A poco de las elecciones, crece la interna por el sillón de Boudou

Argentina – 11/10/2011 – Clarín – Pág. 6-7/Sección: El País – Tiempo de Lectura: 4′ 43»
 
PREPARATIVOS PARA LA PROXIMA GESTION PRESIDENCIAL
Varios candidatos se disputan el guiño de Cristina para reemplazar al jefe de Economía. Boudou blanqueó su deseo de ubicar a su secretario de Finanzas, Lorenzino. Débora Giorgi suma chances y aparece cada vez más distante del ministro.
Martín Bidegaray
A sólo 12 días de las elecciones presidenciales, la carrera para ocupar el sillón del Ministerio de Economía en una nueva gestión presidencial de Cristina Kirchner sigue abierta.
Para los economistas y funcionarios que tratan de descifrar cuál será la elección de la Presidenta para el puesto, en la última semana hubo varias señales.
El actual ministro, Amado Boudou, (al menos, en dos ocasiones, ante políticos y empresarios) blanqueó que le gustaría que lo suceda Hernán Lorenzino, actual secretario de Finanzas. Sin embargo, los analistas advierten que también hay una ministra que está en ascenso. Se trata de Debora Giorgi, la titular de Industria, que es vista con simpatía por los industriales, y a quien es cada vez más difícil ver cerca de Boudou.
«Giorgi le lleva propuestas a Cristina todos los días, y eso a la Presidenta le gusta porque le permite anunciar inversiones», dicen tanto los que aprecian a Giorgi como los que prefieren a otros postulantes. «También tiene llegada con Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia», comentan quienes tratan de decodificar cada gesto de Cristina.
En la lista de posibles sucesores también figura otra mujer cercana a la Presidenta: Mercedes Marcó del Pont, la titular del Banco Central que viene demostrando pericia en la administración del precio del dólar. Además, Roberto Feletti (actual vice de Boudou), Diego Bossio (titular de la ANSeS), Juan Fábrega (Banco Nación) y Miguel Peirano (ex ministro de Néstor Kirchner).
El martes pasado, Giorgi no llegó a tiempo al acto en el que hablaba Cristina, donde estaba presente Boudou, en Venado Tuerto, Santa Fe. Al titular de Economía le pasó algo similar ­ nunca llegó- con una actividad de Giorgi en la Bolsa de Comercio el día anterior. El jueves, ambos coincidieron en el polo tecnológico en Palermo. Boudou estaba en primera fila y Giorgi, un plano más atrás de las cámaras.
Cada vez que Cristina se refiere al titular de la Unión Industrial, Ignacio de Mendiguren, llamándolo «vasco» con familiaridad, los industriales creen que el próximo ministro contemplará las políticas fabriles. Allí sienten predilección por Giorgi, Marcó del Pont y también por Peirano, al que evalúan como un «tapado».
Más allá de los nombres en danza, hay dos certezas: que la decisión final la tendrá Cristina y que el próximo jefe de Economía deberá lidiar con la montaña de subsidios al sector energético y el transporte; menores ingresos si la economía se desacelera por la crisis global y la caída de los precios de las materias primas.
«Cada vez que hay problemas con Brasil, Giorgi llama a su par brasileño (Fernando Pimentel), para que no lleguen a la Presidenta», cuentan empresarios que la definen como «muy ejecutiva».
Cuando Boudou aterrizó en Economía, Lorenzino no era de su entorno. El funcionario venía trabajando el tema de la deuda en equipos económicos anteriores.
Boudou no lo conocía y lo puso a prueba. Le encargó la segunda reestructuración del canje de deuda (de 2010, con 66% de aceptación).
A los dos los enganchó el rock y tejieron una relación amistosa. Desde que Boudou está en campaña, Lorenzino viene oficiando de una suerte de ministro de Economía, según dicen quienes lo aprecian.
«Lo que complica a Lorenzino es que la Presidenta no lo tiene bien identificado», cuentan entre los asesores de los aspirantes.
Feletti arrancó sin llevarse bien con Boudou, pero hubo acercamiento. Tanto en la CGT como en varias empresas no lo ven con buenos ojos. En las compañías recuerdan la mención a «profundizar el populismo». El viernes hubo una jornada de Economía en la UBA.
La organizó Fabián Amico, economista de la Universidad de Luján y director de la revista de «La graN maKro». «Lo importante es evitar una apreciación persistente de la moneda doméstica porque eso genera serias dificultades en la estructura productiva y el empleo», escribió Amico en Página/12. Amico es asesor de Alejandro Robba, segundo de Feletti en Economía.
Los académicos que informan de números ante los sindicatos recelan de Feletti porque quiere «sueldos en dólares más bajos».
«En el Congreso, Prat-Gay le hizo dos preguntas sobre el Presupuesto y Feletti tuvo que pedir una pausa y asistencia a los técnicos. No podía defender su propuesta», se relamen los críticos.
Marcó del Pont es otra de las predilectas en la UIA. Pero no se lleva bien con Boudou, quien en reuniones privadas cuestiona su manejo de la política monetaria.
Bossio, cercano a Boudou, es tímido, de perfil bajo, y evita hablar ante grandes auditorios. «Ya maneja una caja inmensa en la ANSeS. Tiene un rol clave. Es más necesario allí que en Economía», destacan otros oficialistas.
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Otras caras pero la misma política
Jorge Luis Velázquez
jvelazquez@clarin.com

El sillón de Boudou tiene poco atractivo en sí mismo para los aspirantes a sentarse en él. El nombre del personaje que lo ocupe tiene más chances de quedar en la historia como una simple anécdota antes que erigirse en protagonista real de la política económica. Hay varias razones para suponer esto.
Primero, no se vislumbra que el Ministerio de Economía vaya a seguir un rumbo diferente al actual, salvo que la crisis global cambie radicalmente el escenario y esto obligue al Gobierno a ensayar recetas diferentes a las que aplicó hasta ahora.
Además, aun si eso ocurriera, habría que tener en cuenta que los resortes clave de la economía no se manejan desde la oficina de Boudou. La política de precios la fija Guillermo Moreno; la inversión pública la maneja Julio De Vido; el precio del dólar se administra desde el Banco Central; los estímulos industriales están en la órbita de Giorgi, y la política de ingresos y gastos tiene jugadores propios en la AFIP y en Hacienda que reportan directamente a la Casa Rosada.
Así, al ministro de Economía sólo le queda ocuparse de negociar los pagos pendientes de la deuda pública. Quizás esto explique por qué Boudou tiene tanto tiempo libre para dedicarle a sus guitarras.

(Ministerio de Planif. Federal, Inversión Púb. y Servicios – Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – DGI – Panorama Político)

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