Llamado desde Brasil para una nueva negociación comercial
Argentina – 31/05/2011 – Clarín – Pág. 19/Sección: El País – Tiempo de Lectura: 2′ 21»
ENCUENTRO EN BRASILIA POR AUTOS Y MAQUINARIA AGRICOLA: El ministro Pimentel le pidió a su colega Giorgi que viaje.
Las trabas siguen.
ENCUENTRO EN BRASILIA POR AUTOS Y MAQUINARIA AGRICOLA: El ministro Pimentel le pidió a su colega Giorgi que viaje.
Las trabas siguen.
Luis Ceriotto
Una reunión a nivel de ministros, convocada ayer por la mañana desde Brasilia, dejó en claro que para Brasil la crisis del comercio entre los dos países debería quedar resuelta antes de que las dos presidentes se vean las caras, el 24 de junio.
La ministro de Industria, Débora Giorgi, viajará este jueves a la capital brasileña, tras una llamada de su colega Fernando Pimentel.
El diálogo, por la mañana, fue breve, según detallaron fuentes del ministerio. «Vamos a arreglar esto, trabajemos juntos», habría sido la propuesta de Pimentel.
Anoche, en Industria reinaba un clima optimista. «El compromiso de encarar este conflicto a nivel de ministros es una señal fuerte y positiva», dijeron fuentes del ministerio. Según su interpretación, al colocar la negociación a un nivel políticamente más alto, también haría más previsible la conducta del Gobierno brasileño, que desde que impuso licencias no automáticas al ingreso de vehículos exportados desde la Argentina (entre otros países) sólo hizo gestos tendientes a endurecer su posición. «Entendemos que no habrá nuevas escaladas de la crisis, al menos hasta que se concrete la reunión», agregaron las fuentes de Industria.
El conflicto con Brasil, tras una serie de reclamos por trabas de los dos países a productos del país vecino, alcanzó un nivel inédito en las casi dos décadas de vigencia del Mercosur, cuando el pasado martes 5 Brasil impuso licencias no automáticas al ingreso de autos importados, una medida que afecta en particular a la industria automotriz argentina.
Brasil reclama a la Argentina por las trabas que impone a varios de sus productos: en ese sentido es particularmente fuerte la presión de los fabricantes de maquinaria agrícola de ese país.
La semana pasada, lunes y martes, discutieron en Buenos Aires los dos secretarios de Industria, Eduardo Bianchi y su par brasileño Alessandro Teixeira, sin resultado alguno.
La presidente brasileña, Dilma Rousseff, se encontrará con Cristina Fernández en Asunción el 24 de junio, durante la cumbre de jefes de Estado del Mercosur. Si bien la brasileña ayer dio una clara señal para acelerar la negociación, mantuvo la restricción aduanera.
Durante 25 años, a partir de los primeros acuerdos bilaterales de comercio automotriz que fueron el germen del Mercosur, Argentina y Brasil tuvieron encontronazos sobre el cupo de autos que se podía importar de un país al otro, sobre la integración local de cada vehículo (autopartes) y hasta sobre los incentivos de algunos estados a la radicación de inversiones. Pero nunca los vehículos habían quedado varados en la Aduana. Con las nuevas licencias «no automáticas» ahora tardan diez días en obtener de su aduana las autorizaciones que antes demoraban sólo 48 horas.
Hasta anoche, como había adelantado Clarín, ya eran 7.000 los autos argentinos varados en distintas aduanas de Brasil. Las importadoras son las mismas terminales automotrices de origen estadounidense, europeo y japonés que tienen fábricas y redes de concesionarios tanto en Brasil como en la Argentina.
Una reunión a nivel de ministros, convocada ayer por la mañana desde Brasilia, dejó en claro que para Brasil la crisis del comercio entre los dos países debería quedar resuelta antes de que las dos presidentes se vean las caras, el 24 de junio.
La ministro de Industria, Débora Giorgi, viajará este jueves a la capital brasileña, tras una llamada de su colega Fernando Pimentel.
El diálogo, por la mañana, fue breve, según detallaron fuentes del ministerio. «Vamos a arreglar esto, trabajemos juntos», habría sido la propuesta de Pimentel.
Anoche, en Industria reinaba un clima optimista. «El compromiso de encarar este conflicto a nivel de ministros es una señal fuerte y positiva», dijeron fuentes del ministerio. Según su interpretación, al colocar la negociación a un nivel políticamente más alto, también haría más previsible la conducta del Gobierno brasileño, que desde que impuso licencias no automáticas al ingreso de vehículos exportados desde la Argentina (entre otros países) sólo hizo gestos tendientes a endurecer su posición. «Entendemos que no habrá nuevas escaladas de la crisis, al menos hasta que se concrete la reunión», agregaron las fuentes de Industria.
El conflicto con Brasil, tras una serie de reclamos por trabas de los dos países a productos del país vecino, alcanzó un nivel inédito en las casi dos décadas de vigencia del Mercosur, cuando el pasado martes 5 Brasil impuso licencias no automáticas al ingreso de autos importados, una medida que afecta en particular a la industria automotriz argentina.
Brasil reclama a la Argentina por las trabas que impone a varios de sus productos: en ese sentido es particularmente fuerte la presión de los fabricantes de maquinaria agrícola de ese país.
La semana pasada, lunes y martes, discutieron en Buenos Aires los dos secretarios de Industria, Eduardo Bianchi y su par brasileño Alessandro Teixeira, sin resultado alguno.
La presidente brasileña, Dilma Rousseff, se encontrará con Cristina Fernández en Asunción el 24 de junio, durante la cumbre de jefes de Estado del Mercosur. Si bien la brasileña ayer dio una clara señal para acelerar la negociación, mantuvo la restricción aduanera.
Durante 25 años, a partir de los primeros acuerdos bilaterales de comercio automotriz que fueron el germen del Mercosur, Argentina y Brasil tuvieron encontronazos sobre el cupo de autos que se podía importar de un país al otro, sobre la integración local de cada vehículo (autopartes) y hasta sobre los incentivos de algunos estados a la radicación de inversiones. Pero nunca los vehículos habían quedado varados en la Aduana. Con las nuevas licencias «no automáticas» ahora tardan diez días en obtener de su aduana las autorizaciones que antes demoraban sólo 48 horas.
Hasta anoche, como había adelantado Clarín, ya eran 7.000 los autos argentinos varados en distintas aduanas de Brasil. Las importadoras son las mismas terminales automotrices de origen estadounidense, europeo y japonés que tienen fábricas y redes de concesionarios tanto en Brasil como en la Argentina.
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