Las automotrices ya hablan de suspensiones y menos inversión
Argentina – 17/05/2011 – La Nación – Pág. 1/Economía & Negocios – Tiempo de Lectura: 3′ 29»
Las trabas del gobierno de Dilma Rousseff podrían alcanzar a la mitad de los autos que se fabrican aquí
Las trabas del gobierno de Dilma Rousseff podrían alcanzar a la mitad de los autos que se fabrican aquí
El conflicto con Brasil / Habrá reunión entre los ministros
Oliver Galak
LA NACION
El conflicto comercial con Brasil encendió las luces de alarma en las automotrices, a tal punto que abandonaron la postura de cautela y advirtieron que, de prolongarse la situación, podrían tener que aplicar suspensiones y se verán comprometidas futuras inversiones por parte de las casas matrices.
Casi 3000 vehículos de origen nacional permanecen varados en la aduana brasileña debido a la nuevas exigencias impuestas por el gobierno de Dilma Rousseff. El jueves último, Brasil dispuso que se deben tramitar licencias no automáticas (LNA) de importación para ingresar autos en ese mercado. Pese a que el socio mayor del Mercosur sostiene que es una medida que afecta también a otros países, como México y Corea del Sur, lo cierto es que es la Argentina la principal perjudicada por estas aplicaciones.
El ministro de Desarrollo brasileño, Fernando Pimentel, había ofrecido el viernes resolver el diferendo en un encuentro con su par argentina de Industria, Débora Giorgi, pero el gobierno argentino puso como precondición que el país vecino levantara las LNA a los autos, lo que pareció llevar la negociación a un punto muerto. Sin embargo, anoche, ambos gobiernos acordaron una serie de pasos preparatorios para la cumbre ministerial, que podría ocurrir en las próximas semanas.
En un comunicado difundido por la tarde, el presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Aníbal Borderes, había expresado «la preocupación de la industria automotriz argentina por el conflicto originado ante el establecimiento de medidas que dificultan el comercio automotor bilateral con Brasil», y señaló que «plantean dudas sobre la marcha del Mercosur».
Borderes, ex presidente de Toyota Argentina, recordó en un comunicado las inversiones que han permitido que más del 60% de la producción nacional se exporte a diversos destinos, el más importante de los cuales es Brasil, que concentra el 80% de las ventas externas. «Se hace un deber alertar sobre los eventuales efectos que, sobre la producción y el empleo, puede generar la aplicación de estas disposiciones», advirtió el titular de la asociación que agrupa las once terminales.
Borderes señaló además que el «deterioro de las condiciones e imagen» del Mercosur como polo de producción automotriz en el mediano plazo podría afectar «las inversiones que regularmente se deciden en las casas matrices». Según un director de otra automotriz, si las casas matrices dejan de ver el Mercosur como algo complementario, «en esa ecuación pierde la Argentina, porque Brasil tiene un mercado interno mucho mayor. Acá las inversiones se radican para poder exportar a Brasil».
Reuniones
Adefa hizo una ronda de consultas para ver cómo habían afectado estas medidas a las terminales. Hasta ayer, sólo General Motors, Toyota y Mercedes-Benz habían confirmado que les retuvieron unidades en la aduana brasileña. Por lo pronto, hoy la ministra Giorgi recibirá al embajador brasileño en Buenos Aires, Enio Cordeiro. Allí se acordarán fecha y lugar en que se encontrarán el secretario de Industria, Eduardo Bianchi, y su par brasileño, Alessandro Texeira. Ese encuentro, que se producirá «en los próximos días», según fuentes oficiales, permitirá descomprimir los reclamos más urgentes que pesan hoy sobre el comercio bilateral (de ambos lados se acusa al otro de poner trabas para diversas manufacturas industriales).
Luego será el turno de Giorgi y Pimentel. Los ministros hablaron ayer por teléfono y coincidieron en señalar que «la relación comercial entre Brasil y la Argentina es de socios estratégicos, por lo que el sector automotor no se va a ver afectado de un lado ni del otro de la frontera», relataron las fuentes. Esa promesa podría significar que, aunque no se darán de baja las LNA, no habría nuevos inconvenientes para los embarques argentinos.
Más allá de ese compromiso, en las terminales locales mencionaban la importancia de resolver el tema cuanto antes. «¿Dónde vas a meter los autos?», fue la reacción casi calcada que recibió ayer LA NACION de tres ejecutivos del sector. Se referían a los cerca de 8000 vehículos que en promedio se exportan por semana a Brasil y que no podrían colocarse en otros mercados.
«Si esto dura 15 días más, empiezan las suspensiones», estimó una de las fuentes, una estimación que fue considerada lógica por otros miembros de la industria. «Obviamente habría que parar líneas -señalaron en una automotriz europea-. Pero todavía no tenemos ninguna decisión tomada. Estamos todos prendiendo velas a ver qué hacen los gobiernos.»
Oliver Galak
LA NACION
El conflicto comercial con Brasil encendió las luces de alarma en las automotrices, a tal punto que abandonaron la postura de cautela y advirtieron que, de prolongarse la situación, podrían tener que aplicar suspensiones y se verán comprometidas futuras inversiones por parte de las casas matrices.
Casi 3000 vehículos de origen nacional permanecen varados en la aduana brasileña debido a la nuevas exigencias impuestas por el gobierno de Dilma Rousseff. El jueves último, Brasil dispuso que se deben tramitar licencias no automáticas (LNA) de importación para ingresar autos en ese mercado. Pese a que el socio mayor del Mercosur sostiene que es una medida que afecta también a otros países, como México y Corea del Sur, lo cierto es que es la Argentina la principal perjudicada por estas aplicaciones.
El ministro de Desarrollo brasileño, Fernando Pimentel, había ofrecido el viernes resolver el diferendo en un encuentro con su par argentina de Industria, Débora Giorgi, pero el gobierno argentino puso como precondición que el país vecino levantara las LNA a los autos, lo que pareció llevar la negociación a un punto muerto. Sin embargo, anoche, ambos gobiernos acordaron una serie de pasos preparatorios para la cumbre ministerial, que podría ocurrir en las próximas semanas.
En un comunicado difundido por la tarde, el presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Aníbal Borderes, había expresado «la preocupación de la industria automotriz argentina por el conflicto originado ante el establecimiento de medidas que dificultan el comercio automotor bilateral con Brasil», y señaló que «plantean dudas sobre la marcha del Mercosur».
Borderes, ex presidente de Toyota Argentina, recordó en un comunicado las inversiones que han permitido que más del 60% de la producción nacional se exporte a diversos destinos, el más importante de los cuales es Brasil, que concentra el 80% de las ventas externas. «Se hace un deber alertar sobre los eventuales efectos que, sobre la producción y el empleo, puede generar la aplicación de estas disposiciones», advirtió el titular de la asociación que agrupa las once terminales.
Borderes señaló además que el «deterioro de las condiciones e imagen» del Mercosur como polo de producción automotriz en el mediano plazo podría afectar «las inversiones que regularmente se deciden en las casas matrices». Según un director de otra automotriz, si las casas matrices dejan de ver el Mercosur como algo complementario, «en esa ecuación pierde la Argentina, porque Brasil tiene un mercado interno mucho mayor. Acá las inversiones se radican para poder exportar a Brasil».
Reuniones
Adefa hizo una ronda de consultas para ver cómo habían afectado estas medidas a las terminales. Hasta ayer, sólo General Motors, Toyota y Mercedes-Benz habían confirmado que les retuvieron unidades en la aduana brasileña. Por lo pronto, hoy la ministra Giorgi recibirá al embajador brasileño en Buenos Aires, Enio Cordeiro. Allí se acordarán fecha y lugar en que se encontrarán el secretario de Industria, Eduardo Bianchi, y su par brasileño, Alessandro Texeira. Ese encuentro, que se producirá «en los próximos días», según fuentes oficiales, permitirá descomprimir los reclamos más urgentes que pesan hoy sobre el comercio bilateral (de ambos lados se acusa al otro de poner trabas para diversas manufacturas industriales).
Luego será el turno de Giorgi y Pimentel. Los ministros hablaron ayer por teléfono y coincidieron en señalar que «la relación comercial entre Brasil y la Argentina es de socios estratégicos, por lo que el sector automotor no se va a ver afectado de un lado ni del otro de la frontera», relataron las fuentes. Esa promesa podría significar que, aunque no se darán de baja las LNA, no habría nuevos inconvenientes para los embarques argentinos.
Más allá de ese compromiso, en las terminales locales mencionaban la importancia de resolver el tema cuanto antes. «¿Dónde vas a meter los autos?», fue la reacción casi calcada que recibió ayer LA NACION de tres ejecutivos del sector. Se referían a los cerca de 8000 vehículos que en promedio se exportan por semana a Brasil y que no podrían colocarse en otros mercados.
«Si esto dura 15 días más, empiezan las suspensiones», estimó una de las fuentes, una estimación que fue considerada lógica por otros miembros de la industria. «Obviamente habría que parar líneas -señalaron en una automotriz europea-. Pero todavía no tenemos ninguna decisión tomada. Estamos todos prendiendo velas a ver qué hacen los gobiernos.»
(Actividad Económica – Panorama Económico)
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