El Gobierno analiza cómo pesificar más la economía

Argentina – 01/06/2012 – Clarín – Pág. 29/Sección: Opinión – Tiempo de Lectura: 4′ 15»
 
PANORAMA EMPRESARIAL
Por Marcelo Bonelli
En el Poder Ejecutivo se comenzaron a estudiar iniciativas destinadas a prohibir el uso de dólares en los contratos de alquiler y en la compra de inmuebles y pasajes de avión.
En una jugada política de riesgo, el Gobierno trabaja en un proyecto para pesificar los contratos y transacciones de la economía argentina.

La intención sería establecer una legislación por la cual contratos como los de alquiler y operaciones inmobiliarias, así como la compra de pasajes turísticos, se cancelen sólo con pesos y no con dólares. La decisión apuntaría a bloquear el atesoramiento en divisas y a darle prioridad a gastos imprescindibles en los cuales se necesitan los dólares.
Para el Gobierno, las prioridades sólo serían tres: atender las necesidades del comercio exterior, los pagos de la deuda externa y también el abastecimiento de billetes para los viajeros al exterior.
Por ahora, la medida extrema está en estudio y en principio no involucraría los ahorros ni los depósitos constituidos en dólares. En el Ministerio de Economía dicen que esos contratos «no se tocarían.» Clarín confirmó que esos trabajos contarían con el aval de la Casa Rosada, para enfrentar tanto la ausencia de dólares necesarios para hacer frente a las obligaciones, como la tradición argentina de refugiarse en los dólares cuando hay un proceso inflacionario como el actual.
El jefe de Gabinete admitió el debate interno. En su exposición en el Parlamento, Juan Manuel Abal Medina dijo: «Hay que avanzar en una desdolarización y pensar en peso s.» Ayer, la Presidenta ratificó ese rumbo al hablar del dólar, afirmando: «Viene un mundo nuevo. Hay que hablar del peso y no del dólar.» Hasta ahora las tareas son preliminares y algunos funcionarios recomiendan establecer esas obligaciones sólo en actividades puntuales, como el mercado inmobiliario. No quieren sembrar más dudas en el controvertido mercado del dólar. El estudio «embrionario» se mantiene en secreto, porque en definitiva se trata de una decisión delicada que involucra a los ahorristas y al sensible mercado del dólar. La reserva también se explica porque los desatinos y «sobreactuaciones» de muchos funcionarios provocaron incertidumbre ante el problema cambiario.
Los directivos la Asociación de Bancos Argentinos consideran como «mala praxis» lo hecho por la dupla Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray. También critican la parálisis que tienen funcionarios como Mercedes Marcó del Pont y Axel Kicillof. Ya no esperan nada del desdibujado Hernán Lorenzino y del complicado Amado Boudou. Ahora, en Adeba se cultiva el perfil bajo por una sencilla razón: los bancos contabilizan una creciente caída de depósitos en dólares a medida que aumentaron los desatinos de los funcionarios.
El ritmo diario llegó a los 150 millones de dólares esta semana.
Por eso, los banqueros creen que los proyectos para «pesificar» llegan en un mal momento. Sostienen que plantear ahora un debate de esas características reavivaría los malos recuerdos de la última crisis y facilitaría la tarea de los especuladores que aprovechan la impericia del actual equipo económico.
La crisis del dólar esta semana ya profundizó las diferencias dentro del equipo económico. Un grupo de ministros fue testigo de cómo Moreno acusó a Etchegaray por los desaciertos cambiarios. Así lo dijo: » Yo no tengo nada que ver con esas resoluciones que nadie entiende, los perros y esas desprolijidades de la AFIP.» Etchegaray, a su vez, responsabiliza a Moreno por los desaciertos. La pelea refleja la tensión que existe en el Gobierno, después de haber impuesto controles muy severos para adquirir dólares.
El problema radica en dos cuestiones de fondo y una de forma. Es indudable que faltan dólares en la economía argentina y que el tipo de cambio oficial acumula un retraso; nadie cree en el precio de 4,48 pesos. Pero también es cierto que l a pésima y desprolija instrumentación de las medidas oficiales agigantó el problema.
Este diagnóstico fue el que se ensayó en las reuniones empresariales como la de la Asociación Empresaria Argentina. En la UIA y la Cámara de la Construcción sostienen que la corrida cambiaria frenó la actividad productiva y temen un segundo trimestre con signo negativo. A la gente de Ignacio de Mendiguren y Enrique Wagner lo que más les preocupa son las señales políticas. Los hombres de negocios ven a una Presidenta con su poder amplio intacto, pero perciben debilidades profundas en el Gobierno. Estas serían: El Gabinete es inexistente y tiene nula iniciativa política.
A todos los ministros se les licuó el poder, colocando a jóvenes de La Cámpora que los auditan, controlan y denuncian en la Quinta de Olivos.
Existe desorientación en cómo enfrentar la corrida cambiaria. En noviembre, Moreno aplicó los controles para tranquilizar el dólar y hoy la brecha imparable es del 32%.
La forma de mandar de Cristina Kirchner paraliza a los funcionarios, que le tienen terror a sus castigos.
Esta situación la vivió su preferido Axel Kicillof en las últimas semanas. La Presidenta lo puso en el freezer a causa de su proyecto para el desdoblamiento cambiario y los errores de diagnóstico que tuvo sobre la caja de YPF. Ahora desplazarían a un hombre suyo, Nicolás Arcedo, de la dirección financiera de la petrolera El enrarecido clima llevó a Ignacio de Mendiguren a tomar distancia pública de Moreno. Trasmitió con sinceridad la posición interna crítica que existe en la UIA. Así lo dijo: «Esto de amigo-enemigo no sirve, no aporta y desalienta la inversión.» Se trata de los primeros pasos para marcarle la cancha al funcionario. En la central fabril quieren colaborar con el Gobierno, pero sostienen que la única forma es crear un puente directo con la Presidenta.
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(Presidencia de la Nación – DGI – Editoriales y Opinión)