El Club de París, muy lejos de la ilusión del Gobierno
Panorama empresarial: Mientras el ministro de Economía anunciaba un acuerdo con los acreedores externos estatales, éstos señalaron que no existe ninguna solución y que se deberá respetar al FMI.
mbonelli@clarin.com
El Club de París en su conjunto manifestó una dura condena contra la Argentina, y sus miembros cuestionaron la gestión negociadora del Ministerio de Economía.
Las autoridades del Club de París en una hermética reunión comunicaron a sus integrantes que hasta ahora no hubo progreso en las negociaciones con Argentina. También, que el organismo no hará ninguna excepción ni concesión a la Argentina. En otras palabras: que el Club de París respetará los principios tradicionales para llegar en un futuro a un acuerdo, que obligan a la Argentina a una auditoría del Fondo Monetario Internacional.
Esta definición se formuló hace unas jornadas, en una reunión plenaria del organismo internacional, de la cual no participó y ni siquiera fue notificado el equipo de Amado Boudou.
La Secretaría de Finanzas sólo se enteró de la reunión una vez finalizado el encuentro a través de la página Web del Club de París. Eso explica que las deliberaciones hayan ocurrido el mismo día que el ministro Boudou -desconociendo ese encuentro anunció en Buenos Aires que «el acuerdo con el Club de París estará antes de fin de año.» Pero en Francia, los acreedores estatales de la Argentina manifestaron en su conjunto lo contrario. Incluso, la dureza del encuentro llevó a que algunos de sus participantes pidieran que Argentina fuera excluida del Grupo de los 20.
El banquero Nicola Stock, que habló en representación de los acreedores privados, dijo: «Argentina desde hace años no respeta ninguna regla de juego internacional, por eso pido que se la excluya del G-20.» La reunión ratificó tres cuestiones centrales, que se quieren ocultar:
La existencia de un aislamiento financiero y la ausencia de un trabajo profesional por parte del Palacio de Hacienda para desbloquearlo.
Que los problemas de financiamiento externo no están solucionados para el futuro.
Que existen fuertes trabas para acceder al crédito barato, que permita inversiones claves para mejorar la infraestructura.
Clarín, en base a tres fuentes, confirmó que el encuentro estuvo coordinado por la co-presidenta del Club de París, Delphine d’Amarzit. También participó la secretaria general Claire Cheremetinski. D´Amarzit fue la encargada de describir lo que ella calificó como «la verdadera situación de la relación del Club de París con la Argentina». Lo hizo después de una pregunta directa de uno de los financistas que participó del encuentro. El delegado hizo alusión a las optimistas declaraciones del ministro argentino sobre un próximo convenio. D´Amarzit respondió profesionalmente ante unos 30 interlocutores: «Hubo contactos, hubo comunicaciones, pero no existe ningún tipo de solución concreta.» Y agregó: «No hay ningún tipo de progreso, porque no hay por parte de Argentina una propuesta seria de pago.» La funcionaria concluyó: «Lamentablemente, esa es hoy la verdadera situación.» Después, la número dos del Club de París se refirió a la propaganda del Gobierno argentino, en relación a la posibilidad de un acuerdo sin pasar por el FMI. La funcionaria aclaró: «Quiero precisar que se respetarán los principios del Club para este tipo de acuerdo de la deuda.» Y precisó: «Quiero ser clara, no habrá excepciones y Argentina tendrá que cumplir con un acuerdo previo con el FMI.» La reunión se realizó a puertas cerradas y después el Club de París dio a conocer sólo un comunicado formal, que consigna que trataron el caso argentino, junto a problemas de la deuda de otros países mayoritariamente africanos como el Congo, Guinea y Togo. El texto sobre la Argentina dice en concreto: «También se trataron temas de deudas específicas en varios países, entre los que se incluyeron Argentina e Islandia.» En la reunión estuvieron los delegados de todas las naciones industrializadas del Club de París y del Fondo Monetario, el Banco Mundial y el Banco Interamericano. Además, fueron invitados funcionarios de Brasil, Polonia, Corea, Rumania, Sudáfrica y los Emiratos Arabes Unidos, así como los grupos más belicosos hacia la Argentina: banqueros del Instituto de Finanzas Internacionales y acreedores privados de la task force argentina.
Ninguno de los participantes defendió la posición Argentina. El delegado del Ministerio de Hacienda de Brasil hizo también un sonoro silenció cuando las acusaciones subieron de voltaje contra la Casa Rosada.
Dilma Rousseff se regocija cuando le fijan límites a Cristina Kirchner.
Esto sucedió cuando tomaron la palabra los banqueros privados y los representantes de los acreedores internacionales. En la reunión, Nicola Stock utilizó palabras muy agresivas hacia el equipo económico y la Argentina. El financista italiano primero se quejó: «Argentina no respeta reglas de juego internacionales mínimas.» Stock reclamó que «el Club de París no avance en una negociación, hasta que Argentina no proponga una solución global al problema de su deuda.» Fue ahí, cuando pidió que las naciones industrializadas excluyan a la Argentina del Grupo de los 20, una amenaza que también escuchó la misión argentina en la reunión del GAFI de México, contra el lavado del dinero.
En los últimos meses el ministro Julio Alak logró avances, para compensar la inacción de muchos funcionarios, como José Sbatella en la UIF y de Miguel Pesce en el Banco Central. Pero no se sabe si alcanzarán para evitar represalias.
Anoche, la ausencia de canales de diálogo de Héctor Timerman con los Estados Unidos impedían al Gobierno algo concreto: una negociación seria para bloquear posibles sanciones.
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