
(Información General – Editoriales y Opinión)
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