Un plan para dividir a la UIA y la Mesa de Enlace

Argentina – 17/02/2012 – Clarín – Pág. 33/Sección: Opinión – Tiempo de Lectura: 4′ 15»
 
Panorama empresarial : El secretario de Comercio impulsa la recreación de la Confederación General Económica, que agruparía a empresarios y dirigentes del campo afines al Gobierno.
Marcelo Bonelli: mbonelli@clarin.com

Guillermo Moreno decidió arremeter fuerte contra las tradicionales entidades empresarias y anunció en privado que creará una central patronal adicta al kirchnerismo. Para eso proyecta dividir al empresariado y obligar a que muchas cámaras y empresas participen en la recreación de la Confederación General Económica. Así, dijo que «hay que dividir la UIA, terminar con la Mesa de Enlace y crear la CGE».
Lo hizo a comienzos de semana, en un encuentro privado con hombres de negocios de la industria textil. Pero lo repitió a los gritos el martes, cuando Cristina Kirchner convocó a varios «popes» para hacer un acto en la Casa Rosada.
Moreno señalaba con el dedo a cada uno de los que iban a aplaudir a la Presidenta y les decía «a vos te dejamos entrar a la futura CGE, a vos no.» El secretario de Comercio dio precisiones en la reunión con los dirigentes textiles. Los convocó para armar un kit de ropa barata para obreros. «Tenemos que terminar con la UIA¨, bramó frente a industriales, que en su mayoría militan en la central fabril. Y siguió: «La mayoría de los dirigentes de la UIA no entienden nada.» Pero después arremetió contra el campo: «A la Mesa de Enlace, hay que liquidarla y crear una sola central empresaria que apoye al Gobierno en una nueva CGE.»
Moreno siguió con sus descalificaciones y en los insultos cayeron los banqueros de Jorge Brito a los que volvió a ubicar como «enemigos de la patria». Hiriente, también dijo que al Grupo de lo 6 no se le cae una sola idea.
La información cayó como una bomba en todo el movimiento empresario. Pero nadie quiere salir a cuestionar el proyecto ni los ataques del Secretario de Comercio Moreno quiere fundar una CGE ultra oficialista y para eso dijo que estaba dispuesto a utilizar la fuerza sobre los empresarios.
Así lo dijo: «No se olviden que nosotros tenemos y podemos usar el monopolio de la fuerza.» Se trata de un proyecto embrionario, pero que tiene un viejo objetivo de la Casa Rosada: dividir al empresariado y crear entidades adictas que no cuestionen y solo aplaudan las medidas del Gobierno. Ya hubo varias iniciativas frustradas. Hace un par de años se embistió para fracturar la Asociación Empresaria Argentina, pero su iniciativa chocó con la unidad de los hombres de negocios. Después se quiso quebrar a la Unión Industrial y forzar un cambio estatutario para elegir a las autoridades bendecidas por la Casa Rosada; tampoco funcionó. También el Gobierno auspició con bombos y platillos la creación de la Cámara de Energía y ahora está envuelto en una trifulca con su titular, Sebastián Eskenazi. La iniciativa de Moreno es paradójica: la toma en el momento en que los empresarios tienen la posición más dócil hacia la Casa Rosada.
Esta cuestión se trató informalmente el martes en la UIA. Los industriales creen que Moreno sobreactúa, pero no dudan que hará un uso arbitrario del poder del Estado para generar esa corriente ultraoficialista.
Ahora, los hombres de negocios siguen de cerca la tarea de la comisión sobre productividad, costos laborales y rentabilidad de 20 sectores centrales de la economía que lidera Débora Giorgi e integra Axel Kicillof. Cristina Kirchner le pidió a la ministra el mayor nivel de detalle en vista a las paritarias, y el Gobierno utilizará esa información para reclamarles mayores niveles de inversión a las empresas.
El encuentro fabril del martes comenzó con una definición política de Ignacio de Mendiguren: «Desmiento las operaciones que dicen que quiero ser ministro.
Son para dividirnos. Yo de la UIA no me muevo.» Los dirigentes trataron dos temas clave. Un informe confidencial, que elaboró Daniel Funes de Rioja sobre la pelea Moyano-Cristina, concluye que si no hay un acuerdo, la pelea política se dirimirá con fuertes pedidos de alzas salariales.
También se evaluó un documento secreto sobre el torniquete a las importaciones: sostiene que el freno de fin de año se debe a la desaceleración automotriz y no al accionar de Moreno. Pero el «paper» advierte que el actual cepo a las importaciones, puede enfriar aún más la economía. Así lo dice: «Un alza del uno por ciento en la actividad, necesita un crecimiento de cuatro veces en las importaciones.» Cristiano Rattazzi de Fiat y Luis Ureta Sáenz Peña de Peugeot sugirieron mantener el perfil bajo.
Las terminales negocian con Moreno.
El frente patronal quiere saber como se dirimirá la pelea con YPF. Antonio Brufau decidió adelantar la reunión de directorio prevista para marzo y convocó de urgencia para el miércoles próximo a todos los ejecutivos en Buenos Aires. Pretende elaborar una estrategia frente al hostigamiento de la Casa Rosada. Un informe que se elaboró en Madrid admite que el Gobierno quiere golpear a YPF para abaratar sus acciones y después hacer una oferta de compra. Ya el valor de YPF pasó de 16.700 a unos 12.700 millones de dólares. Ese «paper» responsabiliza a Máximo Kirchner por la estrategia y dice que ese plan incluye cuatro puntos:
No renovar concesiones a YPF que vencen en el 2017.

Así lograr que su valor caiga por debajo de los 10.000 millones de dólares.

Lograr que el Grupo Eskenazi sea aliado del Gobierno y respete sus compromisos.

Hacer una propuesta de compra por el 51% de las acciones, pagaderas en 10 cuotas de USD 500 millones y con garantía de la Corporación Andina de Fomento.
Se trataría de una solución política que no resolvería el problema de fondo: la falta de dólares para hacer la compra y la inversión para volver al autoabastecimiento.

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