Brasil frenó el ingreso de vehículos que se producen en la Argentina
GRAVE ESCALADA EN EL CONFLICTO COMERCIAL: Puso trabas a 28 productos. Fue en represalia a medidas de Guillermo Moreno.
Eleonora Gosman
P rimero fueron amenazas verbales, pero ahora ya son represalias. El gobierno de Dilma Rousseff avaló las retaliaciones contra la Argentina, decididas por el ministro de Desarrollo e Industria Fernando Pimentel por las trabas que desde Buenos Aires le imponen a las importaciones brasileñas. La industria de autos y autopartes argentina dejó de contar, desde ayer, con el régimen que le permitía exportar libremente al mercado vecino.
Los envíos de unidades, y de sus componentes, deberán aguardar que las autoridades de Brasilia le otorguen permiso para entrar. El trámite no debería demorar más de dos meses, pero en los hechos ese plazo se llega a duplicar.
El impacto de las represalias brasileñas contra Argentina puede ser devastador para la industria más dinámica del país: la automotriz.
Esto indica que el ministro Pimentel decidió golpear allí donde duele. Basta ver cifras: en 2010, Brasil importó 634.000 vehículos (18,8% de su demanda interna) y la Argentina, que colocó 358.362 unidades, fue su principal proveedor (56%). Le siguió Corea del Sur (con 137.800 unidades) y atrás México (con 66.500 vehículos).
Ayer, la ministra Débora Giorgi reaccionó: «Este tipo de comportamiento atenta contra el diálogo natural entre los dos socios mayoritarios del Mercosur y afecta el compromiso que asumieron las dos presidentas de equilibrar la balanza comercial». Pimentel había señalado, el martes último, que Brasil esperaría una respuesta de Argentina antes de tomar medidas drásticas: «Hay que darle un crédito de confianza» indicó al tiempo que mencionaba el domingo próximo como plazo. Sin embargo, ese martes instruyó a las aduanas de su país a exigir a las automotrices argentinas el permiso de importación extendido por Brasilia, medida que entró en vigencia y que rige para 28 ítems del sector.
En lo formal, en el Ministerio de Desarrollo e Industria de Brasil niegan que tales disposiciones sean exclusivamente para la Argentina. Afirman que rigen también para México, Corea del Sur y otros exportadores de autos al mercado brasileño. Pero en off the record admiten que la medida se tomó para avisar al gobierno argentino que «la paciencia llegó al límite». Según la diplomacia brasileña, hubo hechos previos que dejaron una profunda irritación. Cuentan que en marzo el vicecanciller Ruy Nogueira estuvo en Buenos Aires y que intentó negociar la convocatoria de un encuentro de ministros para discutir el asunto. La misión no prosperó por las dilaciones argentinas en fijar una fecha para la reunión. También enrareció el clima un «incumplimiento» del gobierno de Cristina Kirchner en cuanto al compromiso de liberar el 3 de mayo último la importación de 200 productos brasileños que estaban, y están, sujetos a licencias previas no automáticas.
Hay otra lectura: el gobierno de Dilma sufre una fuerte presión del sector privado, que pierde día a día competitividad por causa de un real extremadamente valorizado. En ese contexto, el segmento empresarial fabril encontró en la Argentina una vía de escape para colocar su producción manufacturera excedente. Y ahora no quiere perderla.
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Giorgi: «Afecta al 50% del comercio bilateral»
Débora Giorgi reaccionó ayer al castigo brasileño, que el último miércoles había minimizado. En un comunicado la ministra afirmó: «Brasil está actuando de manera intempestiva y sin aviso afectando al 50% del comercio bilateral».
La ministra empezó a preocuparse a poco de saber de las declaraciones públicas de su colega brasileño Fernando Pimentel, cuando éste enrostró al gobierno argentino su «falta de cumplimiento» de compromisos celebrados en febrero último.
Llamó por teléfono a Brasilia y pidió por el funcionario. Pero éste no la atendió y dejó la comunicación en manos de la secretaria de Comercio Exterior Tatiana Prazeres.
Giorgi indicó que no había recibido ninguna carta de Pimentel, de cuya existencia se supo por boca del propio funcionario. Prazeres optó por reenviarla por fax. En la misiva, Pimentel hizo un pormenorizado relato de las dificultades que experimentan los exportadores brasileños. En la conversación con Prazeres, Giorgi sugirió que se mantuviera lejos a la prensa.
Buscaba evitar que las discusiones trascendieran por la carga presuntamente negativa que podría tener su difusión en una Argentina inmersa en la disputa electoral.
SAN PABLO. CORRESPONSAL
FUENTE ADEFA
(Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – Actividad Económica – Panorama Económico)
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